Los financistas encontraron rápido la llave para abrirle la jaula a la golondrina: en la city existen mecanismos para burlar los nuevos controles a los capitales especulativos. En ese contexto, el Banco Central concretó ayer una de las compras más fuertes de la temporada: 124 millones de dólares, que sirvieron para sostener el dólar en 2,89 pesos. Roberto Lavagna ya tomó nota de la movida de los operadores. Al contrario de lo que creían en la city, en los próximos días habrá medidas para hacer todavía más estrictos los controles.
La operación para filtrar los controles consiste en lo siguiente:
- Como los inversores extranjeros tienen restricciones para entrar sus dólares a la Argentina y cambiarlos por pesos para hacerlos rendir en el mercado financiero, hacen su ingreso a través de un banco o una casa de Bolsa local.
- A través del local, el extranjero compra bonos en pesos.
- En un tercer paso, el banco o agente bursátil transfieren esos títulos a una filial en el extranjero. La operación suele hacerse vía Nueva York o vía Montevideo. Los bancos más operativos desde Uruguay son Mariva, MacroBansud y Merchant Bankers Asociados.
- La filial extranjera del operador argentino es la encargada de entregar los títulos públicos y recibir los dólares del inversor del exterior.
- Esos dólares recorren el camino inverso al de los bonos y terminan vendiéndose en el mercado, presionando sobre el tipo de cambio.
Los inversores apuestan a doblarle el brazo al Central: venden dólares y se exponen en bonos en pesos porque piensan que el dólar caerá y, más adelante, podrán recuperar más dólares de los invertidos. Tanto es así que los bancos cotizaban ayer sus dólares a 2,84 pesos.
Atentos a esos movimientos, en Economía preparan un ajuste a los controles. Se piensa en imponer un tope a las operaciones financieras que realizan los bancos y las agencias de Bolsa en el exterior. Lavagna piensa que de esta manera logrará frenar el ataque especulativo. El mes pasado, el ingreso de “dólares financieros” (destinados a la compra de bonos) fue de 80 millones de dólares. Para junio se esperaba que ese monto se triplicara y por ese motivo se endurecieron los controles.
Lo cierto es que los financistas lograron eludirlos. Se nota en el alto nivel de intervenciones del Central y del Nación, que ya alcanzan los 1370 millones de dólares en lo que va del mes. En la autoridad monetaria creen que ese monto superará al registrado en mayo, de casi 2000 millones. La apuesta de los extranjeros también quedó en evidencia por el boom que existe en el mercado bursátil: los títulos públicos están subiendo entre 1 y 3 por ciento cada día ante la fuerte demanda.
En el Central confían en que la presión disminuirá cuando empiece julio. Por una cuestión estacional, a partir de ese momento deberían caer las liquidaciones de divisas por parte de los exportadores. Así como Lavagna se obsesiona con los capitales golondrina, Martín Redrado lo está con los pesos emitidos para comprar billetes verdes. Está tomando distintas medidas para absorberlos y ya no le alcanza con las emisiones millonarias de Letras (Lebac). Les pidió a los bancos que sacaran fondos de sus cuentas en el Central, una medida que también lo ayudará a contraer la base monetaria. También puso en venta Boden 2014 para secar la plaza de pesos. Todo esto para cumplir con el programa monetario. Esa obsesión hizo saltar la tasa de corto plazo, que ayer terminó en 7 por ciento anual.