EL PAíS
Los salarios privados recuperan terreno, los del sector público, no
La mejora del 11 por ciento en los salarios promedio del sector privado resultó superior a la inflación en 2004, incluso para los trabajadores en negro. En cambio, en el sector público los salarios siguieron perdiendo capacidad adquisitiva.
Los asalariados del sector privado lograron recuperar a lo largo de 2004 otro escalón del poder adquisitivo que les fuera recortado durante 2002 a partir de la devaluación. No así los trabajadores del sector público, que en el año terminado en diciembre volvieron a tener aumentos de sueldos inferiores al incremento del costo de vida. Un dato significativo de la evolución del Indice de Salarios que realiza el Indec es que los trabajadores privados no registrados –con empleos “en negro”– son los que han tenido una mejor evolución en sus ingresos durante el último, por encima de los aumentos que recibieron los privados registrados y los empleados públicos.
El nivel general de salarios –según un índice que pondera con un 50 por ciento de privados registrados, un 30 por ciento de privados no registrados y 20 por ciento del sector público– creció en 2004 un 9,2 por ciento. Comparado con el 6,1 por ciento que en el mismo período aumentó el costo de vida, sugeriría una recuperación del poder adquisitivo de los salarios durante esos 12 meses. La mejora real anual de salarios es la segunda consecutiva, ya que durante 2003 también el índice salarial subió más que el de precios al consumidor (12,1 contra 3,7 por ciento).
Sin embargo, tomando los indicadores por sector de trabajadores, los resultados son dispares:
u Sector privado registrado. Observa un incremento en sus salarios del 11 por ciento en el último año, después de haber conseguido el 15,8 por ciento en 2003 y el 17 por ciento en 2002. Es decir, que en el año de mayor inflación (40,9 por ciento en 2002), los trabajadores registrados fueron los que menos perdieron, y en los posteriores fueron los que más recuperaron.
u Sector privado no registrado. Notablemente, los trabajadores “en negro” lograron mejorar en el último año su nivel de ingresos más que los sectores “en blanco”: 11,5 por ciento. Ello, por un lado, corrobora alguna observación hecha por el Ministerio de Trabajo: buena parte de “asalariados no registrados” trabajan en empresas formales (en tareas tercerizadas), e inevitablemente les deben otorgar los mismos aumentos que les dan a los trabajadores formales. En 2003 también habían logrado incrementos superiores a la evolución del índice de costo de vida (10,7 contra 3,7 por ciento), pero en 2002, a la inflación del 40,9 por ciento le habían agregado un retroceso en términos nominales de los sueldos en negro del 5,5 por ciento.
u Sector público. De los tres sectores de trabajadores en que divide el análisis el Indec, el sector público es el único que perdió posiciones en 2004 con respecto al costo de vida. El impacto del único ajuste por suma fija que se otorgó durante el año pasado repercutió en un aumento promedio del 4,2 por ciento en las categorías que toma en cuenta el Indice de Salarios, que representó una pérdida en relación al IPC (subió 6,1 por ciento en el año). En 2003, a este sector le había ido relativamente mejor (5,6 por ciento de mejora salarial contra 3,7 por ciento de inflación), mientras que 2002 lo había castigado fuertemente, con un virtual congelamiento salarial (0,6 por ciento de aumento promedio) contra 40,9 por ciento de inflación.
Vale hacer una aclaración metodológica: mientras el nivel de ingresos de los trabajadores no registrados surge de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec, los salarios formales salen de una encuesta mensual a empresas del sector privado o de registros de la administración pública en el caso de los trabajadores de ese sector. Además, el Indice de Salarios que elabora el Indec no toma en cuenta posibles variaciones en la composición de la fuerza laboral, como podría ser un aumento de trabajadores en determinada categoría en detrimento de otras –lo que obligaría a modificar su ponderación para ser más estrictos en la medición– o bien la mayor participación en la fuerza laboral de nuevos trabajadores que entran con niveles de ingresos inferiores a los antiguos empleados de la misma categoría. Teniendo en cuenta todas estas salvedades, puede señalarse que en los últimos dos años se ha producido una recomposición salarial en el sector privado que no alcanza, sin embargo, a revertir la caída del poder adquisitivo sufrida durante 2002. Entre los registrados (trabajadores “en blanco”), los salarios están todavía con una evolución cinco puntos porcentuales por debajo de la suba del costo de vida de diciembre de 2001 al mismo mes de 2004. En tanto, entre los no registrados (“en negro”), todavía les falta recuperar 40 por ciento de sus ingresos previos a la devaluación.
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