La idea de unidad parece haber empezado a prender en un sector de la izquierda argentina. Aunque aún son múltiples los reagrupamientos, sus referentes concuerdan en que “no habrá proyecto viable si no se avanza en un proceso de unidad”. En ese camino confluye Coincidencia Popular: un espacio que reúne a dirigentes de experiencias disímiles como Mario Cafiero y Alicia Castro, partidos políticos de extracciones ideológicas tan distintas como el Socialista Auténtico (PSA), la Democracia Cristiana (DC) y el Comunista Revolucionario (PCR), a los que se suman pequeños desprendimientos del radicalismo y hasta sectores gremiales y piqueteros de la Corriente Clasista y Combativa (CCC). El proceso de unidad también incluye conversaciones con el Encuentro por la Soberanía Popular (nacido en Rosario) y la Izquierda Unida (IU).
“Las fuerzas antipopulares han podido prevalecer durante las últimas décadas, entre otros factores, por la dispersión de las fuerzas políticas vinculadas a un proyecto de nación distinto a esta factoría. Coincidencia Popular (CP) tiene un año de vida y todos hemos hecho hincapié en cuatro puntos programáticos: un nuevo tratamiento de la deuda externa, la refundación del Estado nacional, la redistribución de la riqueza y la unidad latinoamericana”, sintetiza Mario Mazzitelli, secretario general del PSA y el dueño de casa donde se reúne habitualmente CP: la vieja biblioteca de la calle Sarandí donde militó durante sus últimos años de vida el mítico dirigente socialista Alfredo Palacios.
Para el diputado nacional Mario Cafiero (Bloque Soberanía Popular), “en CP compartimos un diagnóstico de la crisis argentina y la construcción de un espacio de unidad frente al fracaso de los partidos tradicionales y la fragmentación del campo nacional y popular”. La crítica a las “viejas estructuras partidarias” del PJ y la UCR es una de las coincidencias en la que también se incluyen otras experiencias. “Hay que construir y consolidar un frente de izquierda. Una alternativa pendiente que se frustró con el Frepaso y la traición de sus líderes”, argumentó la diputada Alicia Castro (Frente para el Cambio).
Las frustraciones también movilizaron en la búsqueda de otros caminos a ex militantes radicales. “Los acuerdos sólo electorales fracasan a través del tiempo. Nuestra idea es generar un frente sólido y eso requiere un tiempo”, señala Hebe Febles, una ex diputada provincial de la UCR que ahora fundó Red Popular (RP). Juan Carlos Colela, de Intransigencia Popular (IP), también vivió “la claudicación de (Raúl) Alfonsín en el ’85 y la traición de (Oscar) Alende, en el ’89 con el Partido Intransigente, cuando hizo el acuerdo con (Carlos) Menem”. Para Colela “el concepto de Frente Amplio es el más idóneo para recomponer el poder político de parte del pueblo y así disputarle espacios de poder a los sectores regiminosos”. “Con CP compartimos una parte del ideario y otras partes no, pero hemos encontrado acá un espacio amplio y democrático con gente que se respeta unos a otros con formas de relación consensuadas, donde no hay divismo ni peleas mezquinas. Nuestra pelea es por una revolución nacional, popular y antiimperialista en la Argentina”, expresó Antonio Sofía, uno de los fundadores del PCR después del cisma en el Partido Comunista en 1968. A ellos también se sumaron sectores marxistas que militan en agrupaciones sindicales y grupos piqueteros de la CCC.
La posibilidad de disenso también abrió el debate a otras formas de “acumulación política”. Como la experiencia en la que trabajan en el conurbano el PSA y el ex dirigente peronista Luis Brunati, el ex ministro de Gobierno de Antonio Cafiero que enfrentó por primera vez el poder de la Bonaerense pero que quedó huérfano del apoyo político del entonces gobernador. Brunati expuso ante los integrantes de CP “las experiencias de organización asamblearia y horizontal” en sectores populares.
El primer escollo que deberá sortear CP es la puja electoral de octubre. “Este es un acuerdo programático, todavía no hemos arribado a ninguna conclusión sobre las candidaturas. Más allá de las diferencias en el proceso electoral, vamos a sobrevivir a esta instancia”, insistió Mazzitelli. Todos coincidieron que “se van a producir, por ejemplo en el Gran Buenos Aires, entendimientos políticos electorales muy amplios”.
El proceso de unidad y de acuerdos electorales también incluye conversaciones con lzquierda Unida y el Encuentro por la Soberanía Popular, nacido en Rosario en septiembre del año pasado. “Está abierto todo el diálogo con el grupo Rosario. Incluso, la mayoría de nosotros hemos estado allí. Nuestra responsabilidad es no repetir errores, como asociarse a aquellos partidos tradicionales que han traicionado la voluntad popular. Ni del PJ ni de la UCR se puede pensar una renovación política”, aclaró Cafiero. Castro coincide: “Los cambios que proponemos no se pueden concretar en una alianza con el radicalismo. Con el grupo Rosario podemos acordar un programa y una agenda común”.
Las críticas al gobierno de Néstor Kirchner también unifican criterios en CP. “Tenemos que construir una alternativa antikirchnerista. Si no aparece que todo lo que está contra el Gobierno es la derecha con palabras a veces fuertes y de hechos absolutamente débiles”, argumentó Sofía. “El Gobierno ha tenido un enorme éxito al construir en el imaginario social que es un gobierno de izquierda y con habilidad no ha tocado ninguno de los resortes del privilegio económico en la Argentina”, agregó Cafiero. Aunque Jorge Lema, de la DC, aclaró que “no nos definimos por la posición frente al gobierno de Kirchner, sino por esta vocación de construir una alternativa y proponérselo al pueblo con una posibilidad de realización concreta”.
Pero el proceso de unidad en la izquierda sigue siendo un camino sinuoso con senderos que se bifurcan y otros que convergen, incluso en CP. El PCR entabló contactos con IU para encauzar un “gran movimiento anti Bush”, cuando el presidente de los Estados Unidos visite la Argentina en noviembre de este año. Otros partidos buscan armar acuerdos electorales para octubre y el propio Mazzitelli será uno de los oradores en el acto que el Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados, de Raúl Castells, prepara para el 1° de mayo en Ferro.