Mar 31.05.2005

EL PAíS  › IDENTIFICAN A LA POLICIA, AL ESTADO Y A
LA PROPIA FAMILIA COMO LAS PRINCIPALES AMENAZAS

Los mayores focos de violencia, según los chicos

Un estudio realizado entre niños, niñas y adolescentes de distintos sectores sociales del país, a pedido de Naciones Unidas, arrojó que una de las formas más frecuentes de violencia que perciben es el maltrato dentro de sus familias. La policía, los patovicas, los abusos en la escuela y en el trabajo, otras fuentes de agresión.

› Por Mariana Carbajal

Para los pibes argentinos, la institución policial es la que refleja “mayores índices de violencia” hacia ellos. Los adolescentes porteños consideran que el Estado “es el primero” que no los cuida, e identifican como violencia la “falta de controles adecuados, ya sea en lo que hace a los lugares de diversión como también a las instituciones educativas”. Y señalan “el abuso de poder y el exceso de control” por parte de los adultos como generadores de violencia en las escuelas. Entre los chicos y chicas del conurbano y de los sectores de menores recursos, las formas más frecuentes de violencia que perciben son el maltrato físico y psicológico dentro de sus familias. Estas son algunas de las conclusiones más inquietantes de una consulta nacional a niñas, niños y adolescentes de distintos puntos del país, encargada por las Naciones Unidas para un informe mundial sobre violencia hacia los menores. El trabajo se conoció ayer, en el marco de una reunión regional de expertos que se realiza en Buenos Aires hasta mañana, organizada por Unicef, la OMS y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.
El estudio global fue pedido por la Asamblea General de la ONU y el secretario general, Kofi Annan, designó para coordinarlo al brasileño Paulo Sergio Pinheiro, reconocido internacionalmente por su experiencia en la protección de los derechos de los niños. Pinheiro inauguró ayer el encuentro en Buenos Aires, al que asistió la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y representantes de ONG de 19 países de América latina. En su discurso de apertura, exhortó a los gobiernos a tomar medidas para que la garantía de los derechos de los niños y adolescentes deje de ser “una ilusión”. “Mientras se considere aceptable que un padre agreda a sus hijos para educarlos o que un maestro falte el respeto a sus alumnos, mientras no nos repugne que un policía torture o mate a un niño infractor o que este mismo niño sea condenado a la oscuridad de una cárcel insalubre y violenta, poco cambiará en Latinoamérica. La opción represiva y el miedo que la retórica de guerra al crimen está creando en nuestros países representan un retroceso y un riesgo a la propia implementación de la democracia”, consideró.

Por acción y omisión

La consulta nacional a chicos y adolescentes de la Argentina fue realizada entre el 14 de marzo y el 29 de abril. La coordinó la ONG Defensa de Niñas y Niños Internacional (DNI)-Sección Argentina. Se trata de una investigación cualitativa, basada en los testimonios vertidos por menores de 9 a 17 años en doce grupos focales armados en distintos puntos del país: conurbano bonaerense (La Matanza, barrio El Tala de Quilmes y barrio San Damián de Hurlingham); Chascomús, en el interior de la provincia; Santiago del Estero, Formosa, Tierra del Fuego y la Ciudad de Buenos Aires.
A todos se les suministró la misma guía de preguntas utilizada en cada uno de los países que participan del estudio mundial sobre violencia. La muestra incluyó pibes de clase media y de sectores de bajos ingresos, de zonas rurales, de una comunidad aborigen y chicos y adolescentes con discapacidades auditivas y motoras.
El estudio exploró qué entendían los niños, niñas y adolescentes por violencia hacia ellos, cuáles son los tipos de violencia más comunes que sufren y en qué lugares ocurren esas situaciones, quiénes ejercen la violencia y qué medidas se pueden tomar en diferentes ámbitos para prevenirla, entre otros aspectos. “En las concepciones que señalan aparecen formas que remiten a violencia por acciones pero también señalan otras donde ésta se efectúa por omisiones”, advierte el informe de DNI-Argentina.
Algunas de las conclusiones más releventes fueron las siguientes:
- “La familia es un ámbito del que esperan tener protección, apoyo y educación; sin embargo, coinciden en que, por diversos factores, esfrecuentemente un lugar donde sufren agresiones, ya sea verbales como físicas, psicológicas, sexuales o simplemente por omisión”.
- En la Capital Federal, los adolescentes ligan la violencia en el ámbito familiar con la falta de comunicación de los padres con sus hijos. “El padre y madre ‘ausente’ aparece como un elemento recurrente en las respuestas. Dicen no ser comprendidos por sus padres, generándoles sentimientos de dolor y de bronca. Expresan que los padres no saben qué hacer con sus hijos porque además no hay espacios o momentos que vinculen a las familias, por las diferentes ocupaciones de unos y otros.”
- En las provincias del interior y zonas del conurbano bonaerense, la violencia adquiere otras formas dentro de las familias de los adolescentes: está vinculada con la necesidad de tener que trabajar o mendigar (obligados por los padres desocupados). En este sector también coinciden en que la mayor violencia contras las mujeres está relacionada con el abuso ejercido por los propios padres, así como con la forma en que éstos las obligan a ejercer la prostitución.
- Al referirse a la violencia en la familia, los niños y niñas del conurbano bonaerense, en donde hay un marcado deterioro tanto en el plano económico como social, perciben situaciones de violencia “más ligadas al maltrato físico y verbal y al abuso sexual”.
- “Ya sean los niños y adolescentes de una u otra condición socioeconómica, en muchas oportunidades llegan a justificar la violencia de sus padres para ‘corregirlos’, ya sea por presiones que sufren éstos o por desconocimiento en el ejercicio de su rol parental.”

