El caso AMIA produce sorpresas increíbles todos los días. Al finalizar la jornada, casi a medianoche, un defensor oficial presentó ante el Tribunal Oral un boleto de compraventa de la Trafic que estalló en la mutual judía. El documento (ver facsímil) dice que la camioneta fue vendida el 13 de julio de 1994, o sea cinco días antes del atentado, a una mujer llamada Miriam Salinas, que según parece actuó como testigo de identidad reservada en la misma causa AMIA. Hay dos datos más que causan estupor. El primero es que en el expediente del atentado, el juez Juan José Galeano sobreseyó a Salinas de una forma absolutamente irregular. El segundo dato es que los jueces le preguntaron al defensor oficial que presentó el boleto de compraventa de dónde lo había sacado: el funcionario entonces admitió que se lo había entregado la gente de Telleldín. Todos estos hechos confusos, que no se terminan de entender, muestran las escandalosas maniobras que se produjeron y se producen en la investigación del atentado.
La historia –y sus nuevas variantes– es la siguiente:
- Carlos Telleldín era el dueño de un motor que montó sobre una carrocería robada. Ese vehículo supuestamente se lo vendió a un tal Ramón Martínez el 10 de julio de 1994. Entre los escombros del atentado apareció el motor.
- En la causa judicial, Telleldín reconoció que no le vendió la camioneta a Ramón Martínez, sino que se la entregó a unos policías que lo extorsionaban.
- Ahora aparece el boleto de compraventa por el cual Ramón Martínez, que nadie sabe si existe o no, le vende la Trafic a Miriam Raquel Salinas el día 13, tres días después de que la entregó Telleldín y cinco antes del atentado.
- Miriam Salinas es esposa de Pablo Ibáñez y la pareja era muy amiga del matrimonio Telleldín. Después del atentado les allanan la casa y a Ibáñez le encuentran una camioneta desarmada y 600 gramos de cocaína, una cantidad grande. Sin embargo, a Ibáñez le conceden la libertad.
- En la jornada del martes del juicio oral Telleldín contó que el juez Galeano liberó a Ibáñez a cambio de que su esposa, Miriam Salinas, testimoniara con identidad reservada en contra de Telleldín. De igual manera, tanto Salinas como Ibáñez siguieron en la mira por la causa del atentado ya que estaban en el negocio del armado de camionetas.
- Bastante tiempo después se produce una maniobra escandalosa. En un allanamiento a la casa de la madre de Telleldín se secuestran unos tres mil dólares en efectivo. En el expediente instruido por Galeano, cada billete figura fotocopiado. Pero la particularidad es la siguiente: aparecen centenares de fotocopias de los billetes, en el medio un escrito, y después siguen los restantes centenares de fotocopias de billetes. El escrito era el sobreseimiento definitivo de Miriam Salinas en la causa del atentado.
Quedan una serie de preguntas:
- ¿El boleto de compraventa es trucho? Nadie lo sabe.
- Si es falso, ¿alguien resultará procesado?
- La gente de Telleldín se lo entregó a un defensor oficial ¿Por qué? Nadie se lo explica.
- ¿Cómo es posible que haya aparecido ocho años después del atentado? No se entiende.
- ¿Qué buscaba Telleldín haciendo aparecer ese papel? No queda claro.
Lo concreto es que ocho años después del ataque aparece un papel que dice que la camioneta el día 13 pasó a manos de una mujer, que declaró en la causa con identidad reservada, el juez Galeano le otorgó la libertad al marido y a ella le firmó de forma sospechosa el sobreseimiento definitivo. Créase o no.