Sáb 26.02.2005

EL PAíS  › EL SEGUIMIENTO QUE HACE EL
GOBIERNO DEL AFFAIRE SOUTHERN WINDS

Delgada línea alrededor de Ezeiza

Kirchner analiza números de decomisos según líneas aéreas. Preocupación por Jaime. Beltrame comenzó su arresto domiciliario.

› Por Diego Schurman

El affaire de las narcovalijas llevó ayer a Néstor Kirchner a zambullirse en un puntilloso informe sobre la salida de drogas del aeropuerto de Ezeiza desde vuelos de distintas líneas aéreas. La preocupación del Presidente pasa por estas horas por la búsqueda obsesiva de información que acredite la versión oficial que su distancia inicial del tema fue producto del desconocimiento y, en algunos niveles de su Gobierno, por la creencia de que se trataba de un mero “caso policial”.
El trabajo que estudió minuciosamente Kirchner fue enviado por el titular de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Marcelo Saín. Aunque fue el ministro de Defensa, José Pampuro, quien se lo dio en mano al Presidente durante una reunión de la que también participó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
Los tres cotejaron cómo durante el período 2003-2004 hubo casos de contrabando de drogas en una variedad de líneas aéreas, en general con destino europeo, como Alitalia o Iberia, por citar algunos ejemplos. El trío se interesó en el tema, aunque reconocieron que no tuvieron la misma envergadura ni el impacto político que el de Sou-thern Winds.
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, siempre dijo que la información que llegó a sus manos sobre el envío de cuatro valijas con 60 kilos de cocaína a España tenía un tinte policial. Y que recién “cuando empieza a tomar otro color”, en febrero, le acercó el dato a Kirchner.
El funcionario se metió en un berenjenal de fechas que pusieron los pelos de punta al Presidente, quien ayer decidió estudiar un tema, como la relación de la droga con las aerolíneas, que ni por asomo imaginaba apenas unos días atrás.
Nadie se arrepiente en la Casa Rosada sobre el argumento de la falta de aviso que utilizó Kirchner para descabezar a la cúpula militar. Y el mejor ejemplo de ello fue el titular de la Aduana, Ricardo Echegaray, quien por la misma razón dijo ayer que habría que barrer con la conducción de la División Drogas Peligrosas del organismo. Echegaray inició un sumario administrativo.
Otro que no avisó a sus superiores, el jefe de Ezeiza Eduardo Beltrame, inició ayer su arresto de 10 días en su domicilio particular, conforme al reglamento militar. Beltrame es padre de uno de los ex empleados de Southern Winds detenidos. La Casa Rosada le recordó ayer a Pampuro la necesidad de que el militar aporte todo lo que sabe a la Justicia y a la Oficina Anticorrupción.
Antes de que estallara públicamente el escándalo, Beltrame presumía tener la información de la cinta de video de las cámaras de seguridad del aeropuerto. Más aún, decía entonces su intención de no callar nada, seguro de la existencia de una maniobra en su contra. Aunque los hechos demuestran su cambio de parecer.
Al despacho que Beltrame utilizaba en Ezeiza se accede por un pasillo que también conecta con la oficina de la Dirección de Transporte Aerocomercial. Se trata de una de las direcciones de la Secretaría de Transporte. Su titular, Ricardo Jaime, habló ayer por segundo día consecutivo.
“No tengo ninguna vinculación con un hecho tan grave como fue el tráfico de droga, independientemente de que la decisión siempre la tiene el Presidente”, respondió Jaime en diálogo con Radio Continental ante una consulta sobre su posible renuncia.
Jaime fue denunciado por el ARI y el radicalismo por incumplimiento de sus funciones durante la asociación entre SW y Lafsa (Líneas Aéreas Federales). Las acusaciones contra el funcionario mantienen en vilo al Gobierno. “Estamos atentos al tema”, fue la frase que salió de un funcionario oficial, dejando en claro que el futuro de Jaime es materia de análisis en la Rosada.
Sin embargo, públicamente el Gobierno se muestra encolumnado detrás de un mismo argumento para defender al cuestionado funcionario. O sea, que la denuncia es el atajo con el que la oposición busca vincular a Kirchner con un caso de narcotráfico.
Las derivaciones del tema son impensadas. A tal punto, que generaron cruces entre el subsecretario de Aerotransporte Aerocomercial, Ricardo Cirielli, y la diputada Alicia Castro. Uno por razones obvias, y la otra por gestos y señales, han dado suficientes muestras de cercanía con Kirchner. Sin embargo, el funcionario acusó a la legisladora de hacer lobby para Aerolíneas Argentinas en desmedro de Southern Winds y la mujer lo acusó de malversación de fondos públicos para favorecer a la empresa de los hermanos Maggio.

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