La policía

El estudio indagó sobre la violencia en las calles y otros ámbitos. “Es significativa la variación que sufre la percepción que tienen los niños respecto de la policía, a la que visualizan como una figura de autoridad y a la que pueden recurrir por protección. Posteriormente, en la adolescencia se constituye en uno de los primordiales factores de riesgo, que en poblaciones de menores recursos adquiere características de grave y particular preocupación”, destaca la investigación de DNI-Argentina en sus conclusiones.
- Para los adolescentes de sectores medios, “un lugar donde particularmente sufren violencia por parte de aquellos que son sus responsables es la escuela”, donde transcurre una gran parte de su tiempo. “El maltrato puede ir desde la agresión física hasta las más comunes y casi generalizadas formas de falta de respeto, imposibilidad de expresar y defenderse. Señalan el abuso de poder y el exceso de control como característica generadora de violencia escolar”, puntualiza el relevamiento.
- En cambio, para los adolescentes de menores recursos los lugares de mayor riesgo de violencia son “la calle (policía), los locales bailables (patovicas y jóvenes de otro barrio) o cuando trabajan (en condiciones de explotación)”.
- En referencia a las diferencias de género, “las mujeres están más en riesgo de sufrir situaciones de acoso o abuso sexual”.
- Los adolescentes de clase media o media-alta identifican como violentos a los que llaman “marginales”, de acuerdo al estrato social al que pertenezcan. “Esta diferencia se marca acentuadamente entre los adolescentes de la Capital Federal respecto de los que viven en el conurbano bonaerense”, señala el estudio de DNI-Argentina.
Un aspecto que llamó la atención de los investigadores fue que los jóvenes porteños identifican la violencia “como una forma de falta de cuidado por parte del Estado en relación con los controles adecuados en aquellos ámbitos propios de los niños y adolescentes, ya sea en lo que hace a los lugares de diversión, como también a las instituciones educativas”. Aunque el estudio no lo menciona, resulta inevitable la referencia a la tragedia de Cromañón y a los recientes reclamos por mejoras en los edificios escolares.
La consulta a chicos y adolescentes que se hizo en Argentina se replica en todos los países que participan del estudio mundial. Además, cada gobierno debe contestar un cuestionario. Y se toman en cuenta los aportes de las ONG.
La conferencia que comenzó ayer y finaliza mañana con expertos de América latina es la cuarta reunión regional que organiza la ONU. Están previstos encuentros en todos los continentes, según explicó a Página/12 el brasileño Pinheiro, encargado de coordinar cada una de las reuniones. En todas se analiza la violencia en los contextos de la familia, la escuela, la comunidad, las instituciones, el trabajo y los medios de comunicación. El informe final se presentará en la Asamblea General de la ONU en 2006.

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