Vie 25.02.2005

EL PAíS

Cruce en el Senado por las narcovalijas de SW

Pichetto salió al cruce de un pedido de interpelación de varios funcionarios efectuado por el socialista rosarino Giustiniani.

› Por Eduardo Tagliaferro

Durante días, el escándalo de las valijas con cocaína que viajaron por la empresa aérea Southern Winds hacia Madrid había rondado los despachos y pasillos del Congreso, casi siempre de la mano de los legisladores de la oposición. Ayer, luego de que se eligieran las autoridades del cuerpo y cuando la sesión en la que estaba previsto tratar el incremento de los impuestos al gasoil había fracasado y todos miraban la puerta de salida, el debate se presentó en el recinto. “Hay opinadores, hay medios que quieren darle a este tema un status institucional. Por poco se intentó mezclar en esto al secretario de Transporte, por poco no se lo presenta como el jefe de la banda”, acometió verborrágicamente el jefe de la bancada oficialista, el rionegrino Miguel Angel Pichetto, luego de que el socialista Rubén Giustiniani pidiera la presencia de algunos funcionarios nacionales para informar y dar explicaciones sobre las narcovalijas. Una palabra llevó a la otra, en el medio se cruzó la interna justicialista y, aunque reglamentariamente no había quórum, las chispas prenuncian otras batallas.
Con el formato de una interpelación, o bien de informes en las comisiones parlamentarias, la oposición, en sus variadas identidades, reclamaba la presencia del ministro de Defensa, José Pampuro, o la del jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Esta fue la bandera que tomó Giustiniani.
Todo habría quedado ahí si Pichetto no hubiera reaccionado con el mismo estilo con el que el presidente Néstor Kirchner abordó el tema durante los últimos días. El titular de la bancada no dudó en calificar el caso como “un hecho policial” sobredimensionado por el periodismo. No dio nombres, pero se refirió a columnistas dominicales de diarios centenarios diarios.
El tema de las valijas le permitió repetir sus quejas contra algunos artículos periodísticos. Entre ellos, la manera en que se presentó la reforma del Código Penal que modifica los criterios para la prescripción de las causas judiciales.
“Algunos editorialistas de domingo escriben con gran pluma, pero no dicen la verdad. Se instala la idea de que hay una política de impunidad. Nos gastan durante diez días en todos las radios y luego en una nota editorial este prestigioso medio dice que la ley (reforma al Código Penal) era una buena ley”, puntualizó. Al caso le siguieron otros. El senador resaltó que “cualquier portada construye la agenda de temas de nuestro país”. No desaprovechó la ocasión de quejarse por las críticas que se le hicieron a Kirchner por permanecer en su casa de El Calafate luego del trágico incendio en el boliche República Cromañón.
El radical Mario Losada le respondió que no podía “decirse que el periodismo era bueno cuando habla bien del Gobierno y malo cuando habla mal”. Sin embargo, y a pesar de la insistencia de los radicales en la interpelación a Pampuro, la oposición más dura vino desde las propias filas del bloque justicialista. “No comparto que se diga que tratar el tema de las valijas afecta la gobernabilidad”, comenzó la puntana Liliana Negre de Alonso. Pichetto intentó corregir la interpretación que la senadora había hecho de sus dichos, pero la legisladora estaba lanzada. “No sólo la Fuerza Aérea tiene toda la responsabilidad. También la tiene Interpol, también la tiene la SIDE. Asumamos que nos equivocamos al elegir a las personas que ocupaban ese lugar. Elección del Presidente. Pidamos las renuncias que hay que pedir”, señaló. Hubo tiempo para que el radical santacruceño Carlos Pradez dijera que “no quería involucrar en esto al Presidente”, pero que todas las personas que estaban en organismos de control eran de su confianza directa. La defensa de Kirchner la hizo el chubutense Marcelo Güinle.
Algunos hombres del oficialismo, como el santacruceño Nicolás Fernández, volvieron a ocupar sus bancas, pero la discusión se estaba apagando. Una hora y media de debate. Varios fueron los parlamentarios que luego analizaron con Pichetto las posiciones de Negre de Alonso. “No conozco ningún bloque oficialista-opositor”, se le escuchó decir al rionegrino cuando tomaba el ascensor rumbo a su despacho. Los justicialistas ven que aunque no se haya sumado al bloque menemista, por la dinámica política, la puntana está más afuera que dentro de la bancada.

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