EL PAíS
› REPORTAJE AL GOBERNADOR FELIPE SOLA
“El de la provincia es un estado amorfo y perverso”
El flamante mandatario bonaerense hace un inventario –tremendo– de la herencia recibida, casi un presente griego. En esta entrevista desglosa el estado del Estado, el futuro del patacón, la relación con el PJ provincial y las causas de la situación financiera. Su visión sobre la huida de Ruckauf.
› Por Sergio Moreno
Felipe Solá atesoraba su sueño de llegar a la gobernación del principal distrito de la Argentina. Lo escondía –con más o menos éxito– porque preveía graves escollos a vencer. Casi mágicamente, gracias a la sorprendente decisión de Carlos Ruckauf de abandonar La Plata, su sueño se hizo realidad. Pero el sueño tiene contornos pesadillescos. El flamante gobernador hace tres días que apenas duerme unas horas por noche. Tuvo tiempo para recorrer, en papeles, en ciudades, en calles, en pueblos, en campos, la herencia recibida por su ex compañero de fórmula de 1999. Es lógico que no concilie el sueño. Solá sabe que los políticos están pagando con su cuerpo el quiebre de la representación democrática, que ya no pueden caminar tranquilos por la calle y recuerdan con envidia –los más sanos– cómo sabía el café en el bar de la esquina. Pero Solá también intuye que, como en todas las grandes crisis, tiene un desafío. Si lo sortea con certeza, tendrá futuro. De lo contrario, no sólo el café en el barrio será un recuerdo.
–¿Cómo le dejó la provincia Carlos Ruckauf?
–La provincia tiene una situación real que no le escapa a nadie, que es la catástrofe económica y la dura caída de ingresos. El diagnóstico es muy parecido al de la economía nacional. Adicionalmente, tiene un problema estructural, que es un déficit histórico: un Estado excesivamente grande. El problema principal, el centro de cuestión, sería el estado del Estado: es decir, la capacidad disminuida de generar servicios motivada por una suma de situaciones históricas. La aparición de los patacones, en un estado de indisciplina y relajamiento en la administración pública que me parece indisimulable y preocupante. Es el punto de partida para un cambio estructural, necesario e inevitable.
–¿Cómo llegó la provincia a esta situación? ¿Se tomaron decisiones equivocadas? ¿Hubo desgobierno?
–La provincia chocó contra una pared que fue la falta de financiamiento. Golpeó de una manera violentísima. El patacón pudo mantener su paridad, no se devaluó y amortiguó mucho ese golpe terrible. Pero el Banco Provincia se venía endeudando por encima de lo aconsejable. Imagínese, todo el mundo hablaba del choque y el choque se produjo con su propia dinámica. La dinámica ha sido esta de estar empujando, que en la provincia siempre se pagaba en fechas atrasadas, siempre con una gran incertidumbre. Lo que era en general un estado amorfo se ha convertido en un estado amorfo y perverso. Ahora debemos volver a un grado de disciplina severa, germánica, para tener posibilidades de crecimiento.
–Si sumamos a este diagnóstico la situación social, la provincia se ha transformado en un volcán...
–La Argentina es un volcán.
–Pero la provincia tiene una de las mayores concentraciones de pobreza del país, fundamentalmente en los dos segundos cordones del conurbano.
–Sí. Nuevamente quiero distinguir que cuando hablamos de “la provincia”, hablamos del gobierno o del estado provincial, y después hablamos de la provincia. Y que es un volcán, lo sabemos. Si cuando se hablaba del estallido social, yo decía que ya estábamos en estallido social. Los hechos de los días 19 y 20 comenzaron a generarse mucho tiempo antes. No tenemos elementos para pensar cuán profundo es este pozo. Hay quienes piensan que sólo está en crisis el sistema político; o son ciegos o se equivocan o son malintencionados. Lo absurdo sería bajar la guardia y pensar que algunos temas están resueltos. No lo están hasta que les encontremos solución.
–¿Cuál es la perspectiva para los próximos meses?
–Pagaremos fuera de término. Pagaremos. Iremos de la mano de la Nación en cuanto al comportamiento de la economía, con los anuncios que se están haciendo hoy. Tendremos un respaldo político de la Nación en buena medida en base a Lecop y trataremos de generar un clima de diálogo, participacióny mayor respeto. Y cuando digo respeto digo respeto a la gente. Me parece que pasa por dar el ejemplo en los funcionarios: tenemos una gran capacidad de trabajo en el gabinete. He pedido una gran responsabilidad a todos los funcionarios: en primer lugar una línea de trabajo incansable que tiene que ir bajando desde arriba, que recomponga un poco la función del Estado provincial. Una mística. Hay una carencia de los propios servicios del Estado.
–No lo atemoriza un poco que con la devaluación el patacón estalle en mil pedazos, se devalúe mucho más que el peso...
–Sí, me atemoriza pero no imagino que vaya a haber una gran diferencia entre el peso y el patacón.
