EL PAíS
El día en que Argentina estuvo a punto de ir a la guerra con Uruguay
Ante una versión de una agencia de noticias, reproducida en Uruguay, el gobierno argentino desmintió oficialmente que hubiera desplazado tropas hacia Entre Ríos por la disputa por las plantas de celulosa.
› Por Martín Piqué
¿Habrá sido por episodios como la guerra del fútbol entre Honduras y El Salvador que América latina hizo famoso al realismo mágico? Seguramente sí. Pero la tradición por la desmesura y lo tragicómico no es cosa del pasado. Ayer, el Gobierno tuvo que desmentir que se estuviera preparando para una guerra con Uruguay. La desmentida partió de la embajada en Montevideo, a cargo de Hernán Patiño Meyer. La aclaración oficial respondía a un cable que publicó en su sitio de Internet una desconocida agencia de noticias –el Equipo de Investigaciones Rodolfo Walsh– que pasó inadvertido en los medios argentinos pero causó cierto revuelo en Uruguay. Con fecha del 20 de julio, el cable aseguraba que “fuentes del Estado Mayor Conjunto” habían puesto “en alerta intermedio al segundo y tercer cuerpo del Ejército a fines de trasladarlos a la provincia de Entre Ríos”. Según esa increíble versión, la hipótesis del eventual conflicto armado era la “escalada diplomática” que enfrenta a ambos países a causa de la instalación de las papeleras en las riberas del río Uruguay.
La desmentida oficial tuvo un aire tragicómico. “La embajada argentina en la República Oriental del Uruguay se ve en el deber de desmentir categóricamente las versiones de prensa que dan cuenta de que el gobierno nacional hubiere puesto en alerta dos cuerpos de Ejército para trasladarlos a la provincia de Entre Ríos, ya que las mismas carecen de todo fundamento y racionalidad”, decía textualmente. La aclaración se difundió justo cuando el canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, se encontraba de visita en Buenos Aires para asistir a una cumbre de cancilleres del Grupo Río.
La versión sobre el movimiento de tropas se instaló del otro lado del río a partir del cable firmado por la ignota agencia. Pertenece a una página digital que lleva el nombre de Walsh. La sigla de la agencia es Ancla (por Agencia de Noticias Cadena Latinoamericana), al igual que el proyecto que el escritor impulsó tras el golpe de Estado, en plena clandestinidad. Ese mismo día, el diario uruguayo El Telégrafo, de Paysandú, afirmó que en el puente internacional se estaban aplicando “severos controles en los ingresos de mercaderías”. La información de ese diario fue relativizada por oficiales de la Armada ante una consulta de Asociated Press (AP).
Los contrapuntos –la mayoría desmentidos– alimentaron una preocupación real, existente, por la instalación de plantas de celulosa en el margen derecho del río Uruguay. El tema se convirtió en un obstáculo para la relación entre ambos países: ayer, la Cancillería argentina aclaró a través de un comunicado que “las acciones del Gobierno” en este asunto “tienen como objetivo la preservación del ecosistema”. “Estas acciones en modo alguno pueden ser interpretadas como medidas dirigidas a obstaculizar las inversiones, la generación de empleo y el desarrollo de la hermana República del Uruguay”, decía textualmente el comunicado. La aclaración se refería a las gestiones de la Argentina ante los organismos multilaterales, que generaron mucha repercusión en Uruguay. Según esas informaciones, el Gobierno presionó para que se paralizaran algunos créditos del Banco Mundial que estaban bastante avanzados.
Con todos estos antecedentes, Bielsa se reunió con Gargano cara a cara. Hoy podrían encontrarse de nuevo. El asunto generó rispideces impensadas entre ambos gobiernos. Los entrerrianos de Gualeguaychú protestaron con pancartas frente al Sheraton Pilar. Querían entregarle un petitorio al canciller uruguayo en el que le reclamaban a Tabaré Vázquez que se comprometiera a revocar la autorización para que se instalen las papeleras “si se corrobora que habrá daños” en la cuenca del río.
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