EL PAíS
› LA MARCHA FUE PACIFICA, SE ABRAZO TRIBUNALES Y CAMINARON A PLAZA DE MAYO
Miles para repudiar la libertad de Chabán
“Con esta marcha evitamos que salga en libertad”, explicaron los organizadores, que siguen hoy con un acto y mañana con otra marcha. No hubo el menor amago de disturbios y la policía mantuvo una distancia discreta en todo el recorrido.
› Por Carlos Rodríguez
Sin la concurrencia extraordinaria que los organizadores deseaban, sin la violencia que los agoreros pronosticaban, la marcha de repudio al fallo que permitirá la excarcelación de Omar Chabán reunió de todos modos a varios miles de personas que armaron un anillo humano en torno del Palacio de Tribunales. Una vez finalizado el “abrazo” a la sede de la Corte Suprema de Justicia, la multitud marchó en forma pacífica hacia la Plaza de Mayo, con consignas que apuntaron, como en las manifestaciones anteriores, al empresario Chabán y al jefe del Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, señalados como los responsables máximos del incendio del boliche Cromañón que provocó 193 muertes. “Con esta marcha evitamos que Chabán salga en libertad el lunes y, si seguimos luchando, vamos a lograr que vayan presos él y todos los que tuvieron responsabilidad en la masacre”, afirmó José Iglesias, padre de uno de los chicos que murieron en el siniestro. Aludió así al anuncio de Pedro D’Attoli, defensor de Chabán, en el sentido de que no pagarán la fianza de 500 mil pesos que hará posible su liberación “hasta que se calmen los ánimos de todos” (ver aparte).
A las 13 de ayer, horario de convocatoria de la manifestación, el cielo estaba gris y había comenzado a lloviznar. La palabra “justicia”, coreada por la multitud, y el batir de palmas fueron las expresiones más utilizadas en las tres horas que duró la concentración. Aunque los familiares pidieron que se dejaran de lado los estribillos y las banderías políticas, una de las consignas más frecuentes fue el grito “los chicos...”, lanzado al viento por alguno de los padres, y el “presentes”, como réplica de la multitud. La misma fórmula fue empleada, por décadas, en cada acto para recordar a los militantes políticos asesinados durante la dictadura militar. La muerte y la protesta como constante de la historia argentina de los últimos treinta años.
En muchos momentos, la congoja, el dolor se tradujeron en abrazos, en llantos, en insultos dichos en voz baja. “Escuchar la noticia sobre el fallo fue como revivir todo de nuevo. Pero no nos van a quebrar, vamos a seguir unidos por toda la juventud a la que le han quebrado el futuro”, le dijo a Página/12 Claudia Marano, la mamá de Matías La Bella, de 16 años, uno de los chicos muertos en Cromañón. El estado de movilización permanente declarado por los padres sigue hoy, a las 18, con una concentración en el santuario de Cromañón, en Mitre y Ecuador, cerca del boliche incendiado. Mañana, desde las 11, se hará una nueva manifestación frente a Tribunales, para acompañar la presentación del abogado Iglesias ante la Corte Suprema, para que el máximo tribunal, por medio del “per saltum”, intervenga en forma directa para reconsiderar el fallo de la Sala V de la Cámara del Crimen que habilitó la excarcelación de Omar Chabán.
Como el amago de lluvia, que de inmediato se disipó, del mismo modo se calmaron ayer los ánimos de los familiares dolidos por un fallo inesperado. La demostración se desarrolló en calma, sin enfrentamientos con la policía, que mantuvo una vigilancia discreta, a distancia. Al finalizar la ronda en torno de los tribunales, los padres depositaron frente al vallado de seguridad un cartel gigantesco con los nombres de las 193 víctimas fatales del desastre. Después, en forma lenta, llevando pancartas con las fotos de los chicos fallecidos, los manifestantes caminaron por Diagonal Norte hacia Plaza de Mayo, alineados detrás de unos 50 padres. En todas las esquinas se fueron sumando columnas de partidos políticos, organizaciones sindicales o barriales y adherentes espontáneos. A medida que se fueron acercando a la sede del gobierno porteño y a la Casa Rosada, el vallado policial se fue haciendo más estricto y las consignas se endurecieron, pero no hubo incidentes. “Yo sabía, yo sabía, que a los asesinos los cuida la policía”, fue el cántico de la multitud al pasar frente a la Jefatura del Gobierno porteño. También se escucharon las dos consignas más populares en las marchas por Cromañón: “Ibarra, Chabán, las tienen que pagar” y “Ni la bengala, ni el rock and roll, a nuestros hijos los mató la corrupción”. Como repudio al fallo de la Sala V, se escuchó: “Si no hay justicia, qué quilombo se va a armar”. Algunos de los manifestantes, aunque no lo expresaran públicamente por razones obvias, elogiaron la trayectoria de los dos camaristas que votaron en favor de la excarcelación de Chabán. “Esta sala siempre vota en favor de las excarcelaciones y está bien que lo haga. Lo único que puede reprocharse, en este caso, es que no tuvieran en cuenta que Omar Chabán tuvo intenciones de esconderse, de no dar la cara. Por ese motivo tendrían que haberle negado la excarcelación”, dijo un conocido penalista presente en la marcha, en diálogo con este diario.
“Yo no hubiera estado de acuerdo si los camaristas (María Laura Garrigós de Rébori y Gustavo Bruzzone) invocaban el tema de la ‘conmoción social’ para negarle la excarcelación, dado que ese agravante fue incorporado por la dictadura militar para endurecer las penas contra lo que ellos llamaban la subversión. Todos sabemos que la llamada opinión pública es un factor que varía según la postura que adopten los formadores de opinión. Lo que podrían haber dicho, sí, es que Chabán podía intentar la fuga y ése es un peligro real que está latente”, insistió el manifestante, que adhiere en pleno al reclamo de justicia de los padres.
“Lo que creo es que no podemos caer en el facilismo y decir que Bruzzone, por ejemplo, es un corrupto, cuando en realidad es un tipazo que siempre se juega contra la opinión de muchos dinosaurios. Y del mismo modo, no podemos ahora reivindicar a (Jorge) Casanovas, que junto con (Carlos) Ruckauf fue el mentor de la mano dura en la provincia de Buenos Aires.” El penalista se refirió así a los elogios que recibió Casanovas, ex ministro de Justicia de Ruckauf, por haber presentado un pedido de juicio político contra los camaristas Garrigós de Rébori y Bruzzone.
Los padres se manifestaron conformes con la adhesión que tuvo el acto. “El pueblo argentino está harto de la impunidad y por eso nos acompaña en este reclamo”, dijo Iglesias en el cierre de la marcha, mientras la multitud gritaba: “¡Justicia!”. Los oradores agradecieron a todos por “haber peleado por justicia, sin necesidad de hacer desmanes”. El único entredicho fue con una columna del Polo Obrero, que aguardó la llegada de las columnas en la esquina de Bolívar y Avenida de Mayo, porque sus integrantes se negaron a bajar las banderas partidarias. La marcha se cerró con un minuto de aplauso y con el Himno nacional. Los familiares no entendían de explicaciones sobre “garantistas” y “no garantistas”. José Rojas, padre de Fernanda Rojas, lo expresó a su manera: “No entiendo de leyes, sólo tengo presente que, en una semana, la Justicia dejó libres a María Julia (Alsogaray) y a Chabán. Para mí, eso no tiene ninguna explicación lógica; es un escándalo”.