EL PAíS
› ACTO DE KIRCHNER CON CRITICAS A DUHALDE Y LA PRESENCIA DE CFK
“Recibimos Argentina prendida fuego”
En un acto en Balcarce, el Presidente insistió en tomar a Duhalde como blanco. Sorpresiva aparición de Cristina Fernández.
“Terminemos con la hipocresía: ‘que me retiro, que no me retiro, que vengo, que no vengo’, porque la Argentina no puede depender de nadie más”, disparó ayer el presidente Néstor Kirchner en un acto en el que anunció subsidios y obras públicas en Balcarce. De esta forma, volvió a criticar al ex mandatario Eduardo Duhalde en un distrito que le es afín, como hizo el martes en Lincoln. La sorpresa del acto fue que llegó con su esposa y candidata a senadora, Cristina Fernández de Kirchner, que –aunque no habló– se zambulló junto con su marido en la multitud (y en la campaña).
Luego de un trasbordo en Mar del Plata, Kirchner y la primera dama llegaron en helicóptero a Balcarce acompañados por el ministro del Interior, Aníbal Fernández; el de Planificación, Julio De Vido; de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y por el gobernador bonaerense, Felipe Solá. Lo recibió el intendente local, Carlos Erreguerena, a la sazón, duhaldista.
Entre bombos, Kirchner encabezó el acto en una escuela técnica donde fue recibido por militantes del PJ y piqueteros kirchneristas, que convivieron con nenas en guardapolvo, una decena de abanderados, trabajadores de la construcción con sus cascos amarillos y banderas de la Uocra, y hasta un manifestante disfrazado de pies a cabeza de pingüino, que usaba como capa una bandera argentina que identificaba a su agrupación: “MTD Evita”.
Erreguerena le advirtió a Kirchner que en 2001 “vino el PJ a ponerse al frente” de la crisis. “Yo me lancé a la política porque había cosas que no se estaban haciendo bien”, afirmó en referencia al anterior intendente, José Luis Pérez, que es la cabeza de la lista K local, apoyado por Solá. “Salí a pelear al aparato y, si me permite la licencia, hice ‘la gran Kirchner’, porque hablé con la gente”, dijo, conciliador, y planteó que “acá no hay divisiones, a mí no me asustan las diferencias, todos tenemos que tirar del mismo carro”. Luego del acto, Aníbal Fernández concedió que “si el intendente juega en otro palo, tiene derecho a hacerlo”.
“Como dice ‘el vasco’ Erreguerena, yo también encontré una provincia con problemas y recibí el apoyo del Presidente –recordó, a su vez, Solá–. Me siento parte de la Argentina que nació el 25 de mayo de 2003, que en lugar de anunciar contratos morales tiene gestos desde el poder con convicciones y con retorno a los valores”, sostuvo como una crítica a la líder del ARI, Elisa Carrió.
Kirchner, por su parte, volvió sobre su estrategia de diferenciarse de Duhalde, como viene haciendo cada vez que pisa la provincia. Sostuvo que recibió una “Argentina prendida fuego, con un 22 por ciento”, como un reproche al ex presidente. “Si nos animamos, vamos a lograr que aquellos que hicieron de la política una práctica profesional se vuelvan definitivamente a su casa”, planteó en referencia a Duhalde.
También reiteró sus diferencias con el duhaldismo por la política de derechos humanos. “Creyeron que se podía construir una Argentina sin mirar para atrás. Les vuelvo a repetir: no es mirar atrás, es construir futuro, porque un país que captura a sus asesinos, a los corruptos, a los ladrones es un país con futuro”, definió Kirchner, como hizo el martes en Lincoln. La frase es un tiro por elevación a Chiche Duhalde, que le había recomendado en el lanzamiento de su candidatura que dejase “el pasado para los historiadores”. Por último, le respondió al intendente que “nunca va a encontrar un hombre más tolerante, porque vio caer hermanos en la dictadura”. Pero le advirtió que la política “no es un club de amigos”.
Kirchner recordó, para introducir la candidatura de su esposa, que empezaron a militar juntos en la provincia de Buenos Aires en los setenta. “Yo no voy a salir a decirles como decía aquel presidente ‘síganme’, y nadie sabía adónde lo seguía. Vengo a pedir que me ayuden. Necesito su apoyo para lograr la victoria por encima de los intereses que perjudican a la patria y terminar con los viejos negocios pactistas”, pidió el Presidente, que también criticó al ex mandatario Carlos Menem y al FMI. Cristina, vestida con un traje beige, sonrió y no habló en el acto. Luego se bajó del palco junto con Kirchner y caminó entre la muchedumbre, que lepedía autógrafos y la besaba. Aunque no quiso responder preguntas, la senadora dijo: “Me siento acompañada por la gente, quiero luchar por una Argentina mejor y la queremos hacer todos juntos”.
Informe: Werner Pertot.