“¿Cómo reparar el daño que causa a una sociedad un acto genocida? ¿Cómo lograr la reconciliación entre los distintos sectores de esa realidad luego de ese pasado desgarrador? ¿Cómo definir la verdad y las responsabilidades frente a los crímenes de lesa humanidad?” Las preguntas fueron disparadas ante el silencio obediente de un centenar de uniformes militares, en una nueva jornada del seminario sobre “Los valores y principios de la profesión militar”, organizado por la Armada y el Ministerio de Defensa. El encargado de responderlas fue quien las formuló, el especialista en derecho internacional y justicia social, Stephan Parmentier, invitado junto con la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú –entre otras personalidades– para participar de la iniciativa.
“Es esencial hacer frente al pasado, romper el código de silencio para reconstruir la memoria colectiva. Sólo éste será el camino para reafirmar y afianzar las democracias débiles. Si no se rinden cuentas se están plantando semillas para un posible conflicto en el futuro.” El escenario donde Parmentier planteó esta tesis acerca del rol de la Justicia en el proceso de reparación social, lejos de todo pronóstico, fue la Casa Amarilla, sede del Museo y Departamento de Estudios Navales de la Armada. El histórico lugar, durante todos los jueves de junio, reunirá a distintas figuras para debatir sobre los valores y principios de la profesión militar. Ayer la discusión se centró en “los desafíos de una ética militar tras un conflicto interno”. Para ello, Parmentier, quien también se desempeña como asesor del Ministerio de Asuntos Interiores y Justicia Social de la Unión Europea, pasó lista a los diferentes problemas que plantea la transición del autoritarismo a un régimen democrático.
–¿Cómo garantizar que la búsqueda de esta verdad involucre a ambos bandos y no a aquel que fue derrotado en un conflicto? –apuntó desde el anonimato una de las personas presentes, poniendo en evidencia que la discusión sobre el rol de las fuerzas armadas aún es un terreno pedregoso que necesita de la reflexión y el debate. Con esta intención justamente la Armada organizó esta serie de conferencias, inaugurada la semana pasada con la presencia del ministro de Defensa, José Pampuro, y la participación del presidente de la Academia Nacional de Historia, Miguel De Marco.
La necesidad de fomentar la discusión pública tampoco pasó inadvertida por Parmentier, quien exhortó a la participación de todos los sectores de la sociedad para reafirmar el debate democrático. “Las situaciones de impunidad significan olvidarse del pasado. Resulta necesario rendir cuenta de los perpetradores, tarea que le corresponde al derecho internacional, pero también a los sistemas jurídicos nacionales, para dejar sentado el valor de la justicia. Todos los actores tienen una tarea en este proceso de reconciliación nacional, pilar para recomponer una tragedia histórica.” Los mecanismos que intervienen en dicha reparación fue otro de los ejes de la charla. Para Parmentier resulta obligada una restitución material pero también una reparación simbólica. En este sentido, reivindicó la construcción de los Museos de la Memoria o la “decisión política de pedir disculpas a los ciudadanos”. “Puede suceder que algunos sectores de la sociedad no quieran participar en este proceso pero es necesario el diálogo”, concluyó. Un largo aplauso rompió nuevamente el silencio, dando la promesa de hacerlo una vez más el próximo jueves, en un nueva jornada en la Casa Amarilla.

Informe: Carolina Keve