EL PAíS
› LA CANDIDATURA DE CRISTINA EN BUENOS AIRES
“Si fuera por mí ya la habría anunciado”
Durante la entrevista con Página/12, el Presidente no llegó a formalizar la postulación de la senadora Fernández de Kirchner por el distrito bonaerense pero avanzó en su definición. También dejó definiciones sobre Duhalde, el duhaldismo, el PJ, Felipe Solá, Bielsa y los transversales.
Por E. T., M. G. y M. W.
–¿Eduardo Duhalde es un aliado, un enemigo o ambas cosas a la vez?
–Duhalde tuvo un mérito en la salida institucional de la Argentina, está haciendo un gran trabajo en el Mercosur y él mismo dijo que se retiró de la tarea política.
–Correcto. ¿El duhaldismo es un aliado, un enemigo o ambas cosas a la vez? Si quiere hablemos del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires.
–Creo que va a trabajar con nosotros en la construcción de un frente amplio que permita consolidar y plebiscitar la gobernabilidad del país.
–Si Duhalde no se hubiera retirado de la política y discutiera las listas de la provincia de Buenos Aires, ¿para el Gobierno sería una molestia o un incordio?
–Si no se hubiera retirado de la política por ahí hubiera sido candidato a presidente en el 2003. Es muy difícil hacer hipótesis sobre alguien que decidió retirarse. Es bueno para un momento de esparcimiento, pero no para la carga neuronal que tengo en este momento. Estoy concentrado en llegar al 2007 y decirles a los argentinos que salimos del infierno y estamos a las puertas del purgatorio.
–¿Ahí viene la reelección?
–Nadie va a creer nada de lo que diga sobre ese tema.
–No es así. Si dice que aspira a la reelección le van a creer.
–Seguro. Pero si digo una cosa distinta no. Entonces, ¿para qué voy a hablar?
–¿Qué es Felipe Solá? ¿Alguien a quien el kirchnerismo aprovecha por haberse peleado en la provincia con el duhaldismo o un aliado?
–Felipe Solá tiene la responsabilidad de gobernar la provincia de Buenos Aires. Es un buen compañero y un buen amigo.
–Afronta el riesgo de un juicio político.
–Me sorprendió la noticia. No conozco bien el pedido, pero respaldo a todos los gobernadores del país.
–El juicio es por supuesta incompatibilidad con la función pública porque la empresa de la familia del ministro Raúl Rivara vendió productos al Estado provincial.
–Ajá.
–El duhaldismo se plegó a un juicio político que pidió el ARI.
–No sabía que hacía frentes el ARI.
–¿Cómo deberían ser las listas del Frente para la Victoria en la provincia de Buenos Aires?
–Fundamentalmente los candidatos deberían representar la visión que tiene el gobierno. Vamos a plebiscitar la gestión.
–¿Esto supone una cifra determinada?
–No. No significa necesariamente el 51 por ciento, el 70 o el 100. Plebiscitar significa obtener el voto mayoritario. Analicen la historia. El doctor (Raúl) Alfonsín afronta las legislativas de 1985, lanza el Plan Austral, luego decae, pierde en 1987 y no llega a 1989. Y pierde legisladores. Pero la gente no les decía que no a uno u otro legislador sino a un gobierno. Menem ganó en 1989, 1991, 1993, 1995 y perdió en 1997. No pudo conseguir el re-reeleccionismo. Duhalde era diferente pero fue arrastrado por ese proceso. De la Rúa, ¿qué decía en el 2001? “Yo no voy a elecciones, yo estoy dedicado al gobierno.” Una actitud autista. La gente le puso un votazo en contra o no votó. Duró dos meses más. Yo empecé con el 22 por ciento de los votos. El ex presidente Menem no nos dio la posibilidad democrática de una segunda vuelta que hubiera producido una legitimidad institucional mayor. Los mismos que hoy me cuestionan porque hablo de un plebiscito me acusaban en el 2003 de que eran un presidente débil, sin fuerzas...
–¿Cómo va a medir el Gobierno lo que usted llama plebiscito?
–Como se mide cualquier contienda democrática. No aspiramos a las mayorías que no existen en las democracias modernas, sino a un buen resultado electoral que evidentemente resulte un aumento sustantivo respecto del 22 por ciento que obtuvimos en su momento. Que la sociedad diga que está en desacuerdo con un montón de puntos pero que establezca que este gobierno merece llegar con amplitud al 2007. Uno puede construir entelequias, pero cuando perdió perdió. Si en octubre perdemos, quedaremos dañados en la capacidad de gobernar.
–En el recuerdo histórico que usted hizo, los gobiernos de la democracia nacieron con porcentajes altos, revalidaron con menos...
