La pelea en la Capital Federal mantiene el escenario de un triple empate, con Mauricio Macri sacando leve ventaja, mientras que en la provincia de Buenos Aires Cristina Kirchner duplica a Chiche Duhalde, quien no obstante obtiene un cómodo segundo lugar, dejando muy atrás a Ricardo López Murphy. En el territorio porteño quienes aparecen con posibilidades de lograr algún diputado son las fuerzas que encabezan Luis Zamora y Patricia Bullrich, mientras se quedarían afuera el radicalismo y el socialismo y se entrevé una mala performance de Domingo Cavallo y Moria Casán. En el distrito bonaerense, si la intención de voto a senador se traslada a la lista de diputados, habría bancas para la alianza López Murphy-Macri, seguramente para el radicalismo y tal vez para el MST y el ARI.
Las conclusiones surgen de dos encuestas realizadas por la consultora Opinión Pública, Mercados y Servicios (OPSM), que lidera Enrique Zuleta Puceiro. En la provincia de Buenos Aires fueron entrevistadas 800 personas, tanto en el conurbano como en ciudades del interior provincial. En la Capital, los encuestados también son 800, repartidos en el Sur, el Centro y el Norte de la Ciudad. En ambos trabajos se respetaron las proporciones por edad, sexo y nivel económico. La dirección técnica estuvo a cargo de Isidro Adúriz y Julián Lisa.
“La situación en la Capital muestra a Macri adelante, pero sin crecer –analiza Zuleta–. Está en el nivel que tuvo siempre. Los movimientos se dan en el resto del electorado y se percibe a Bielsa creciendo. Nosotros lo teníamos en sólo siete puntos antes del lanzamiento, en 13 después que se hizo pública su candidatura y ahora alcanzó 21. Es el distrito más difícil porque es en el que Kirchner tiene más debilidades, los porteños son reactivos a los oficialismos y, encima, hay una variada oferta política. Creo que en el crecimiento de Bielsa también ha jugado algo cierta pérdida de identidad de Carrió, que apunta correctamente al electorado más moderado, como lo hizo incorporando a Enrique Olivera o dándole una entrevista a Ambito Financiero, pero mientras gana por un lado, puede perder un poco por otro. En una carrera tan pareja entre los tres candidatos, todas las movidas tendrán importancia y será también fundamental lo que pase con las demás fuerzas, que siempre pueden restarles a los que van en punta. Al radicalismo se lo ve muy acotado, con el voto final, de identidad radical pura, y sin grandes diferencias entre Nito Artaza o Facundo Suárez Lastra. La izquierda recoge votos, pero como siempre tiene el problema de la fragmentación.”
En el territorio bonaerense, Zuleta considera que “la gente ha hecho suya la polémica entre Kirchner y Duhalde, entre Cristina y Chiche. La polarización está instalada, al punto que el tercer candidato, Ricardo López Murphy, perdió cuatro puntos y todo se concentra en la pelea entre las dos candidatas. En ese marco, Chiche tenía hace unos días 25 puntos de votos y ahora supera levemente los 20, pero creo que la diferencia, al final de la campaña, estará en algo así como 40 a 20 o 45 a 20. Me parece que será una elección donde no pesan ni las encuestas ni los discursos: tengo la impresión de que es una campaña de aparatos. Y allí se ve confundido y golpeado al duhaldismo, porque se ve a Kirchner a la ofensiva, ganando franjas, intendentes, sectores del propio duhaldismo. Le va a costar a Chiche resistir el embate”.
“Si tuviera que dar una definición de la dinámica de esta elección –arriesga Zuleta– diría que van a ganar los oficialismos. Pero cuando hablo de oficialismo nacional, o sea el plebiscito planteado por Kirchner, sólo creo que pega en Capital y provincia de Buenos Aires. En los demás distritos hay otros plebiscitos, planteados por cada uno de los gobernadores, y priman sobre el nacional. Esos oficialismos provinciales llevan todas las de ganar, salvo en dos distritos, Santa Fe, donde puede perder el peronismo, y Río Negro, donde puede caer derrotado el radicalismo. En todo el país los gobernadores están fuertes y han salido ala campaña con mucha potencia. Kirchner está en un buen momento, pero le va menos bien en las grandes ciudades que en el electorado de pequeños conglomerados o sectores rurales. Tiene como gran punto de partida en esta elección que el choque bonaerense lo está resolviendo a su favor.”