El gobierno nacional y el bonaerense bajaron ayer el tono a las preocupaciones sobre la Cumbre de las Américas. El mensaje de los funcionarios es que se están tomando todas las precauciones pero que las cosas están planificadas y saldrán bien. A favor de las previsiones está el hecho de que Argentina dejó de ser un objetivo caliente del terrorismo, pero lo cierto es que las fuerzas de seguridad –en consulta con los organismos norteamericanos– están realizando tareas para proteger al objetivo número uno de cualquier ataque terrorista: el presidente George W. Bush. El intendente de Mar del Plata no fue demasiado hospitalario: “Sabemos que vamos a recibir al tipo más desagradable del mundo”, sintetizó.
En una conferencia de prensa realizada el martes, el ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, deslizó: “Estamos muy preocupados por la seguridad en la Cumbre”. La frase fue tomada como un alerta y, en cierto aspecto, un contrapunto con el gobierno central, que sostiene que todo está organizado y en marcha.
El propio Arslanian aclaró ayer que “las cosas van a andar muy bien y darán buenos resultados. Estamos trabajando en cooperación con los organismos de seguridad de los países cuyos presidentes van a venir a la Cumbre, en particular con los Estados Unidos. Es cierto que el terrorismo tiene por escenario cualquier país, pero no hay a la vista ninguna circunstancia particular que vincule a la Argentina con los hechos que están sucediendo en los últimos tiempos”. Arslanian dejó entrever la información que varios funcionarios confirmaron a este diario: las precauciones son generales, como las que se tomaron para otras cumbres, y no hay datos que hasta el momento indiquen que algo se está preparando contra la Cumbre de Mar del Plata.
Quienes ayer salieron a la cancha para sentar posición fueron el canciller Rafael Bielsa y el ministro del Interior, Aníbal Fernández, responsable del operativo de seguridad. “Que estemos preocupados no significa que no se pueda hacer, sino que hay que ocuparse de todos los puntos”, explicó Fernández. Más relajado, el intendente de Mar del Plata reflexionó: “A mí no se me caen los anillos para decir que no tengo ninguna simpatía por Bush, pero también me parece que un debate de la realidad del continente sin Estados Unidos, que causa muchas de las desigualdades, no tendría demasiado sentido. Sabemos que es el tipo más desagradable del mundo por el gran rechazo a las acciones en Irak, pero para la ciudad es muy positivo que la Cumbre se haga aquí”, dijo en el programa radial El Exprimidor.