Hay que arremangarse y salir a buscar los avales que faltan para poder realizar el referendo de revocatoria de mandato. Así podría sintetizarse el mensaje que el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, transmitió ayer a unos 150 funcionarios de las líneas intermedias de su administración, a quienes reunió para pedirles que participen activamente en esa tarea. La idea es que el ibarrismo en pleno salga a la calle a juntar firmas a partir del próximo fin de semana. Para darle mayor impulso a la campaña, el propio Ibarra hará una recorrida por diferentes barrios de la ciudad y prepara para una segunda instancia una movida con personalidades de la cultura, el deporte y las organizaciones sociales.
Los ibarristas tienen mucho por recorrer para conseguir las casi 520 mil firmas que la Constitución porteña establece como requisito para la realización del referendo de revocatoria de mandato. Ibarra anunció su decisión de someterse al veredicto de los porteños a mediados de enero, pero hasta ahora sólo consiguió reunir unos 150 mil avales, además de otros 20 mil que juntaron algunos de sus aliados como los socialistas.
La convocatoria al plebiscito le permitió a Ibarra salir de la extrema debilidad en que lo dejó la tragedia de República Cromañón, pero su situación podría volver a complicarse si no consigue hacerlo: tal como reveló Página/12 el último domingo, las encuestas que manejan en la Jefatura de Gobierno indican que en ese caso la mayoría de los porteños le cargará a su cuenta otra promesa incumplida de la vieja política y se produciría una fuerte caída en su imagen.
Los funcionarios que Ibarra congregó en la Sala C del Centro Cultural General San Martín –en su mayoría directores generales y directores– recibieron información de esas encuestas. Quien les precisó los datos fue el jefe de Gabinete local, Raúl Fernández. Antes de eso, Ibarra los exhortó a redoblar sus esfuerzos para alcanzar las metas de gestión establecidas, pero también a sumar política a la agenda de gobierno y a hacerse cargo de juntar las firmas que se requieren para hacer el referendo.
La exposición de Fernández apuntó a “motivar” a los funcionarios para que participen en forma activa de la campaña que en los próximos días lanzará el ibarrismo. Alrededor del jefe de Gobierno reconocen que más allá de las trabas que inicialmente puso la Justicia para entregar las planillas correspondientes, hubo después demasiado convencimiento entre la militancia para salir en busca de las firmas. No por nada Fernández recordó a los presentes que estaban en la reunión porque “son cuadros de gestión, pero también cuadros políticos”.
Los ibarristas prometen “saturar” las calles a partir del próximo sábado y lanzar una amplia campaña de difusión, que incluirá desde afiches en la vía pública hasta folletos que se entregarán casa por casa. “Firmá por más democracia” y “Firmá para decidir juntos”, dirán los carteles y la consigna de los volantes será “Firmá por el referéndum”.
El propio Ibarra saldrá de recorrida durante el fin de semana. No se sabe aún si el sábado o el domingo, ni tampoco en qué barrios, pero sí que será en el área central de la ciudad. Los ibarristas tienen estudiado que el 63 por ciento de los porteños que acuerdan con la realización del referendo viven mayoritariamente en zonas como Flores, Caballito, Almagro, Villa Urquiza, Villa Crespo y Palermo –donde Ibarra siempre ha hecho sus mejores elecciones– y es sobre todo ahí donde concentrarán sus esfuerzos.