EL PAíS
Los jueces que liberaron a Chabán podrían seguir en el expediente
Ya fueron sorteados los camaristas que decidirán sobre Garrigós y Bruzzone. Es muy posible que los confirmen en el caso.
› Por Raúl Kollmann
Abel Bonorino Peró y José Manuel Piombo fueron los dos camaristas sorteados ayer para reemplazar a Gustavo Bruzzone y María Laura Garrigós de Rébori, los jueces que votaron a favor de la excarcelación de Omar Chabán y luego se excusaron de seguir entendiendo en el caso Cromañón por considerar que la repercusión del fallo “supera los límites para mantener ecuanimidad y calma de espíritu”. Los nuevos magistrados pueden decidir hoy mismo si aceptan el apartamiento de Bruzzone y Garrigós de Rébori, pero todo indica que lo rechazarán. Si es así, los dos jueces volverán a ser los camaristas que se ocupan de ese expediente. Si, en cambio, se acepta la excusación de Bruzzone y Garrigós de Rébori, se deberán sortear otros dos jueces para actuar en ese causa, ya que Bonorino Peró y Piombo no lo pueden hacer.
El mes próximo, la libertad de Chabán podría ser confirmada o revocada por la Cámara de Casación. Pero también es posible que ese tribunal decida no intervenir en la cuestión, por lo que el empresario estaría en condiciones de mantenerse en libertad hasta el juicio oral.
Tras el sorteo, Bonorino Peró y Piombo quedaron como los camaristas que están a cargo del expediente Cromañón. Ambos están entre los más veteranos integrantes de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y llevan 45 años en la Justicia. El tercer integrante de la Sala V es Rodolfo Pociello Argerich, quien votó en contra de la libertad de Chabán, pero pidió una licencia, aunque se rumorea que volvería el próximo lunes. De todas maneras, esto último no será decisivo: Bonorino Peró y Piombo están en condiciones de votar hoy mismo, aunque podrían esperar hasta el lunes el regreso de Pociello Argerich.
La primera decisión que deberán tomar los camaristas es si aceptan o no la excusación de Bruzzone y Garrigós de Rébori, quienes plantearon su propio apartamiento, que es una forma de someter a sus pares la actuación que les cupo. Se abren, por lo tanto, dos posibilidades:
- Lo más probable es que los jueces rechacen la excusación de Bruzzone y Garrigós de Rébori por considerar que un magistrado debe dictar justicia de acuerdo con su convicción y no puede aceptarse que críticas, presiones e incluso movilizaciones de afectados sean motivo para apartar a un juez. Si ésa es la decisión, Bruzzone y Garrigós de Rébori vuelven a la causa. Los penalistas consultados por este diario consideran que no existe apelación posible a la resolución que tomen Bonorino y Piombo.
- La otra alternativa, más improbable, es que los dos jueces acepten la excusación de Bruzzone y Garrigós de Rébori. En ese caso, se sortean dos nuevos jueces ya que Bonorino y Piombo no pueden quedarse con la causa. Esto es así justamente porque no se quiere que cuando un magistrado resuelve una excusación esté en juego la posibilidad de que él mismo se quede con la causa.
El siguiente paso en el terreno de las apelaciones es que la Sala, con Bruzzone y Garrigós o con los nuevos jueces, tendrá que resolver dos cuestiones: la excarcelación del jefe de seguridad de Cromañón, Raúl Villarreal, y la apelación de la libertad de Chabán que fue presentada el lunes mismo por el fiscal Joaquín Gasset.
Si Bruzzone y Garrigós se quedan en el expediente, es obvio que le concederán la excarcelación a Villarreal, porque ya tuvieron ese criterio con Chabán. En cambio, si otros dos jueces son designados podría producirse una asombrosa situación: que Villarreal quede preso, mientras que Chabán esté en libertad, siendo que el primero era empleado y subalterno del segundo.
En cuanto a la libertad de Chabán, sea por el camino de la apelación o el de la queja, la Casación tendrá que resolver sobre la cuestión. Hay una alta posibilidad de que diga que no se expide sobre medidas provisionalescomo una excarcelación, sino únicamente sobre fallos que causen efectos definitivos. Si esto es así, Chabán tiene la posibilidad de mantenerse en libertad hasta el juicio oral, que –según los cálculos de la mayoría de los penalistas– se hará en 2007 o 2008. La otra posibilidad es que Casación resuelva abocarse a la cuestión y en ese caso puede confirmar o revocar la libertad del empresario.
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