El Gobierno no logra aún convencer a María Eugenia Bielsa para que lidere la lista de candidatos a diputados peronistas por Santa Fe. Néstor Kirchner desembarcó ayer en esa provincia con el propósito de apuntalar al PJ local, que en octubre podría ser derrotado por el socialista Hermes Binner. Por eso ordenó profundizar la presión oficial sobre la vicegobernadora, la única que despierta por estas horas alguna expectativa de triunfo.
El Presidente encomendó a Alberto Fernández la difícil tarea de lograr el “sí” de Bielsa. El jefe de Gabinete también es el que le transmite a Rafael Bielsa, canciller y hermano de María Eugenia, los deseos del Gobierno de transformarlo en cabeza de lista del peronismo porteño.
El ministro de Relaciones Exteriores ya está resignado, y así lo hizo saber en público, a dejar los viajes diplomáticos por las tertulias legislativas. Pero la vicegobernadora se mantiene en sus trece. Pretende completar su mandato y después ir detrás de la anhelada intendencia de Rosario.
Las encuestas conocidas hasta ahora son contundentes: Bielsa logra más adhesiones que Horacio Rosatti. Y por lo tanto Kirchner aspira a que la mujer esté en lo más alto de la boleta del PJ, lo que haría bajar al ministro de Justicia al segundo lugar. Rosatti fue la carta original que blandió el kirchnerismo, pero los últimos sondeos le están haciendo cambiar la estrategia. Sobre todo después de confirmar que Binner, en alianza con el radicalismo, aparece por encima del justicialismo.
Kirchner debió echar mano a Carlos Reutemann, a quien tenía entre ceja y ceja en la campaña presidencial por aquella foto que se tomó junto a Carlos Menem. El Presidente sabe que el Lole, con su buena imagen, traccionará votos para el PJ.
–La prensa dice que usted tiene un acuerdo con Reutemann y ha recompuesto la relación, ¿eso es así? –le preguntaron a Kirchner.
–Con Reutemann nunca estuve peleado. Hemos tenido posiciones diferentes sobre distintos temas del pasado, pero nos une el mismo sentido de construir un país. Así que la actitud de Reutemann de colaborar con las medidas más importantes del gobierno nacional lleva a mi claro reconocimiento.
Ahora, el Gobierno y el Lole trabajan fuertemente para que Jorge Obeid tenga un papel protagónico en el juego de pinzas sobre Bielsa. ¿Quién si no el gobernador, y padrino de la arquitecta, puede lograr mayor influencia sobre ella? Obeid sabe –dicen en la Casa Rosada– que la vicegobernadora podría mejorar las chances del PJ y, en consecuencia, la posibilidad de garantizarse tranquilidad en la intranquila interna local.
Fernández, Obeid y Bielsa compartieron ayer una conversación en el aeropuerto provincial, en el marco del viaje de campaña de Kirchner. El jefe de Gabinete aseguró a los periodistas que allí no se habló de candidatura alguna. Seguramente tampoco se habló del sexo de los ángeles.
Kirchner no va a sentarse a conversar nuevamente con la vicegobernadora hasta tener alguna certeza sobre un cambio de postura. Por ahora nadie logró convencerla. Cuando se propone algo parece irreductible y eso lo saben en el Senado donde, a pesar de la previsible reacción que despertaría en la ortodoxia peronista, descolgó el cuadro de Evita de su despacho. Para los distraídos: Bielsa no es peronista, y ella no deja de aclararlo, aunque no se lo pregunten.
Al igual que Fernández, Kirchner negó que en el viaje realizado ayer a Santa Fe se hubiera intentado digitar el armado de la boleta del peronismo local. “No intervengo en las decisiones de los santafesinos. A mí me molesta que un vecino que no es de Santa Cruz caiga con sentido de tutelaje diciendo Juan Pérez y Andrés.”
Eso sí, inmediatamente después se despachó con un contundente elogio a la vicegobernadora. “Tienen muy buenos dirigentes en Santa Fe, entre ellos María Eugenia Bielsa, y tienen dirigentes que pueden acompañar muchísimo y ayudar muchísimo al cambio del país. Pero mi voluntad es trabajar con todos”, concluyó.