La mediación del Presidente durante su visita a París y las órdenes que Eduardo Duhalde hizo llegar por fax desde su veraneo han producido su efecto. Así, la pelea entre el gobernador Felipe Solá y el duhaldismo –encabezado por el jefe del bloque justicialista en Diputados, José María Díaz Bancalari– parece haber entrado en un clima de cierta distensión. O al menos comienza a descomprimirse. La primera muestra de ello se producirá mañana, en la reunión que Díaz Bancalari presidirá en las oficinas del PJ bonaerense, en Avenida de Mayo al 800. Allí, los caciques duhaldistas –Díaz Bancalari, el intendente Hugo Curto (Tres de Febrero) y el legislador Osvaldo Mércuri– solicitarán públicamente una audiencia con Solá. El eje del pedido es la elección de la fecha de las internas para los cargos nacionales, provinciales y municipales.
El tema de las internas no es para nada menor. Detrás de una discusión superficialmente intrincada, se esconde un debate muy importante sobre la participación, o no, de los independientes. Si los ciudadanos que no están afiliados votaran en las internas de los partidos –al estilo de las primarias norteamericanas– los aparatos políticos tendrían menos peso. La semana pasada, el gobierno nacional reveló que está trabajando en un proyecto para llamar a elecciones internas abiertas y simultáneas para todas las fuerzas políticas. Esa convocatoria, según lo que está organizando el Ejecutivo, afectaría sólo a los cargos electivos de carácter nacional (como diputados y senadores nacionales).
La intención de los duhaldistas es discutir cómo se combina esa convocatoria con la interna que distribuirá los cargos provinciales y municipales. Ayer, desde las campañas duhaldistas aseguraron que la intención es consensuar con Solá la fecha de esa elección. Las posibilidades son dos. O la interna para cargos provinciales y municipales se hace simultáneamente con la interna nacional, o se difieren las fechas y se las hace en forma separada. Se supone que para los “felipistas” sería mucho mejor que las internas provinciales y municipales sean abiertas para poder sumar a los independientes (también se supone que Solá tiene mejor imagen entre los apartidarios. Habrá que verlo).
El pedido de audiencia que los duhaldistas le harán mañana a Solá podría encarnar un cambio de estrategia. Hasta hace un tiempo, los caciques del conurbano encolumnados con Duhalde pretendían que la interna para cargos provinciales y municipales fuera “cerrada”, o sea que sólo pudieran votar los afiliados que figuran en el padrón del PJ. En ese escenario, la elección estaría monitoreada por la junta electoral del partido, que encabeza el Negro Curto, uno de los gurkas de la cruzada inicial contra Solá. Por el contrario, la estrategia de los felipistas consistía en usar el padrón general (hacer una interna “abierta”) y postergar su realización para acercarla lo más posible a la elección general. Imaginaban que así se beneficiarían con un supuesto efecto “Cristina”, porque los candidatos felipistas quedarían asociados a ella en la pelea entre las dos candidatas tan mentadas: Cristina Kirchner y Chiche Duhalde.