EL PAíS
› EL REPRESOR RICARDO OLIVEROS SE
DESDIJO EN ESPAÑA DE SU CONFESION
Tras los pasos de Adolfo Scilingo
El ex agente de Inteligencia había admitido haber ejecutado a tres desaparecidos e incluso hizo un croquis sobre una fosa clandestina.
A fines de abril, el ex agente de Inteligencia del Ejército Ricardo Oliveros aportó detalles ante la Audiencia Nacional de Madrid sobre los crímenes cometidos durante la dictadura en Mar del Plata. Una semana después confesó haber asesinado a tres personas desaparecidas y dio precisiones sobre la presunta ubicación de fosas clandestinas cerca de esa ciudad. Ayer, el represor volvió a declarar, pero esta vez –siguiendo los pasos del ex marino Adolfo Scilingo– se rectificó de sus dichos y aseguró que no mató a nadie, sino que se autoincriminó para quedar detenido y de ese modo ponerse a salvo de “servicios secretos argentinos” y hasta de las FARC, que supuestamente lo persiguen. “Sus argumentos son totalmente absurdos”, dijo a Página/12 el abogado de la acusación en los juicios de España, Carlos Slepoy, quien aseguró que hoy pedirán la prisión preventiva de Oliveros “porque –independiente de que se pruebe o no su participación en esos casos– hay suficientes elementos que demuestran que fue un activo partícipe de la represión marplatense y que llevaba adelante los legajos sobre los desaparecidos en la ciudad”.
Oliveros se presentó en la mañana de Madrid en el Juzgado Nº 5 de la Audiencia Nacional para ampliar ante el magistrado español Fernando Grande Marlaska sus declaraciones sobre los hechos en los que se autoinculpó. El represor había admitido su responsabilidad “en la ejecución” de dos mujeres, a las que identificó como Mercedes Longo y otra “llamada Silvia”, e incluso le entregó al magistrado un mapa a mano alzada con la presunta ubicación de una fosa clandestina en Mar de Cobo, donde se encontrarían sus cadáveres. Además, había confesado el asesinato de “otro terrorista llamado Del Monte, alias Pájaro”.
En esa ocasión, el ex agente de 53 años declaró que actuó “en cumplimiento de órdenes y de legislación vigente en ese momento”, y los abogados de la acusación en la causa abierta en España contra militares argentinos pidieron que identificara “quién impartió esas órdenes y explique cómo funcionaba la organización de los represores en Mar del Plata, de la que él formaba parte”.
Pese a las expectativas por este nuevo testimonio, ayer Oliveros sorprendió a todos con su marcha atrás. Según se supo, el represor aseguró que “estaba desesperado” y que mintió para que lo arrestaran y quedar a salvo así de las presuntas amenazas que sufre de “servicios secretos argentinos” y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
“Los argumentos que utilizó son absurdos”, señaló Carlos Slepoy, quien dijo que pese a desmentir su participación directa en esos tres asesinatos, Oliveros reconoció que era el encargado de actualizar los legajos de los secuestrados por el Ejército y que para esa tarea trabajaba junto al general Alberto Barda, quien coordinaba la represión en Mar del Plata desde el Grupo de Artillería de Defensa Aérea 601 y hoy se encuentra detenido.
“A pesar de que ahora se retracta de algunas de sus anteriores declaraciones, hay suficientes elementos que demuestran la participación de Oliveros en la represión, lo que consta incluso en legajos del Ministerio del Interior y de la Conadep”, dijo el abogado. En ese sentido, aseguró que se pedirá “una nueva comparecencia para que se le dicte la prisión preventiva” al represor y que solicitarán además la declaración a través de videoconferencia de testigos y sobrevivientes desde Mar del Plata. El fiscal Jorge Gutiérrez pidió ayer que el ex agente sea juzgado en esa ciudad.
Informe: Alfredo Ves Losada.