EL PAíS
› EXPECTATIVA POR LA ENTRADA DE NUEVOS CAPITALES AL MERCADO
En la city esperan más ganancias
El comienzo de la cotización de los bonos emergentes del canje consolidó fuertes ganancias financieras de los fondos que participaron de la operación. También fue el prenuncio de lo que será un mercado atractivo y dinámico tanto para los inversores locales como del exterior. El acuerdo con el FMI ya no desvela a la city.
El renovado mercado de bonos post canje, cuyas cotizaciones comenzaron el viernes, reactivó el entusiasmo entre los operadores financieros locales y del exterior. No sólo determinó la consolidación de importantes ganancias financieras para los grandes inversores que participaron del canje, sino que se auguran significativos aumentos en los flujos de capital operados. Ello responde tanto a las condiciones del mercado internacional como a la existencia de papeles con rendimientos de hasta el 18 por ciento anual. También a la previsión de que las cotizaciones seguirán en alza.
El inicio de la cotización de los nuevos bonos emergente del canje concretó algo que los operadores financieros descontaban: que para muchos grandes inversores, entre ellos los odiados fondos buitre, el canje fue un gigantesco negocio financiero. Los números resultaron elocuentes. Los bonos de la deuda vieja cotizaron durante los más de tres años que duró el default en una franja que, salvo brevísimas excepciones, se mantuvo entre el 27 y el 34 por ciento de sus valores nominales. El pasado viernes, los nuevos bonos cotizaron en una nueva franja de entre el 35 y el 40 por ciento, lo que confirmó los valores adelantados por los mercados grises (when and if) surgidos apenas concluyo la oferta de canje. Esta nueva franja, que no incluye la liquidación de intereses y los potenciales pagos por crecimiento del PIB, supone cotizaciones unos 10 puntos promedio más altas y ganancias financieras del orden del 25 por ciento para quienes compraron al valor viejo y vendieron al nuevo. Nada mal considerando que cuando se desencadenó el default la tasa de referencia en Estados Unidos era del 1 por ciento. Para el economista Alejandro López Mieres, asesor del Idef-CTA, esta inmensa ganancia financiera pone de manifiesto un proceso más complejo, el rol funcional al proceso de canje jugado por los grandes fondos de inversión, entre ellos muchos “buitres”. El éxito final de la operación en sus propios términos hubiese sido más difícil sin el accionar de estos inversores, quienes en la práctica concentraron una multitud de papeles distribuidos entre ahorristas de menor tamaño y, por supuesto, ganaron con ello.
De todas maneras, lo que desvela ahora a los operadores no es el negocio pasado, sino el mercado financiero futuro. En la city reina el optimismo. Y hay razones para ello. Según destaca la consultora MVA Macroeconomía en su último informe semanal, la cotización de los nuevos bonos se produce en un contexto de “tasas de interés internacionales increíblemente bajas”, lo que necesariamente llevará a los inversores del exterior “a la búsqueda de rendimientos en activos más exóticos”, como los de los mercados emergentes. Esta situación ya era evidente en abril, pero por entonces, recuerda MVA, la “incertidumbre en el frente judicial” impidió que el país disfrutara la bonanza.
En este contexto la pregunta de cualquier inversor es, por ejemplo, por qué elegir los títulos argentinos frente a los de otros mercados emergentes. Este punto es respondido por los economistas del Banco Río Paula Margaretic y Raúl Vázquez. Para estos investigadores, a la hora de decidir sus inversiones en América latina los administradores de fondos concentran su atención en tres variables: “El superávit de la cuenta corriente del balance de pagos, monedas estables y jugosos rendimientos de los activos”. Resulta interesante detenerse en los tres aspectos y especialmente en el último.
A pesar de su reducción por los pagos de deuda y la tendencia creciente de las importaciones, se espera que el superávit de cuenta corriente se ubique en 2005 en torno de los 1200 millones de dólares. La férrea voluntad de mantener el tipo de cambio cerca de los valores actuales evitará futuras oscilaciones del valor del dólar y, si se producen, serán en el sentido de una revaluación del peso. Esto último lleva directamente a la tercer variable, que es el análisis del rendimiento que prometen los activos locales, especialmente los indexados en pesos. Los investigadores del Río evalúan, por ejemplo, que si bien papeles como el Boden 08 tienen un rendimiento cercano al 2 por ciento anual en términos reales, el hecho de que su capital se indexe por inflación supone rendimientos nominales del 13,1 por ciento (proyectando una inflación del 10,9 por ciento para los próximos 12 meses). Dado un tipo de cambio estable, que incluso tiende a apreciarse, ello representa una ganancia en dólares altísima. El retorno es aún mayor para los bonos post canje, como los Par y Discount, cuyos rendimientos llegan hasta el 18 por ciento. La conclusión lógica de los investigadores es que puede esperarse un “mayor flujo de capitales” destinado a adquirir estos activos. Cabe aclarar que no se tratará sólo de ingreso de capitales del exterior, ya que es posible operar con estos papeles en el exterior, y que en el “mayor flujo de capitales” se incluye a los inversores institucionales locales, en particular las AFJP.