“Una patota.” Con estas palabras, Ricardo López Murphy se refirió ayer al grupo de piqueteros que lo escrachó el miércoles pasado. El líder de Recrear insistió en responsabilizar al Gobierno por el episodio y obtuvo la solidaridad de diferentes líderes de la oposición: Mauricio Macri, Raúl Alfonsín y Adolfo Rodríguez Saá salieron a apoyarlo. En cuanto al oficialismo, el canciller Rafael Bielsa tomó distancia del escrache y lo calificó de “barbaridad”.
El miércoles, unos 100 piqueteros de las agrupaciones 20 de Diciembre, Martín Fierro y del Frente Barrial 19 de Diciembre se manifestaron en la puerta del Club Español, donde López Murphy presentó su libro La nueva propuesta. Indignado por la escena, el ex ministro señaló al Gobierno como el responsable de haber organizado el escrache y agregó que fueron los mismos piqueteros que salieron a escrachar las estaciones de servicio de Shell cuando Kirchner pidió un boicot para frenar el aumento de la nafta.
“Si vamos a ir a las elecciones en un clima en donde nos van a mandar patotas en todos los actos o van a intimidar a nuestra gente, van a generar este clima de zozobra, que no corresponde a la República”, aseguró ayer López Murphy. “Lo único que nosotros pedimos es el derecho a opinar, que no sea una acción heroica, y el derecho a elegir, a poder hacer proselitismo para defender ideas que no sean las del Gobierno. Para eso hay que acabar con la demonización de los adversarios, los insultos y las descalificaciones”, señaló.
No fue el único. Su flamante socio, Mauricio Macri, se solidarizó con López Murphy: aseguró que el escrache fue un signo de “intolerancia” y que el episodio “no es casual sino algo provocado y gravísimo”. “Así no se puede seguir viviendo”, agregó Macri.
En la misma línea se manifestaron Raúl Alfonsín, que aseguró que el escrache “no corresponde”, y Angel Rozas, presidente del radicalismo, que fue mucho más duro. “El Presidente tiene una metodología de confrontación, con actitudes violentas ante todos los que no piensan como él.” “Repudio que se pretenda proscribir la tarea de cualquier dirigente político. No comparto ninguna de las ideas del doctor López Murphy, pero tiene mi solidaridad más plena”, agregó Rodríguez Saá.
La solidaridad de diferentes dirigentes opositores revela que la estrategia del ex ministro de ubicarse en el lugar de víctima dio resultado. En este sentido, el Gobierno salió a cuestionar duramente al escrache: primero fue el ministro del Interior, Aníbal Fernández, que aseguró que la Casa Rosada no tuvo nada que ver con un episodio que calificó de “lamentable”. Ayer, Bielsa insistió: “Es una barbaridad, una cosa deplorable. No sólo era un acto donde una persona iba a expresar un pensamiento diferente, sino que además era un acto académico. Iba a presentar un libro, y en la Argentina, aunque uno no las comparta, las ideas no abundan: me parece absolutamente repudiable este acto”, explicó el candidato a diputado.