–¿Usted cree que va a mantener la paridad?
–Sí, creo que el patacón se va a mantener. Confío en la demanda. La demanda está vinculada a la necesidad de que haya movimiento económico. El patacón es una buena herramienta para eso.
–¿Ha hablado con el presidente? ¿Hay alguna predisposición especial del Presidente por la provincia, por tener la situación tan compleja y porque él proviene de ahí? ¿Hay algún plan específico de ayuda de parte de la Nación?
–He hablado con el Presidente tres veces: una en la reunión de gobernadores, otra en la que me transmitió su respaldo y después hemos charlado por teléfono sobre la situación de la provincia y el armado del gabinete. Hoy (por ayer) volví a hablar con él, que se reunió con la mayor parte del gabinete de la provincia de Buenos Aires y varios de los dirigentes del distrito donde les dijo que estamos juntos, Nación y Provincia, y en cuanto a que no hay posibilidades de disenso, al menos en el peronismo provincial, alrededor de los cargos, del gabinete.
–Eso le debe haber suavizado mucho la interna...
–Sí, la interna siempre tiene su peso, su poder. Los muchachos, por un lado, saben que la situación es así, y por otro lado son hombres políticos y piensan: “Tenemos a nuestro jefe político de Presidente de la República y un gobernador nuevo que no pensaba ser gobernador”. Eso te puede generar algunos roces pero yo estoy conforme con la actitud general del peronismo de la provincia.
–¿Ha hablado con la oposición en la provincia, el radicalismo y los restos del Frepaso y el ARI?
–Sí, he hablado con ellos y he tratado de encontrar solución a un problema que había en Ramallo, que preocupó mucho al radicalismo. El intendente había sido suspendido por el concejo, en mayoría básicamente por el peronismo y el Frepaso, a raíz básicamente de problemas económicos y financieros: no podía pagar los sueldos. Y el temor del radicalismo era que el peronismo, con mayoría en el Concejo Deliberante, promoviera la caída de ese u otros intendentes, generando un efecto dominó. Hasta donde yo puedo, porque yo no mando en la comuna, dije que el gobierno provincial pide y necesita paz política y paz social. Pedí que la unidad nacional a la que llamó Duhalde se reprodujera en la provincia de hecho. El radicalismo se está comportando bien. Los senadores radicales, posteriormente a mi discurso, me explicitaron su buena voluntad. En general tenemos una relación sólida.
–En la provincia está bastante bien organizado el movimiento piquetero, en La Matanza y Florencio Varela, fundamentalmente. ¿Tomó contacto con ellos, más allá de la movilización que hubo el viernes frente a la Casa de Gobierno? ¿Tomó contacto con Luis D’Elía y Carlos Alderete?
–La movilización a Casa de Gobierno fue movida básicamente por la gente de Castells y Alí. Además se pidieron alimentos que nos comprometimos a entregar. Con respecto a los piqueteros, tuve contacto, sí, tuve contacto con D’Elía. Creo que ha salido bastante bien esa charla, creo que entendió que tiene un canal de diálogo y comprensión. Y en parte recibí algunos mensajes indirectos, que me parecen muy positivos...
–¿Cómo cuáles?–Prefiero no comentarlos, pero mucha gente que está en la protesta, que sabe que podemos tener un futuro espinoso en relación a la reforma del Estado que yo planteé en el discurso, quiere en lo posible sentarse a conversar, y tener soluciones sin que la situación general se deteriore más.
–¿Cómo entiende la huida de Ruckauf de la provincia? ¿Cómo se entiende que una persona que quiere ser Presidente deje el principal distrito del país, uno de los estados más importantes de Sudamérica?
–Si tengo que decir algo, diría que Ruckauf siempre hizo todo aceleradamente. Por algo yo en algún momento le dije a usted que le puse “Flecha veloz”. Y fue veloz también para irse. Yo creo que en el peronismo hubo mucha sorpresa y que les hubiera gustado a lo mejor una estadía mayor. Pero parece que la Argentina no le da mucho tiempo a nadie.
–Ruckauf se hizo más famoso de lo que era a partir de la campaña -campaña que usted compartió– con sus frases de “meter bala a los delincuentes” y pedir mano dura. Estrategia de combate a la delincuencia que a la luz de los hechos fue un rotundo fracaso. Usted está iniciando una gestión, ¿cómo va a definir política en el plano de la seguridad?
–Yo le ofrecí a Luis Genoud, que es un hombre moderado y sensato, el secretaría de Seguridad, que estoy elevando de rango por ley. Pienso que las circunstancias la seguridad y la mano dura, como usted señaló, son equivocadas. La lucha contra la delincuencia empieza por mejorar la situación social, con un plan integral. Hay palabras que son peligrosas porque son enunciados, titulares que después son interpretados a gusto de quien las escucha. Hay palabras que permitieron que se cometan barbaridades. Esas palabras nunca saldrán de mi boca. Vamos a combatir las barbaridades.