La CGT dará a conocer mañana una respuesta formal a los planteos de Roberto Lavagna de atar eventuales aumentos salariales a un incremento de la productividad. En una reunión de Consejo Directivo, la central sindical unificará criterios –hasta ahora sus tres cosecretarios respondieron por separado– y se plantará ante el ministro de Economía, aunque ya se descartó la posibilidad de implementar una medida de fuerza.
La reunión se decidió ayer luego de que todo el abanico sindical coincidiera en la necesidad de ofrecer una respuesta más técnica a Lavagna, lejos de las chicanas que proliferaron el fin de semana.
En rigor, tanto el ministro de Economía como los sindicalistas explotaron las internas ajenas. Lavagna lo hizo organizando un encuentro con Susana Rueda pero dejando afuera a Hugo Moyano. El tercer cosecretario, José Luis Lingeri, aclaró que fue a esa reunión para resolver cuestiones vinculadas a la empresa Aguas Argentinas y no en nombre de la CGT. Los memoriosos saben de la alianza estratégica entre Moyano y Lingeri para desplazar a Rueda de la conducción sindical.
Por su parte, el camionero le pegó a Lavagna equiparándolo con Domingo Cavallo, por aquel decreto del ex superministro que ató salarios a la productividad. Y Juan Manuel Palacios –compañero de ruta de Moyano– dijo que más que razones económicas veía en la actitud del actual jefe del Palacio de Hacienda “motivos políticos”.
Como si eso no bastara, en sedes sindicales hicieron correr un rumor de una amenaza de renuncia de Lavagna que habría sido frenada a tiempo, desayuno de por medio, por Eduardo Duhalde. A no ser por una confusión de un encuentro anterior, que sí mantuvieron el funcionario y el ex presidente, todo parecía estar fabulado como resultado de la bronca que despertaron las expresiones de apoyo de Duhalde a Lavagna.
Hay otras afirmaciones en la trinchera sindical, y que sí tienen asidero. Por ejemplo, que fue el propio Kirchner quien en diciembre último alentó a la CGT y a la UIA a discutir la política salarial. Se lo dijo a Moyano, quien viene poniendo al tanto de las tratativas al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. Y si de internas se trata, se sabe que Lavagna y De Vido tienen la propia.
En concreto, nadie adelantó ningún detalle de lo que saldrá de la reunión del Consejo Directivo de mañana, pero Lingeri dio a conocer ayer un comunicado que podría dar una pista. “No podemos cerrarnos a esquemas rígidos de productividad o rentabilidad empresaria, ya que en todas las actividades las reglas de juego no son iguales, considerando que el sector empresario conformó sus costos a un dólar de 4 pesos, y a pesar de esto no sólo no ha bajado los precios, sino que aún se sigue remarcando.”
A pesar de las diferencias que subsisten en el seno de la CGT, Rueda fue coincidente con Lingeri. “La productividad no se puede medir en todas las actividades por igual. Tampoco el referente es la inflación, porque como decía Perón, en una carrera los salarios van por la escalera y los precios por ascensor. Nosotros tenemos que ver la manera de fortalecer una política salarial y que eso no sirva a los sectores corporativos para que sigan especulando”, le dijo a Página/12.
Ahora Moyano, Lingeri y eventualmente Rueda –que confió a este diario desde Santa Fe, donde celebraba su cumpleaños, que aún no había sido puesta al tanto de la reunión de Consejo Directivo– tienen la palabra.