EL PAíS
› LA REIVINDICACION DE LA LUCHA CONTRA LA GUERRILLA
Bendini sancionó a un oficial
“¡Mírenla bien! Porque es la misma bandera por la que varios soldados llevan grabadas en sus cuerpos las heridas recibidas peleando en Manchalá, contra el terrorismo apátrida que pretendía cambiarla por un trapo rojo.” El jefe del Regimiento de Caballería Blindada General Güemes, teniente coronel Roberto Augusto Vega, utilizó un discurso propio de la Doctrina de la Seguridad Nacional en la ceremonia de juramento a la bandera de los soldados del Núcleo de Instrucción Básico. Ayer, el jefe del Ejército, Roberto Bendini, lo sancionó.
En el Edificio Libertador no quisieron precisar si el teniente coronel Vega fue detenido o simplemente apercibido por esa reivindicación de la actuación del Ejército en el marco del denominado Operativo Independencia ordenado durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón. “El teniente general (Bendini) le aplicó la medida disciplinaria correspondiente”, se limitaron a informar. Desde unos pisos más arriba, el ministro de Defensa, José Pampuro, había derivado el análisis del tema directamente en Bendini.
El denominado combate de Manchalá fue el enfrentamiento, en mayo de 1975, entre un grupo del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y los integrantes del Comando Táctico de Famaillá. El general Acdel Vilas, el primer jefe del Operativo Independencia en el que los militares empezaron a aplicar los métodos de represión que llegarían a la plenitud de la perversión tras el golpe, recordó el combate de Manchalá en uno de sus libros porque allí funcionaba “el comando de las operaciones contra la subversión en el frente rural”.
Las palabras de Vega, un veterano de la Guerra de Malvinas, fueron pronunciadas en la ceremonia de juramento frente al gobernador Juan Carlos Romero, el comandante de la V Brigada Mecanizada, general de brigada Ricardo Sarobe, y la ministra de Educación provincial, María Esther Altube.
A una semana del fallo de la Corte Suprema que dejó sin efecto las leyes de impunidad, el discurso del teniente coronel Vega fue interpretado como un desafío. Hasta ahora, sólo los militares retirados habían cruzado el rubicón de la reivindicación acrítica de la actuación del Ejército durante los ’70.