EL PAíS
› ACTO DE CHICHE DUHALDE EN
LA MATANZA, CONTRA SOLA Y BALESTRINI
El chiste de la tortuga y la paloma
Con una fábula irónica en la que comparó al gobernador con una tortuga que quiere volar, la mujer del ex presidente amenazó con aplastarlo en una interna. Brito Lima figuró entre los invitados.
› Por Martín Piqué
Chiche Duhalde encontró la forma de hacer reír a los más de quinientos dirigentes y militantes que asistieron al acto de la agrupación Lealtad en La Matanza. Con aparente inocencia, comparó al gobernador Felipe Solá con una tortuga que se cree una paloma. La fábula –que ya se había escuchado en algunos asados duhaldistas– generó una carcajada colectiva acompañada por una ovación. El cuento de Chiche comienza con una tortuga que quería subirse a un árbol para llegar adonde estaban las palomas. “Tras varios intentos, el palomo le dice a la paloma: ‘¿No será hora de decirle que es adoptado?’”, ironizó la diputada. Era el remate del chiste, pero no lo dejó allí. “Los líderes no se hacen, nacen. Ese es el gran problema que tiene Felipe Solá”, se burló y la audiencia festejó otra vez.
No es la primera vez que la tortuga aparece en las metáforas políticas. A mediados de los ’60, el sindicalismo peronista y un sector del periodismo la usaron como latiguillo para esmerilar al radical Arturo Illia. Aquella vez la historia terminó con Illia eyectado de la Casa Rosada. Los duhaldistas más duros, que en la intimidad llaman “el Loco” a Solá, desearían un final parecido para el ocupante de la gobernación. Pero cualquier escenario similar se posterga –en las comidillas del sector alineado con Eduardo Duhalde– para el día después de las internas. Para ese día, el duhaldismo espera conseguir un triunfo “80 a 20”.
Mientras tanto, el duhaldismo se limita a pedirle a Solá que “se dedique a gobernar”. Ayer, en el terruño del intendente Alberto Balestrini –incondicional de Néstor Kirchner y cercano a Solá–, Chiche insistió con el mismo argumento. “Esta línea nació producto de los errores cometidos por el gobernador, quien nos divide por el afán de generar un liderazgo. El que gobierna, si es inteligente, tiene que gobernar para todos. Pero Solá un día dijo: ‘Estos son mis diputados buenos y éstos mis diputados malos’”, cargó la diputada. Tras culpar a Solá por el estallido de la pelea, Chiche dio por sentado que en unos meses el duhaldismo y el felipismo se enfrentarán en la interna. “Ojo, el que pierde, a la cola”, advirtió. El desafío generó aplausos y gritos cómplices.
El acto se realizó en el Centro de Almaceneros, a dos cuadras de la Municipalidad de La Matanza, en pleno centro de San Justo. En los alrededores se veía una guerra de carteles que parecía sacada de los viejos tiempos. El despliegue de cotillón hacía recordar a la disputa entre el cafierismo y el incendiario Herminio Iglesias. Separados por un par de metros, enfrentados en una misma esquina de la calle Hipólito Yrigoyen, colgaban dos carteles pintados de azul. Uno decía: “Bienvenida. Chiche Duhalde es lealtad”. Enfrente estaba la respuesta: “Fuerza Presidente. Cristina senadora. Balestrini conducción”. Pero la guerra se limitó a la propaganda. No hubo ningún incidente.
Chiche hizo su discurso en un gran salón que parecía el típico club de barrio, de los que se usan para fiestas. Una bola espejada colgaba del techo. Entre el público se encontraban el diputado Alfredo Atanasof, la senadora Mabel Müller y el intendente de Avellaneda, Baldomero “Cacho” Alvarez, a quien Duhalde le pidió que supervisara el armado de la oposición a Balestrini. También estuvieron las diputadas Nora Chiachio y Silvia Martínez, del bloque duhaldista. En cambio, el jefe del bloque justicialista, José María Díaz Bancalari, desmintió a quienes habían anticipado su presencia: se limitó a enviar una adhesión por escrito.
A pesar de que los locales se desvivían por acompañarla, la esposa de Duhalde ocupó el palco en soledad. Entre la multitud esperaban los tres embajadores del duhaldismo en La Matanza: el concejal Raúl Ma-thiú, el diputado Aníbal Stella y el ex diputado provincial Andrés Bevilacqua. También estaba Alberto Brito Lima, del Comando de Organización (CdeO), un histórico pesado de la derecha peronista. Era una presencia un poco incómoda, como algunos reconocían por lo bajo. Ante todos ellos, Chiche estrenó una nueva estrategia para criticar a Solá: lo acusó de ser funcional al “poder económico” que quiere “terminar con el peronismo”.
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