EL PAíS
“Es fundamental para Santiago lograr una sintonía con la Nación”
El radical Gerardo Zamora asumió ayer como gobernador en Santiago del Estero. En esta entrevista asegura que buscará cambiar las prácticas hegemónicas del juarismo y mejorar la calidad institucional de la provincia.
› Por José Natanson
Con sólo 41 años, el radical Gerardo Zamora asumió ayer como gobernador de Santiago del Estero, luego de cinco décadas de hegemonía juarista. Hasta ahora intendente de la capital provincial, Zamora se impuso al candidato peronista José Figueroa en las elecciones del 27 de febrero y ahora tiene por delante la difícil tarea de gestionar un distrito empobrecido y feudalizado, con escaso potencial económico y un conjunto de instituciones maltrechas. “Tengo muy claro que los santiagueños votaron por un cambio”, sostiene Zamora, un hombre moderado y poco conflictivo, acusado por sus adversarios de antiguas simpatías por los Juárez, que aceptó dialogar con Página/12 ayer por la mañana, un rato antes de asumir su nuevo cargo.
–¿Qué cosas van a cambiar con su gobierno?
–Muchas cosas. Asumimos con un gran compromiso de transformar la provincia y convertirla en un lugar distinto, donde existan la seguridad jurídica, el orden y la previsibilidad institucional. La nuestra es una provincia muy castigada, no sólo económicamente. Vamos a recrear la cultura del trabajo y a sentar las bases de una nueva justicia y una nueva institucionalidad.
–Sus adversarios lo acusaron de no enfrentarse directamente con el matrimonio Juárez. ¿Es posible cambiar la realidad de Santiago sin combatir la herencia juarista?
–Pero no es así. Yo tengo bien claro que los santiagueños votaron por un cambio, por el comienzo de una nueva etapa, y eso es lo que vamos a hacer. Vamos a llevar adelante un cambio profundo, que tiene que ver con el desarrollo económico y con el respeto a las libertades individuales, a la Justicia independiente.
–¿Por qué no fue a las marchas por el doble crimen de La Dársena?
–Porque no hago política con el dolor.
–Pero podría haber ido como una forma de acompañar a los familiares.
–Se hubiera leído como que estaba tratando de aprovechar esa circunstancia dolorosa para mi provecho político.
–Es curioso, porque las marchas marcaron el comienzo del fin del reinado de los Juárez, produjeron la intervención federal y luego las elecciones que derivaron en su triunfo.
–Los santiagueños conocen mi posición en este sentido, mis reclamos por justicia, pero a diferencia de otros dirigentes políticos preferí no hacer especulaciones en este sentido. El pueblo de Santiago sabe mi posición y por eso me votó.
–Uno de los legados institucionales de Juárez es la Constitución, que no fue tocada. ¿Va a reformarla?
–Por supuesto. En la campaña nos comprometimos a hacerlo y vamos a mandar a la Legislatura un proyecto de reforma. Es un paso fundamental para garantizar una Justicia independiente, para transparentar y dotar de más calidad a las instituciones y para avanzar en algunos temas pendientes, como la autonomía municipal. Va a ser uno de los ejes de mi gestión.
–¿Cuál es la perspectiva económica de Santiago del Estero, que tiene las cuentas ordenadas y el presupuesto equilibrado pero mantiene índices alarmantes de pobreza e indigencia?
–En primer lugar, nos comprometemos a generar un Estado eficiente, a usar la imaginación para buscar políticas de desarrollo económico y social. Nuestra provincia, lamentablemente, tiene el índice de presión fiscal más alto del país, mucho más que la provincias vecinas, del 4,5 por ciento. Esto obviamente desalienta las inversiones y genera un bajo nivel de competitividad para nuestra economía. Además, por supuesto, esto genera mucha evasión, que es uno de los problemas económicos que vamos a combatir. En segundo término, tenemos que avanzar en obras de infraestructura para empujar el desarrollo: faltan caminos, agua, energía. Yo lo hice como intendente de la capital. Recibimos el municipio endeudado, prácticamente quebrado, y logramos equilibrar el Presupuesto enbase al esfuerzo y la austeridad. Ahora vamos a aplicar esa política a la provincia.
–¿Qué va a pasar con los empleados públicos?
–Hay que fomentar la capacitación y rejerarquizar la carrera administrativa. Y también respetar la opinión de cada uno y garantizar que no haya exclusión o persecución por motivos políticos, como sucedió en el pasado. Pero Santiago tiene que dejar de ser una provincia que vive del empleo público.
–¿Cuántos empleados tiene hoy la administración pública provincial?
–40 mil.
–¿Los va a echar?
–Vamos a respetar la estabilidad del empleo, por supuesto. Los empleados públicos son inamovibles. Vamos a buscar un punto de equilibrio, porque además vencen los contratos de los empleados tomados por la intervención.
–¿Habló con Néstor Kirchner en los últimos días?
–No. Pero sí hablé varias veces con Alberto Fernández.
–¿Cree que su origen radical puede perjudicarlo en la gestión?
–No. Hay una fuerte vocación de trabajar junto con el gobierno nacional. El Presidente se ha manejado de manera equitativa con todos los gobernadores, sin importar el origen político de cada uno. Lo sé porque he conversado con otros gobernadores radicales. Es fundamental para nuestra provincia lograr una sintonía con la Nación. Santiago del Estero ha vivido al margen de los cambios nacionales durante mucho tiempo. Necesitamos que nuestra provincia produzca una transformación para ponerse en línea con el resto del país.
–¿Qué importancia tiene su triunfo para el radicalismo?
–Bueno, nosotros constituimos un frente electoral integrado por varios partidos.
–Pero el eje de ese frente fue el radicalismo y usted es un afiliado radical.
–Sí, por supuesto. Yo soy el presidente de mi partido en Santiago del Estero y era hasta ahora titular del Foro de Intendentes Radicales. Yo no nacionalicé la victoria, que tuvo su raíz en una realidad provincial y una crisis muy grave que vivimos en Santiago. Pero de todos modos creo que el resultado de la elección demuestra que cuando un partido se abre, cuando se renueva y se pone a tono con las exigencias de la gente puede producir cambios y liderar procesos de transformación importantes.
–Hablando de renovación, ¿va a apoyar la candidatura de Raúl Alfonsín como titular de la UCR?
–No sé, no he hablado de los temas partidarios.
–Pero no parece justamente un signo de renovación.
–No sé, la verdad es que no tuve tiempo de ocuparme de estas cosas.
Subnotas