Como si no le bastara con su presencia, que amenaza con sacarle algún que otro voto en una elección que se perfila reñida, ahora resulta que Mauricio Macri también tiene que soportar lo que cualquier candidato consideraría el peor gesto por parte de Domingo Cavallo: el elogio. “Es una persona que tiene muy buenas intenciones. Compartimos muchas cosas”, aseguró el ex ministro.
Aunque se encuentra en el peor momento de su imagen pública, con un índice de rechazo que supera al de Carlos Menem y Fernando de la Rúa, Cavallo confirmó el viernes ante la Justicia su decisión de presentarse como primer candidato a diputado nacional por su partido, Acción por la República. Y, si bien sus chances de ingresar al Congreso son remotas, todo indica que los (pocos) votos que obtenga provendrán del mismo electorado que aspira a liderar Macri.
Consciente de esta realidad, Cavallo se negó ayer a criticar al presidente de Boca cuando lo consultaron por sus rivales en las elecciones del 24 de octubre. Definió positivamente a Macri, y agregó: “No lo voy a atacar. Estoy seguro de que, de llegar al Congreso, empujaremos las mismas cosas”, aseguró el economista. Y, para que no queden dudas, agregó: “La gente no tiene que pensar que si vota a Cavallo, vota en contra de Mauricio. No tiene que pensar así. Y lo mismo que si vota a Mauricio, no está votando en contra mío”.
A continuación, el ex ministro intentó explicar por qué, entonces, había que votarlo a él y no al empresario. “La gente tendrá que pensar si vota a Mauricio para que entre (Eduardo) Borocotó, o el tercero o cuarto de la lista. O si me vota a mí para que entre yo y mi esposa, que va a hacer una tarea muy buena”, explicó Cavallo.
Se refirió así a la candidatura de su mujer, Sonia Abrazian, a quien los apoderados partidarios inscribieron en un segundo lugar, pero de manera provisoria: como Sonia no hizo el trámite de cambio de domicilio que había fijado en Córdoba, la Justicia deberá determinar si acepta o no la candidatura porteña de Sonia. Los abogados de Cavallo presentaron una serie de documentos, probando que hace varios años que la mujer vive en la Capital.
En cuanto a su campaña, el ex funcionario insistió en que su objetivo es explicar sus últimas medidas económicas, como el corralito, e insistió con la idea de que los medios distorsionaron la realidad. “Me trataron como si fuera un maldito, pero yo apelo a la gente. Voy a responder todas las preguntas que me quieran hacer y voy a contestar todas las ideas que tengo para el futuro. Yo camino solo por la calle y me va muy bien con la gente, me tratan muy bien”, señaló.
Las declaraciones de ayer sirvieron para comprobar que, además de hablar de bien de Macri, Cavallo no centrará su campaña en las críticas a Néstor Kirchner. Decidido a explicar su pasado, el ex ministro señaló, una y otra vez, a Eduardo Duhalde como el principal culpable de la crisis del 2002.
“El corralito no significaba ni transformar los depósitos de dólares a pesos, ni devaluar, ni confiscar ningún depósito. Duhalde fue el gran responsable del descalabro argentino, por exceso de gasto de la provincia de Buenos Aires, y por las decisiones que adoptó en enero del 2002, que destruyeron la base legal del sistema económico y social argentino”, aseguró Cavallo.