Jue 07.07.2005

EL PAíS  › EL CAMIONERO QUEDO SOLO AL FRENTE A
PESAR DE LA OPÓSICION DE LOS GORDOS

Hugo Moyano llegó a la cima de la CGT

Las quejas de Susana Rueda, en nombre de los “gordos”, no pudieron evitar que el camionero fuera consagrado secretario general de la Confederación General del Trabajo, acompañado por José Luis Lingeri. Después recibió el respaldo de Kirchner en la Rosada.

› Por Diego Schurman

Pasaron muy pocas horas entre su consagración como titular de la CGT y la visita a Néstor Kirchner. Obviamente, no fue una casualidad, pero tampoco se trató de un mero hecho simbólico. Hugo Moyano se trasladó a la Casa Rosada con la firme intención de transmitir su respaldo al Presidente. Y, por si fuera poco, se comprometió a participar hoy del lanzamiento de la candidatura de Cristina Kirchner como senadora nacional por la provincia de Buenos Aires.
Moyano visitó al mandatario junto al abogado de la CGT, Héctor Recalde. Media hora después, todos salieron con cara de satisfacción. Kirchner, por el apoyo del camionero; Moyano, por haber logrado incluir al asesor letrado en la lista de candidatos a diputados bonaerenses del Frente para la Victoria.
Recalde será séptimo en la boleta nacional, según confirmó a este diario el diputado y dirigente metalúrgico Francisco Gutiérrez, otro de los que integrará la lista kirchnerista para renovar su banca.
Alguna vez, el abogado de la CGT fue tentado a integrar la lista del peronismo bonaerense, de la mano de Eduardo Duhalde. Nunca se concretó. Después se lo mencionó como candidato a ministro de Trabajo. Pero ese lugar quedó para Carlos Tomada. Finalmente, Kirchner lo pone ahora como candidato en un lugar con inmejorables chances de llegar al Congreso de la Nación.
Durante el encuentro, el anfitrión relató algunos detalles del acto de lanzamiento de su mujer, que se desarrollará esta tarde en el Teatro Argentino de La Plata. La propia Cristina fue testigo del entusiasmo de Kirchner, que iba y venía del despacho contiguo, donde el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, terminaba de completar la grilla de postulantes para las elecciones de octubre.
Nadie niega lo que está a la vista: hay una evidente buena disposición del camionero hacia Kirchner. Los archivos son categóricos. A pesar de haber apoyado en el 2003 a Adolfo Rodríguez Saá, en el último año, el ahora jefe único de la CGT no ahorró elogios hacia el Presidente. “Kirchner y yo luchamos por lo mismo.” “Kirchner está actuando muy bien.” “Esta CGT no se unificó para pedir paros”, fueron sólo algunas de las frases que ofreció a los medios nacionales.
La reunión con Moyano también tiene valor para Kirchner. Sobre todo porque en el mundo sindical muchos dirigentes venían cerrando trato de antemano con Eduardo Duhalde. Así, en las listas duhaldistas en la provincia de Buenos Aires se menciona a Angel García, del gremio de seguridad. Y también al cervecero Saúl Ubaldini, aunque el ex jefe cegetista fue tentado simultáneamente para integrar una lista filomenemista junto a Irma Roy.
Probablemente el sindicalista más distante al Gobierno que trabaja con Moyano es Luis Barrionuevo. El dirigente, que ha sabido ganar fama con sus frases rimbombantes –como aquella de que “la plata no se hace trabajando–, atacó recientemente a Cristina Kirchner. La chicaneó diciendo que nunca había visto a un pobre. En octubre el gastronómico competirá con el kirchnerismo en Catamarca. Sin embargo, se comprometió puertas adentro, ante sus compañeros de la CGT, a no plantear esa pelea en nombre del sindicalismo.
Barrionuevo quiere preservar su alianza con Moyano. Y sabe que el camionero transita una larga luna de miel con el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. El vínculo del moyanismo con la Casa Rosada ya consiguió que el dirigente de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación, Julio Piumato, lograra un lugar en la lista de candidatos a diputados nacionales porteños.
Moyano buscará que todo el pelotón sindical se encolumne detrás de Kirchner. Gran parte de los 33 miembros del consejo directivo de la CGT ya hicieron lo propio, y otra buena parte seguramente mantendrá su alineamiento con Duhalde. Aunque el reconocimiento que hizo anteayer el Presidente a Página/12 de que no cederá a las pretensiones de su antecesor podría producir migraciones hacia el kirchnerismo.
Un caso ejemplar es el de Gerardo Martínez. El líder del gremio de la construcción (Uocra) figuraba en el listado de potenciales candidatos que las 62 Organizaciones Peronistas –el brazo político de la CGT– presentó al PJ. El propio líder de las “Seis Dos”, el dirigente rural Gerónimo Venegas, también figuraba en la solicitud. Ninguno de los dos sería finalmente parte, ya que no quieren quedar mal con el Presidente.
El distanciamiento entre duhaldistas y kirchneristas no se reprodujo en el seno de la CGT. Moyano asumió la conducción con el aval de 25 de los 33 integrantes del consejo directivo. Los otros 8 que se ausentaron fueron los que en la jerga gremial se conoce como “gordos”. Son, dicho de otro modo, dirigentes que han sabido plegarse sin remilgos al poder de turno, al igual –y es justo decirlo– que muchos otros que ayer le otorgaron el volante de la CGT a Moyano.
El vacío de los “gordos” al camionero se justificó públicamente en términos legales. Susana Rueda, la máxima exponente del sector, dijo que hubo un “golpe institucional”, ya que al secretario general debe ser elegido por un congreso y no por el consejo directivo. Por eso, explicó, se retiró –del histórico edificio cegetista de Azopardo– apenas se iniciaron las deliberaciones.
Los moyanistas respondieron que el congreso de Obras Sanitarias del 15 de julio de 2004 fijó los nombres de un consejo directivo y de una conducción tripartita, que además de Moyano y Rueda integró José Luis Lingeri. Pero también aprobó una cláusula transitoria que delegaba al consejo directivo para que, transcurrido un año, regularice la conducción, nombrando un secretario general, un adjunto y un administrativo.
Lo que ayer se votó en la CGT por unanimidad fue precisamente eso: Moyano quedó como secretario general, Lingeri como adjunto y Rueda pasó a integrar la secretaría administrativa. El acto de asunción será 14 de julio, o sea, el próximo jueves.
Rueda le dijo a Página/12 que impugnará lo resuelto ayer por sus compañeros-enemigos (ver aparte), pero se cuidó de hablar de fractura. Los otros siete “gordos” que la acompañaron en la jugada (Armando Cavalieri, Oscar Lescano, Diógenes Salazar, José Pedraza, Manuel Pardo, Omar Maturano y Rodolfo Daer) también conservarán sus lugares en el consejo directivo.
De todos modos, los moyanistas se adjudicaron la potestad de desplazarlos. De acuerdo con el estatuto de la CGT, aquellos que pegan el faltazo en tres reuniones seguidas del consejo directivo, o en cinco alternadas, son susceptibles de expulsión.
A pesar del apodo, los que quedaron pipones no fueron los “gordos”, sino los seguidores de Moyano: desde la mañana, con medialunas, y al mediodía, con un asado, festejaron una jornada con final cantado. Así, de no prosperar la batalla legal iniciada por Rueda, el dirigente camionero se quedará con los hilos de la CGT hasta mediados del 2008.

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