EL PAíS
No será tanto como “El Padrino”
pero también se tiran con todo
Luego de los lanzamientos, la pelea bonaerense subió de tono. Los duhaldistas subrayaron que Chiche Duhalde es la candidata del PJ. Los kirchneristas aseguraron que nunca pensaron en un acuerdo.
Formalizado ya el lanzamiento de Cristina Fernández de Kirchner y de Hilda “Chiche” Duhalde a la arena –aunque por momentos parece barro– electoral en la provincia de Buenos Aires, corrió ayer por cuenta de las segundas líneas continuar la pelea. El diputado duhaldista Alfredo Atanasof remarcó el hecho de que Chiche sea “la única propuesta del justicialismo”, dado que Cristina será candidata por el Frente de la Victoria. El subsecretario general de la Presidencia y candidato a diputado del kirchnerismo, Carlos Kunkel, criticó duramente el discurso del lanzamiento de la esposa de Duhalde y aseguró que “nunca existió ningún margen de acuerdo entre prácticas del pasado y la decisión de acompañar” al Presidente.
El sábado, durante el acto realizado en la quinta 17 de Octubre de San Vicente, Chiche fue muy medida en sus palabras. Apenas si hubo un par de menciones directas al presidente Kirchner –la más fuerte fue aquella acerca de que le había ordenado que no fuera candidata “y acá estoy”– y ninguna a su rival directa. Atanasof, en cambio, puntualizó: “Cristina no es candidata por el justicialismo”.
Uno de los ejes de la campaña del duhaldismo quedó claro durante el lanzamiento; será hacer uso de la tradicional iconografía peronista y también de los símbolos partidarios, dado que Chiche fue anotada como candidata a senadora del PJ bonaerense, dominado por el sector del ex presidente. De ahí que Atanasof subrayara que “por el justicialismo hay sólo una propuesta”. Y explicó que los problemas que llevaron a la división en dos listas “está circunscripto a la provincia de Buenos Aires, donde hay dos agrupaciones políticas que son dos proyectos distintos”.
También desde el duhaldismo, el ex intendente de San Miguel Aldo Rico se sumó a las críticas. “Es difícil que Cristina Kirchner esté a favor de los intereses de la provincia de Buenos Aires porque los intereses bonaerenses están en oposición a los del Estado nacional”, sostuvo Rico.
Esta vez, el ex líder carapintada no irá en las listas de candidatos duhaldistas pero sí lo hará su hija, María del Carmen, que se postulará para diputada. Rico respondió a una de las imputaciones que más enojaron a los duhaldistas, sobre aquella referencia que hizo la primera dama en su discurso emparentando a Duhalde con la película El Padrino, de Francis Ford Coppola. “Si el duhaldismo es una mafia, en todo caso por la mafia llegó al Gobierno su marido”, disparó.
Desde el kirchnerismo salió a responder Carlos Kunkel, quien desde hace rato se convirtió en un puntal del Gobierno en contra del duhaldismo en la provincia de Buenos Aires. Viejo amigo del Presidente y cultor de un estilo zumbón, Kunkel se preocupó de destacar un dato revelado tiempo atrás por Página/12, que Chiche Duhalde cuenta con el asesoramiento de campaña del publicista brasileño Joao Santana.
“Me parece un poco risueño que un discurso escrito por una agencia de publicidad brasileña pretenda orientarnos sobre lo que tenemos que hacer en nuestra gestión de gobierno”, respondió a Radio América. También atacó la frase del discurso de Chiche en la que le recomendó a Kirchner que deje el pasado a los historiadores y a la Justicia y que se preocupe del futuro. “Con eso, parece que a Chiche no le interesa devolver la identidad a los cadáveres”, sostuvo Kunkel. Y agregó: “Yo me opongo a los que piensan que hay que disimular las cosas del pasado porque queda feo, la ciudadanía no va a elegir estas cosas”.
El subsecretario general de la Presidencia se dedicó en extenso a echar por tierra cualquier posibilidad –pasada y futura– de acuerdo con el duhaldismo por la confección de las listas. “Nunca existió ningún margen de acuerdo entre prácticas del pasado y la decisión de acompañar al Presidente de los argentinos, que expresa libremente a sus candidatos.” Sin embargo, lo reconocían en la propia Casa Rosada, las negociaciones por una lista común estuvieron muy avanzadas y fue un reclamo de más candidaturas por parte de Duhalde lo que provocó la abrupta caída del acuerdo.
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