La carrera electoral en la Capital Federal muestra cierta paridad entre los tres candidatos de punta –Elisa Carrió, Rafael Bielsa y Mauricio Macri–, aunque los encuestadores no se ponen de acuerdo en quién se ubica en el primer lugar. Todo indica que el devenir de la campaña electoral es lo que terminará por determinar el orden de llegada. En la provincia de Buenos Aires hay más unanimidad: Cristina Fernández de Kirchner duplica –o más todavía– a Hilda “Chiche” Duhalde, en una competencia en la que, según las encuestas, Ricardo López Murphy está muy atrás. En ambos distritos el radicalismo puede quedar muy mal parado y, curiosamente, Nina Peloso no haría tan mal papel.
Las conclusiones surgen de dos encuestas realizadas por la consultora Analogías, que encabeza la socióloga Analía Del Franco. En la Capital Federal fueron encuestadas 400 personas, mientras que en territorio bonaerense el trabajo abarcó a 1100. En los dos sondeos se respetaron las proporciones por edad, sexo, nivel económico-social y lugares de residencia, tanto en el sur, centro, norte de la Capital, como en el conurbano y las pequeñas y grandes ciudades del interior bonaerense. El trabajo se terminó de procesar el viernes.
Respecto del distrito porteño, Del Franco registra un fuerte crecimiento de Bielsa en el último mes, producto del lanzamiento de su candidatura. Carrió se mantiene estable y Macri bajó algunos puntos. Prácticamente todos los consultores coinciden en un diagnóstico asombroso: hay voto de centroderecha que puede ir de Macri a Bielsa o Carrió y viceversa. Por ejemplo, existe una franja que tradicionalmente votó al radicalismo más conservador, en concreto a Fernando de la Rúa, que ahora está indefinida y se puede inclinar por cualquiera de esas alternativas.
Por supuesto que también existen áreas de disputa del electorado entre Bielsa y Carrió, con la clase media-media más cerca de la candidata del ARI y los sectores de menos recursos con mayor afinidad al discurso Kirchner-Bielsa. Todo indica que Luis Zamora y Patricia Walsh van camino a hacer una muy buena elección, favorecidos, además, porque se trata de una elección legislativa en que la gente tiene menos compromisos y habitualmente se inclina por candidatos que no pelean el primer puesto.
En el territorio bonaerense, Del Franco coincide con los diagnósticos que dan una amplia ventaja a Cristina sobre Chiche, al punto que se trata del sondeo que registra la mayor diferencia entre ambas, 24 puntos. La base de los distintos niveles de voto tiene que ver con que, en el fondo, la disputa es entre Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde, registrando este último un bajo nivel de aceptación: sólo un 27 por ciento opina bien de él, mientras que registra mala opinión el 69 por ciento. La diferencia entre los dos porcentajes es de -41.4, mientras que Kirchner tiene +52. El record de diferencia entre opiniones positivas y negativas obviamente lo tiene Carlos Menem, con un lapidario -74.
Para el duhaldismo, la mirada puede ser doble: con el 17 por ciento de los votos conseguiría una banca en el Senado y varios diputados, algo que no hubiera obtenido en la mesa de negociación con Kirchner. Por el otro lado, el proceso electoral amenaza con poner en blanco sobre negro la pérdida de poder del duhaldismo a manos de Kirchner-Solá.
Un dato a tener en cuenta es que hay un 25 por ciento del electorado bonaerense que está entre enojado e indeciso. Cerca del 15 por ciento dice que votará en blanco, impugnará la boleta o directamente no irá a votar, mientras que hay un diez por ciento de indecisos. Este porcentaje que los politólogos denominan voto negativo o voto protesta creció en el último mes, tal vez enojados por la violencia de la disputa Kirchner-Duhalde. Sin embargo, son voluntades que no se han ido a la oposición. Del Franco cree que en una próxima medición es posible que algunos de esos votantes se inclinen por opciones no peronistas, lo que de todas maneras no cambiarásignificativamente el cuadro de situación y la ventaja de Cristina sobre Chiche.