EL PAíS
› LA POLEMICA SOBRE LA EXCARCELACION CONTINUA
Entre la culpa y la mano dura
“No soy el enemigo público número 1”, mandó decir Omar Chabán ayer para defenderse. La “construcción del monstruo de Cromañón” afectó a su familia: con esos términos pidió clemencia pública para el empresario al que se lo ha comparado desde el viernes con la saga de funcionarios menemistas que obtuvieron la libertad en los últimos meses o a los beneficiados por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Ayer, las críticas contra la liberación de Chabán continuaron. Se escuchó al secretario general de la Presidencia y de la senadora Cristina Fernández de Kirchner, que desde Jerusalén advirtió que la liberación de Chabán no puede convertirse en un debate sobre “garantismo o mano dura”.
Oscar Parrilli estuvo en Villa La Angostura, Neuquén, para participar del acto por el 73º aniversario de la fundación de esa ciudad. Allí confirmó que el gobierno nacional avanzará con la presentación judicial para recusar el fallo de excarcelación porque su libertad, dijo, “no puede quedar en manos” del empresario. En esa línea avanzó con una de las críticas más duras y controvertidas del día: “En las últimas semanas, vaya a saber por qué, está reapareciendo la impunidad en la Argentina. Y se está encargando de dejar en la cárcel a los ladrones de gallinas y liberar a quienes masacraron a nuestros jóvenes”.
La senadora Cristina Fernández, en tanto, sostuvo que la Justicia debe aplicarse con “lógica y sentido común”. Consideró que la polémica sobre la excarcelación de Chabán no debe servir para debatir sobre “garantismo o mano dura”. “Algunos aprovecharán” la decisión judicial para decir que “es culpa de los jueces garantistas y pedir mano dura”, dijo y aclaró que no debería avanzarse en esa línea. “Nunca he creído que los problemas de los argentinos se resuelvan a palos. Siempre he sostenido que la legalidad y la Justicia son indisolubles en la vida democrática.”
La postura del Gobierno había quedado clara el sábado cuando el propio Presidente consideró el fallo como “una bofetada para la sociedad argentina” y “un cachetazo avergonzante”. El ministro de Justicia, Horacio Rosatti, quedó “indignado: cuando el derecho no se aplica con sentido común –dijo– estamos ante un grave problema”.
A través de su abogado, Chabán les respondió a todos. No sólo se negó a dejar la cárcel sino adelantó que para hacerlo esperará la decisión de la Cámara de Casación o de la Corte. “No vamos a jugar a los sucios, pero que no nos juzguen los que están juzgando de más”, pidió Pedro D’Attoli. “Este es un país difícil. ¿Quieren agarrarlo para apedrearlo, como se hacía en otra época?”
El abogado José Iglesias adoptó una posición personal sobre el fallo. Padre y representante de las víctimas, habló de impunidad, pero recordó que es “más grave la responsabilidad de los funcionarios” que la de Chabán. “En Cromañón hay muchos otros responsables: Chabán sólo es posible porque un sistema de gobierno lo permite. Porque Chabán es uno, pero con un sistema de gobierno así puede haber otros catorce Chabán, por eso lo más grave es la responsabilidad de los funcionarios.”