Mié 11.05.2005

EL PAíS

“Llantos, lamentos” y una nueva propuesta para salvar el Mercosur

Lavagna presentó una nueva propuesta para contrarrestar el daño provocado en algunos sectores por el aumento “desmedido” de las importaciones desde Brasil. A pesar de los gestos de buena voluntad, los empresarios brasileños rechazaron cualquier restricción.

› Por Claudio Scaletta

La Argentina presentó en Brasil una nueva propuesta para compensar los desequilibrios comerciales en el interior del Mercosur y quedó a la espera de un respuesta del socio mayor, “quien ahora debe dar el próximo paso”, afirmó el ministro Roberto Lavagna. Fuentes del Palacio de Hacienda confirmaron, sin dar más detalles, que la propuesta está en la misma línea que la presentada en septiembre pasado. En tanto, los representantes de la Unión Industrial Argentina sostuvieron que el ministro de Hacienda, Antonio Palocci, les aseguró que trabajará para dar respuesta a los reclamos. Desde la Confederación Nacional de la Industria de Brasil (CNI) contestaron que cualquier restricción comercial es “inadmisible” y que ninguna relación puede construirse sobre “el llanto y los lamentos”.
La propuesta presentada por Argentina se basa en asumir que Brasil no abandonará la batería de subsidios directos e indirectos que benefician los precios de sus exportaciones. En consecuencia, propone el establecimiento formal de una “cláusula de adaptación competitiva” que dé lugar a restricciones a las importaciones, vía cupos o aranceles, punto que deberá consensuarse. La cláusula funcionaría automáticamente frente a dos circunstancias: cuando se produzcan desajustes macroeconómicos, tanto en el tipo de cambio como en el nivel de crecimiento del PIB, y cuando existan desequilibrios objetivos en el comercio sectorial, esto es, cuando las importaciones brasileñas aumenten en forma desmedida, tanto en términos absolutos como relativos (como porcentaje del mercado local). Ambas fuentes podrían ser unificadas, ya que el efecto de los cambios macroeconómicos se reflejaría inmediatamente en los flujos de comercio. Otro de los temas propuestos es un acuerdo que sirva de marco para la localización de inversiones, pues Argentina considera que hubo una competencia desleal por parte de Brasil.
El mensaje que intentó dejar Roberto Lavagna, en línea con las aspiraciones de la cúpula de la UIA, es que el país necesita recomponer su articulación industrial, no solo para reindustrializarse y crecer, sino también para evitar que el crecimiento se traduzca en déficit comercial vía aumento de las importaciones. Sin este desarrollo no podrá existir, a posteriori, una integración deficiente para ambas partes. En este camino la cooperación de Brasil sería indispensable y no puede esperarse que surja de la autorregulación del sector privado.
A juzgar por las declaraciones públicas de Palocci, más atemperadas que las de su par de Desarrollo, Luiz Furlán, Brasil comprendería la situación argentina. Un funcionario de Economía dijo a este diario que Palocci ya instruyó a su secretario de Asuntos Internacionales, Luis Pereira de Silva, para que estudie la posibilidad de aceptar la nueva propuesta. Una respuesta muy diferente a la que Brasil dio en febrero pasado, cuando rechazó la cláusula de adaptación y, si bien reconocía que los desequilibrios comerciales afectaban a algunos sectores, propuso resolver el problema mediante la creación de una comisión arbitral que trabaje en el marco de las reglamentaciones de la OMC. La contrapropuesta fue considerada inadmisible por Argentina.
El nuevo presidente de la UIA, Héctor Méndez, quien ayer se reunió en Brasilia con sus pares de la CNI, dijo a este diario que “el encuentro fue muy constructivo”. Sobre la reunión que mantuvo con Palocci, sostuvo haber percibido “una gran sensibilidad del ministro sobre los problemas argentinos”. Pero más allá de las ponderaciones de tono diplomático, el dirigente comentó que plantearon tanto a funcionarios como a empresarios “que en las actuales condiciones la UIA no está dispuesta a seguir teniendo Mercosur”. A su juicio, el único camino es que Brasil acepte “algún mecanismo” de adaptación para que “la industria argentina vuelva a fortalecerse”. “El objetivo de nuestra visita es ayudar a que se acepte la propuesta que trajo el ministro Lavagna”, concluyó.
Si bien la respuesta efectiva que finalmente dará el gobierno de Brasil es todavía una incógnita, los industriales de la CNI fueron muy concretos.Armando Monteiro Netto, presidente de la central fabril, declaró después de la reunión con los hombres de la UIA que “cualquier tipo de salvaguarda o medida adoptada de manera impuesta es inaceptable e incoherente con el restablecimiento de las negociaciones y el diálogo”. Si bien el empresario consideró “comprensibles” los reclamos de sus pares argentinos, destacó que primero “es preciso construir una agenda que asegure soluciones estructurales del problema”, ya que “nada será construido sólo con llanto y lamentos”. En el fondo se trata de la misma posición sostenida por Argentina. El problema no puede ser resuelto sobre la base de la buena voluntad empresaria, sino mediante un acuerdo estratégico entre los Estados.

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