Sin lograr persuadir aún a María Eugenia Bielsa para que se convierta en candidata a diputada del PJ, con una flaca respuesta en los números para el otro potencial postulante, el ministro de Justicia, Horacio Rosatti, el gobierno nacional se plantea un gran dilema en la antesala de las elecciones santafesinas: si buscar alguna alternativa para fortalecer al justicialismo o si iniciar un “operativo despegue”, que no lo obligue a un enfrentamiento de hecho con Hermes Binner, el candidato socialista que está a la cabeza de todas las encuestas.
Néstor Kirchner sabe que Santa Fe es una parada tan difícil como trascendental, mucho más en su afán de transformar los comicios de octubre en un plebiscito a su gestión. En algún momento, Binner formó parte del sueño transversal del Presidente. Aunque luego, el jefe de Estado consolidó su acercamiento al PJ local. Y esto incluyó al ex y el actual gobernador, Carlos Reutemann y Jorge Obeid.
La decisión de “volver a las fuentes” hizo encender una luz roja en la Casa Rosada. Los primeros números que llegaron a manos del Presidente están lejísimos de ser los esperados por la Casa Rosada. Es que la lista de Binner y Hugo Storero cosecha un 40,3 por ciento de intención de voto, mientras que Rosatti y Bielsa –si bien no están oficializados, son los que promovió el kirchnerismo– quedan muy atrás, con el 23,3 por ciento.
El sondeo, según reveló el último martes Rosario/12, fue realizado por Artemio López a pedido del propio Kirchner, antes de su visita a Santa Fe de la última semana, donde mantiene un nivel de popularidad alto. La nota generó revuelo en la provincia. Y hasta Obeid se mostró contrariado. “Hay muchos que se hacen las encuestas a medida”, dijo el gobernador. Fue, como mínimo, una respuesta curiosa, ya que los números no fueron difundidos precisamente por la oposición.
Cuando le pidieron que profundice el análisis, Obeid siguió con su enojo. “Si quiere, le muestro una que tiene con el 50 por ciento de intención de voto a María Eugenia y a Binner con el 11 por ciento. Las encuestas me hacen acordar al bioquímico de mi pueblo, que era tan buena persona que, si eras amigos de él, todos los análisis te daban bien, y acá hay muchos que se hacen las encuestas a medida, de acuerdo a si son o no amigos del bioquímico.”
Hay evaluaciones que hacen en el PJ santafesino para amortiguar los pronósticos agoreros. Aseguran que una vez que se formalicen los candidatos la intención de voto mejorará. Y que las visitas de Kirchner a la provincia –como la que hará el próximo lunes, en el Día de la Bandera– colaborará en ese sentido. Eso sí, simultáneamente reconocen algunos inconvenientes extras: por ejemplo que Héctor Cavallero se lleva votos peronistas y que la principal competidora del público de Binner –la candidata del ARI, Alicia Gutiérrez– no logra demasiadas adhesiones.
Tal es el desconcierto por los resultados que arrojan los sondeos que han empezado a surgir versiones sobre una eventual candidatura a diputado de Reutemann. El ex gobernador conserva suficiente simpatía en la provincia que hasta Kirchner olvidó su vieja inquina por aquellos coqueteos con Carlos Menem.
Por ahora, quienes se han expresado sobre el tema lo hicieron para negar la especie. “Es una versión que no tiene asidero”, consideró el ministro de Obras Públicas y operador político del reutemismo, Alberto Hammerly. En la Casa Rosada prima el silencio de radio, aunque cada vez que Kirchner se expresa sobre Binner lo hace casi en términos de compañero de ruta. Algunos recuerdan, sugestivos, cuando el Presidente se autocalificó como un “peronista impuro”, por aquella necesidad de aliarse con fuerzas ajenas al PJ. Eso, claro, no significa necesariamente desentenderse del peronismo local, aunque más de uno sugirió, puertas adentro, la posibilidad de iniciar un “operativo despegue” de Obeid.