EL PAíS
Piden que el Faro de Punta Mogotes sea un nuevo Museo de la Memoria
Durante la dictadura funcionó allí uno de los campos de concentración clandestinos que la Armada tuvo en Mar del Plata, por el cual pasaron cientos de detenidos, la mayoría de los cuales permanecen desaparecidos. El proyecto fue presentado a Kirchner.
El Faro de Punta Mogotes es, junto al Casino y los lobos marinos de la Rambla, uno de los símbolos clásicos de Mar del Plata. Durante la dictadura, esa postal del extremo sur de la ciudad estaba decorada con un infante de Marina armado con ametralladora y un cartel que prohibía la práctica de surf. La custodia celosa de la Armada tenía una explicación: en el mismo predio funcionaba la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina (ESIM), donde operaba un centro clandestino de detención. El instituto de instrucción de la Armada se mudó a fines de los ’90 a Puerto Belgrano y en su lugar se construyó un parque de diversiones privado que duró apenas dos años, y desde entonces esos terrenos permanecen prácticamente abandonados. Días atrás, la Comisión Municipal de la Memoria, la Verdad y la Justicia marplatense presentó un proyecto –que llegó hasta el presidente Néstor Kirchner– para que el lugar sea convertido en un Parque de la Memoria.
El ex edificio de la ESIM fue una de las bases de operación de la maquinaria represiva en Mar del Plata, junto a La Cueva, que funcionó en el Grupo de Artillería de Defensa Aérea 601 de Camet; la Base Naval, donde decenas de detenidos eran alojados en el Edificio de Adiestramiento de la Agrupación de Buzos Tácticos, a pocos metros del Yatch Club donde solía navegar Alfredo Astiz, y la Comisaría IV.
Tal como indican los testimonios recogidos por la Conadep y en las audiencias de los Juicios por la Verdad, por el centro de torturas ubicado en Punta Mogotes pasaron cientos de detenidos, muchos de los cuales permanecen desaparecidos. Según explicaron algunos sobrevivientes, por la cantidad de presos alojados en el lugar, la Armada llegó a utilizar el mismo edificio del Faro para ubicar a los detenidos. Los organismos de derechos humanos no descartan incluso que en el lugar existan fosas comunes.
En 1984, el Concejo Deliberante marplatense presentó un proyecto para que la ESIM dejara de funcionar en ese espacio, pero la Marina se las ingenió para que su academia siguiera en actividad hasta fines de los ’90, cuando fue trasladada a Puerto Belgrano. De todos modos, la Armada siguió controlando las playas y terrenos ubicados junto al Faro, y en 2001 se los entregó en concesión a una firma privada que abrió un parque de diversiones. Este emprendimiento despertó el rechazo de los organismos de derechos humanos, que pidieron que el lugar fuera preservado para recordar los crímenes de la dictadura. A partir de este reclamo, en febrero de 2002 los integrantes del Tribunal Oral Federal que instruye los Juicios por la Verdad en la ciudad realizaron una inspección en ese predio y dispusieron un recurso de “no innovar” para que no fuera modificado. Esta medida significó la virtual desaparición del Paseo Bosque Faro.
Sin embargo, esta decisión judicial fue apelada por la Armada ante la Sala IV de la Cámara de Casación. Para resolver este planteo, ese tribunal pidió que el expediente original de la causa fuera remitido a Buenos Aires, y de este modo logró paralizar los Juicios por la Verdad en Mar del Plata, que se reanudaron en septiembre de 2004.
A fines del año pasado, la Comisión Municipal por la Memoria, la Verdad y la Justicia municipal –integrada por organismos de derechos humanos, organizaciones comunitarias, la Universidad Nacional de Mar del Plata, y miembros del Ejecutivo y del Concejo Deliberante comunal– presentó un proyecto para que el predio que ocupan la ex ESIM y el Faro sea declarado sitio histórico, y que sea convertido en un Parque de la Memoria. “Nuestra idea es preservar ese lugar para que sea un espacio de recordación sobre lo que sucedió en la ciudad y el país, con actividades culturales y educativas que puedan ayudar en ese sentido”, explicó a Página/12 Julio D’Auro, uno de los impulsores de la idea.
El pasado 18 de febrero, durante la visita del presidente Néstor Kirchner a Mar del Plata, los integrantes de la Comisión por la Memoria le entregaron personalmente una carpeta con los objetivos de la iniciativa. “Este proyecto –señala la documentación que recibió Kirchner– pretende convertir lo que fue un campo de reclusión y exterminio de prisioneros políticos en un destino de uso público para la recordación y apuesta fuertemente a una construcción colectiva de la memoria para que aquellos desgraciados hechos no vuelvan a suceder.” Desde los organismos de derechos humanos marplatenses expresaron su confianza en que la intervención presidencial pueda acelerar los trámites necesarios para que el proyecto –que afectaría terrenos que pertenecen al Estado nacional, a la provincia y al municipio– pueda ponerse en marcha.
Informe: Alfredo Ves Losada.
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