–Pero revalidaron.
–Salvo De la Rúa. Bien: dado que este gobierno nació con una discusión sobre su legitimidad de origen que ahora desaparecía, ¿el hecho de ser plebiscitado implica un cambio de etapa o solo una revalidación para atrás que permita seguir igual?
–No. Tendremos la fuerza para avanzar en la transformación. Es más fácil hablar con toda la sociedad. Miren, ustedes no saben lo duro que era sentarse a hablar con algunos sectores a partir de la legitimidad inicial del 22 por ciento. Y como conocen, no hubo segunda vuelta para castrar la gobernabilidad. Querían el caos institucional que impidieron la gente y la buena fe del pueblo argentino. La elección del 2003 fue muy buena para nosotros. Pero si hoy recogiéramos lo mismo no nos sentiríamos acompañados. Y nos llevaríamos las paredes por delante, cosa que siempre terminan pagando todos los argentinos.
–¿Qué percepción tiene usted hoy?
–La verdad, tengo una sensación de cariño y respeto. Pero por ahí es también de gente que no nos vota.
–Chacho Alvarez suele contar que en las primeras campañas en la Capital Federal la gente le decía: “Ustedes son gente macanuda”. Y después votaban a otro.
–Confío en el pueblo argentino y voy a trabajar para que el pueblo argentino nos vote y nos plebiscite. No es soberbia. Al contrario.
–¿Cómo se condice la idea del plebiscito con la idea de transversalidad? Porque así uno diría que el plebiscito se concentra en el PJ.
–El PJ es la columna vertebral. Pero ustedes pueden ver una clara vocación transversal en todos los partidos y sectores que nos están acompañando y no tienen nada que ver con el peronismo. Organizaciones, intendentes, fuerzas vecinales y radicales... Mucha gente nos va a acompañar porque la transversalidad bien entendida es una gobernabilidad bien entendida.
–Insistir en la estructura del PJ, ¿no aleja a mucha gente?
–No. En la Capital Federal, por ejemplo, hay varios partidos, como el de la Victoria y Gesta, de Rafael Bielsa, y el PJ, que tiene derecho a la autocrítica y a reencontrarse con la ciudad de Buenos Aires. Yo tengo muy buen diálogo con los ciudadanos de Buenos Aires. Algunos siempre quisieron mostrar a los porteños como diferentes. Yo en cambio los noto muy compenetrados con la realidad.
–¿Qué sería un PJ renovado en todo el país?
–Un PJ comprometido con la lucha contra la exclusión, la indigencia, la corrupción. Nació para estar al frente del cambio permanente. Debe estar siempre ahí.
–¿En qué punto de construcción de ese PJ está?
–Falta mucho. Y somos conscientes de la crisis política e institucional por la que pasamos.
–Tal vez donde se vea en concreto una traducción más difícil de ese escenario sea Santa Fe.
–Héctor Cavallero es socialista y nos acompaña y dirigentes como Hermes Binner representan una opción distinta en su acuerdo con el radicalismo.Ahí está. Binner siempre se manifestó de acuerdo con muchas cosas con nuestro gobierno y es una opción electoral diferente. Yo apelo a la gente. No soy muy apegado a las estructuras.
–Si gana bien el plebiscito, ¿cambiará el registro de las relaciones con la oposición? Hablamos de la oposición política.
–Tengo relaciones individuales muy correctas. Pero hay un problema que no es mío. Dios quiera que la oposición política se organice y se racionalice. Que tenga propuestas, alternativas. Orgánica. Con proyecto y no solo con candidaturas. A nosotros se nos puede criticar la visión de país. Pero la estamos exponiendo. A veces es difícil conocer el proyecto político de la oposición. Es casi el juego de la oca.
–Alguna vez dijo que sería bueno que la Argentina tuviera una fuerza de derecha clara y definida. La coalición Macri-Sobisch-López Murphy, ¿se parece a ese adversario que le gustaría tener?
–Les corresponde a ellos construir una fuerza de centroderecha racional, inteligente, moderna. Espero que puedan hacerlo.
–¿Cómo van en esa tarea?
–Yo me dedico a gobernar.
–¿Cuándo anunciará la candidatura de Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires?
–Si fuera por mí yo ya la habría anunciado.
–¿Y entonces?
–Es una decisión política del conjunto y también de Cristina.
–¿Y Rafael Bielsa en la Capital? Si el Presidente quisiera, ¿ya hubiera anunciado su candidatura a diputado nacional?
–Ni siquiera lo hemos conversado con Rafael. No decidimos aún quién va a encabezar la lista. Eso, independientemente de la calidad de Bielsa, que es una de las buenas apariciones de la política argentina.
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