EL PAíS
“Ya es imposible llegar a un acuerdo con Duhalde”
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, ratifica que la negociación con el ex presidente se rompió por su pretensión de tener mayor participación en el armado de los cargos nacionales. También habla sobre Albistur, Carrió y Angel Maza.
› Por Eduardo Tagliaferro
Aunque formalmente hasta el 24 de agosto hay tiempo para que kirchneristas y duhaldistas compartan boletas electorales en la provincia de Buenos Aires, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el principal referente del Presidente en esa negociación y el más proclive a un entendimiento, descartó cualquier alquimia futura entre uno y otro sector. “Ya es imposible”, dijo en diálogo con el autor de esta nota y con el periodista Javier Romero en el programa Demasiada información, que se emite por Radio El Mundo. Fernández aseguró que Eduardo Duhalde “quiso imponer una lógica que garantice la continuidad” de los mismos de siempre. Al explicar la presencia en las filas del actual kirchnerismo bonaerense de algunos impresentables duhaldistas de ayer, dijo que “hay que construir el futuro mixturando el pasado con el presente”.
–¿Existe la posibilidad de una boleta electoral común entre los seguidores de Néstor Kirchner y los de Eduardo Duhalde en la provincia de Buenos Aires? ¿Si ese acuerdo se pudiera medir en porcentajes, frente a qué grado de acuerdo se está?
–Diría que ya es imposible. Cerraron las listas de la provincia, se han construido dos listas diferentes y no entiendo cómo se podría hacer una lista común, luego de semejante quebranto, por decirlo de algún modo.
–¿Cuáles fueron las razones por las que no llegaron a un acuerdo?
–Por la vocación de Eduardo Duhalde de querer negociar cosas que habíamos quedado que eran del resorte del Presidente y que él quiso poner en la mesa. Eso hizo imposible un acuerdo.
–¿Está hablando del orden en las listas?
–Básicamente hablo de la propuesta de tener mayor participación en la definición de los cargos nacionales. Eso no tenía en cuenta el planteo del Presidente sobre la necesidad de construir una reformulación de la política y la necesidad de construir una dirigencia de cara a la gente. En algún momento Duhalde quiso ir más allá y esto complicó todo.
–¿Se está refiriendo a cantidades para su sector o de nombres?
–Estamos hablando de lógicas de construcción política.
–¿En qué momento visualizó que no había mayor espacio para la negociación?
–Es central entender que aquel 19 y 20 de diciembre la gente pidió un cambio a las lógicas de la política y no un cambio sólo formal o un maquillaje. Pidió un cambio profundo y nosotros estamos decididos a llevar adelante ese cambio. Claro que no somos de los que piensan que hay que tirar un viejo por la ventana todos los días. Creemos que mixturando el presente con el pasado se puede construir un mañana mejor. Esta lógica no es compartida por todos y, en algunos dirigentes, aparece la idea de perpetuar el presente. Aquí aparecen los desencuentros.
–Menos mal que aclaró que no es partidario de tirar dirigentes por la ventana, porque muchos de los que hoy siguen a Kirchner en la provincia de Buenos Aires, Mario Ishi, Alberto Descalzo, Raúl Othacehé, Julio Pereyra, hace 17 años que vienen cotizando sus apoyos.
–Hay que entender que hace 17 años que la gente los elige. Porque si no parecería que están allí usurpando un espacio. Están porque los eligen.
–Los eligen de la misma manera que los eligen a Hugo Curto o a Manuel Quindimil, que están con Duhalde.
–Absolutamente. Lo que hay que entender es esto: son electos. Creo que nadie quiere equivocarse con el aval democrático. Por eso hay que construir mixturando el presente con el pasado. Pero por sobre todo apostando a otro futuro, no a la perpetuidad. Aquí es que hay lógicas distintas que hacen imposible seguir hablando.
–Hasta el 24 de agosto existe la posibilidad de alianzas. ¿No hay ninguna chance de que las listas del PJ y las del Frente para la Victoria formalicen una alianza?
–No me parece que eso sea fácil. En algún momento, escuchando a quienes decían que en nombre de la gobernabilidad había que armar listas en común, nosotros lo intentamos. No fue por nosotros que no hubo una lista conjunta. Fue porque se nos quiso imponer la lógica de no cambiar nada.
–Y lo dice usted que dentro del Gobierno fue el más proclive a un acuerdo.
–No se trata de acordar o no acordar en términos vulgares.
–¿Le tiene miedo a la palabra acuerdo?
