EL PAíS
› UN TESTIGO CLAVE CONFIRMO
A LA JUSTICIA LAS RELACIONES EN SW
“Arriete, mano derecha de Maggio”
El intermediario de la operación entre SW y el empresario Martín Varsavsky declaró ayer ante el juez que el ahora detenido gerente comercial era un hombre muy cercano al presidente de la aerolínea.
› Por Raúl Kollmann
Uno de los mayores ingresos que consiguió Southern Winds en los últimos años fueron los cinco millones de dólares que aportó como crédito el empresario argentino radicado en España Martín Varsavsky. Ayer declaró ante el juez Carlos Liporace quien fuera intermediario en esa operación y aportó una serie de datos imprescindibles. “No es cierto que el jefe de ventas de Southern Winds (SW), el detenido Fernando Arriete, haya sido un subordinado lejano del titular de la línea, Juan Maggio. Pasaba todo lo contrario: era su mano derecha y estaba en todas las negociaciones de ese crédito. La empresa vivía de drama económico en drama económico, al punto de que a veces buscaban 10.000 dólares para cerrar agujeros. Nada se hacía sin que Maggio lo supiera y era quien daba el visto bueno hasta para lo más ínfimo”, declaró el testigo. Paralelamente, hay una casualidad que llama la atención en la causa judicial: a mediados de septiembre, cuando se produjo el envío de las valijas a España, SW buscaba desesperadamente fondos para pagar 500.000 dólares –400.000 euros– a la empresa que era dueña del único avión que podía hacer vuelos internacionales. Necesitaban el dinero sí o sí porque perdían el avión.
Según testigos, el detenido Arriete tenía incluso mayor influencia sobre Juan Maggio que el hermano de éste, Christian. Es más, había una especie de pelea por estar más cerca de Juan, y en esa pelea Arriete parecía que le iba ganando la pulseada a Christian.
Los datos tienen importancia porque una de las claves de la investigación tiene que ver con las dos hipótesis que se barajan:
- Los detenidos Arriete y Walter Beltrame manejaban la operación de la cocaína. Arriete tenía poder para ordenar que suban las valijas a los aviones y Beltrame era quien, en Ezeiza, hacía cumplir esas órdenes. Se trataba de dos personas ubicadas en puestos clave y con poder suficiente para lograr que las valijas fueran directamente a las aeronaves, sin pasar siquiera por los scanners. Al mismo tiempo, Beltrame viajaba a España y supuestamente supervisaba allí la entrega de las valijas. El otro empleado en la mira es Claudio Tamburrini, ubicado en un puesto jerárquico en Barajas y contacto con los dos españoles a los que después detuvieron con 16 kilos de cocaína. Si esta hipótesis es cierta, se trata de una organización infiltrada en SW e integrada por empleados infieles.
- La otra hipótesis es que Arriete era mano derecha de Maggio y operaba bajo las directas órdenes de éste. Había una estructura en la que, además de la venta de pasajes, la compañía se beneficiaba del tráfico. A eso apuntan quienes señalan las irregularidades del vuelo a Tacna, quienes sostienen que los Maggio hicieron la denuncia de lo ocurrido cuando ya no tuvieron más remedio, 20 días después de que la droga fuera descubierta por la Guardia Civil española y quienes creen que SW era una empresa muy personalista en la que Maggio sabía todo.
En su declaración judicial, Maggio sostiene que él no se enteraba de todo y que ni siquiera negociaba directamente los créditos, algo que sólo hacía el gerente financiero. El lobbysta del crédito otorgado por Varsavsky sostiene que eso es falso, que Maggio personalmente negoció el crédito y junto al titular de SW estaba siempre el detenido Arriete.
Tampoco deja de ser un dato de importancia la desesperada búsqueda, justo en la época de la operación de las valijas, de los 400.000 euros para pagar el avión que se usa en las rutas internacionales. En la causa judicial hay declaraciones que confirman que se le pidió ese dinero, entre otros, al propio Varsavsky, como adelanto del crédito. Pero esa iniciativa no prosperó, por lo que el dinero tenía que salir de otro lado.
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