EL PAíS
El sillón
› Por Diego Schurman
“Esto fue el día anterior al recital del 25 de mayo del 2004. Vinieron todos los artistas que iban a ofrecer su espectáculo en la Plaza de Mayo. Charly fue la estrellita. Una vez me había dicho que como yo era el fotógrafo del poder y el poder era él, entonces me invitaba a trabajar en el reencuentro de Sui Géneris en la cancha de Boca. Cuando vino a la Rosada sacó de nuevo el tema. Y fue derechito al sillón de Kirchner, el sillón que preside la mesa de reuniones. Kirchner se murió de risa. Cedió por un ratito el poder, algo raro en él. Y Charly cumplió su sueño.”