–Sí, porque la palabra acuerdo en la Argentina tiene un sentido nefasto. Los acuerdos siempre tendieron a hacerse de espaldas a la gente. Se acordó en Olivos una reelección. Utilicemos la palabra consenso. Ahora bien, si consensuar es aceptar la continuidad de las prácticas de las que renegamos, eso se parecería a un pacto.
–El miércoles usted irá al Senado. Allí fue muy criticado el decreto que da facilidades a las agrupaciones políticas que no hubieran completado su inscripción. Jorge Yoma dijo que éste era un traje a medida para Angel Maza. ¿Cuál es su posición?
–Me parece extraño ese debate. Mientras Yoma dice esas cosas, la Justicia dijo que el decreto es inútil porque repite las cosas que dice la ley y que la Justicia había ordenado. No entiendo: o estamos frente a un decreto hecho a medida para salvar a alguien como dice Yoma o estamos frente a un decreto ocioso como dijo la jueza María Servini de Cubría. Entramos en debates propios de lo electoral y por lo tanto secundarios.
–Cuando tienen que decidir a quién apoyar en La Rioja, ¿por qué eligen a Maza?
–Porque Maza expresa esa vocación de cambio y de acompañamiento al país que Kirchner quiere construir. No nos está vinculando el pasado, sino una visión común del futuro. Maza tiene enfrente a uno de los más cabales representantes de aquellos que dicen que el mejor futuro es retroceder diez años.
–Maza fue parte de ese pasado menemista. Parte importante hasta no hace poco.
–De eso tendrá que dar cuenta él. Hoy, en La Rioja, es alguien que expresa la necesidad de construir un país con otra lógica política.
–¿En su fuero íntimo el Presidente confía en que, en caso de imponerse al duhaldismo en la provincia de Buenos Aires, podrá seguir contando con la lealtad de los caciques que desertaron del duhaldismo y que hoy construyen las listas del kirchnerismo?
–Estamos en una etapa de definiciones. La construcción del mañana se hace con el presente. Muchos dirigentes políticos repitieron la frase “que se vayan todos”, pero lo hacían con el secreto implícito que decía: “Conmigo no cuenten”. Por esto se hace muy difícil el recambio político y generacional que la gente pedía. Nosotros hacemos el esfuerzo y si no mire la lista de la ciudad de Buenos Aires. Por ejemplo, Mercedes Marcó del Pont, que no es precisamente una persona que asiente todo lo que nosotros hacemos, o alguien como el actor Claudio Morgado, que es un crítico de la realidad.
–¿Lo sorprendió que Carrió postulara a Enrique Olivera y a Teresita de Anchorena?
–Creo que esto deja en evidencia la proximidad de Carrió con la lógica del delarruismo. Cuando uno elige que lo secunden los mismos segundos, comparte la lógica del otro elector. Olivera fue vicejefe elegido por De la Rúa, Teresa de Anchorena fue funcionaria de ese gobierno. Estaremos frente a la versión postmoderna del delarruismo.
–¿Le costó convencerlo a Enrique Albistur para que retire la demanda contra los periodistas de la revista Noticias?
–En verdad, yo hablé con Albistur. Se tiene que entender que cuando uno se ve leído en cosas que no son ciertas, se siente mal. Los funcionarios tienen que entender las críticas y los críticos no tienen que ser unos mentirosos, no tienen que ser difamadores ni injuriadores. Albistur se sintió afectado en su honor y esto es algo personalísimo. Sólo uno puede cuidar de su propio honor. Entendió que esa era la mejor salida. En pos de que nadie sienta mancillado su derecho a opinar y criticar, aun cuando lo que allí se decía no era cierto, era mejor que desistiera de la acción que había iniciado. Se lo dije y lo comprendió.
–Uno de los decretos criticados fue el que prorrogó el vencimiento de las licencias de los medios de comunicación audiovisuales. ¿Cómo siente que la prensa trata al gobierno de Kirchner?
–Los medios son todos críticos. Algunos tienen mayor capacidad reflexiva y eso los autoriza a compartir algunas cosas que hacemos, otros son meros dadores de noticias. Hay medios que consideran que es deber del periodismo estar enfrente del Gobierno. Están los que tienen tapas rimbombantes y sus artículos son insustanciales, hay de todo. Eso sí, creo que los medios han tenido la oportunidad de expresarse libremente en este tiempo. La oposición ha tenido todos los medios a su alcance. Eso dice que está funcionando el sistema republicano.
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