EL PAíS
Telleldín alivió la situación de Ribelli y preocupó al juez Galeano
El armador de autos truchos Carlos Telleldín detalló que el juez Galeano le ofreció 400 mil dólares para que identificara al policía Ibarra, mano derecha del ex comisario Ribelli. Hoy seguirá declarando.
› Por Raúl Kollmann
Carlos Telleldín mejoró la situación del ex comisario Juan José Ribelli y agravó la de otros policías, los que revistaban en la Brigada de Vicente López. El armador de autos truchos confirmó su declaración del 5 de julio de 1996 en la cual sostuvo que le entregó la camioneta que había armado a una patota de la Policía Bonaerense que pretendía sacarle dinero para dejarlo seguir haciendo sus negocios ilegales. Esa camioneta terminó siendo usada como coche-bomba en la AMIA. A la hora de precisar qué patota policial se llevó la camioneta, Telleldín reconoció una irregularidad: dijo que el juez Juan José Galeano –en el marco de las negociaciones por las cuales le pagaron a Telleldín 400.000 dólares– le había mostrado una foto de un policía al que debía marcar como uno de los integrantes del grupo que se llevó la Trafic. Ese policía, el de la foto seis, era Raúl Ibarra, una especie de mano derecha de Ribelli. Ello significa que Telleldín debilitó el hilo que conduce hacia Ribelli en la causa del atentado, aunque habrá que ver qué otras evidencias se acumulan contra el otrora poderoso comisario. Igualmente, Ribelli está acusado –incluso por Telleldín– de numerosas extorsiones y de una cantidad increíble de otros delitos.
La declaración del Enano, como le dicen a Telleldín, tuvo los siguientes puntos relevantes:
- Por fin habló de qué hizo con el arma del crimen, la camioneta. El día anterior, Telleldín se había ido en evasivas. Esta vez dijo taxativamente que ratificaba sus dichos ante el juez, es decir que le entregó la camioneta a una patota policial.
- Por primera vez hizo una distinción entre la Brigada de Lanús, por entonces a cargo de Ribelli, y la de Vicente López, en la que revistaban tres de los otros policías acusados como cómplices: Irineo Leal, Jorge Rago y Mario Bareiro. La idea de los fiscales de que las dos brigadas se mezclaron en la operación contradecía lo que se conoce como el habitual modus operandi de la Bonaerense: en los negocios ilegales, cada brigada suele hacer su juego y cosecha sus ingresos. De hecho, Telleldín apuntó a los de Vicente López como los que se llevaron la camioneta.
- Con esa jugada sutl, Telleldín blanqueó a Ribelli. Si en el grupo que se quedó con la Trafic estaba Ibarra, significaba que Ribelli estuvo involucrado con el atentado, porque Ibarra era hombre de Ribelli. Como el Enano dijo que no está seguro si Ibarra estuvo en la patota o no y que lo marcó por pedido del juez Galeano, Ribelli queda aliviado.
- Igualmente habrá que ver si Telleldín dijo la verdad o no. Es obvio que pudo haber mentido y de la misma manera que le cobró a Galeano, ahora pudo haberle cobrado a Ribelli por favorecerlo. La clave estará en las demás pruebas que se exhiban en el juicio oral sobre la participación de unos y otros en la cuestión de la Trafic y el atentado.
- Telleldín dio dos argumentos para defenderse respecto de su propia participación en el atentado. “Si hubiera sabido que era para una explosión, podría haber comprado por 1500 pesos una camioneta robada, con patentes nuevas, en lugar de gastar 5000 pesos para armar la Trafic que finalmente apareció frente a la AMIA”, fue el primer razonamiento. “Si era para el atentado, con la experiencia que tenía en armado de autos truchos, no hubiera dejado un motor registrado a mi nombre”, fue el segundo argumento. De todas maneras, Telleldín tendrá que despejar bastantes otras dudas para aclarar su situación. Por ejemplo, el mismo día 18 de julio hay evidencias de que él ya sabía que se usó su Trafic, cuando a esa hora todavía ni siquiera se conocía que el coche-bomba era una camioneta.
El Enano seguirá hoy contestando preguntas del Tribunal Oral, pero da la impresión de que sus dichos dejarán una huella fuerte en el juicio. Algunos salieron de la audiencia más bien sonrientes: Ribelli, los demás policías de la Brigada de Lanús, el propio Telleldín y los defensores detodos ellos. Otros quedaron con rostros sombríos: los policías de la Brigada de Vicente López y los principales colaboradores del juez Galeano. Es que nuevamente se exhibieron ante el Tribunal una serie de irregularidades cometidas por las fuerzas de seguridad, la SIDE y el magistrado (ver aparte). Aun así, queda mucho trecho por recorrer y lo decisivo no está en una declaración sino en la suma de las pruebas que se puedan acumular contra cada uno de los acusados.
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