Mié 27.07.2005

EL PAíS  › DIALOGO CON C. VAROTTO, TITULAR DE LA CONAE

Satélites y otras yerbas

La Comisión Nacional de Actividades Espaciales implementa el Plan Espacial Argentino, que contempla nuevos satélites y el uso de los datos por dos millones de chicos.

› Por Leonardo Moledo

La mayoría de la gente no sabe que la Argentina tiene un Plan Espacial Nacional, porque cuando se habla de espacio, investigación del espacio, el imaginario inmediatamente se direcciona hacia viajes a la Luna o a poner una persona en Marte, y es sabido que son cosas muy fuera de nuestro alcance. Pero hay un Plan Espacial, y la actividad espacial está considerada política de Estado por el propio Poder Ejecutivo. Una política que implementa la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), fundada en 1991 y que ahora dirige el doctor Conrado Varotto.
–Bueno, supongo que leyó esto que escribí.
–Sí. El Plan Espacial argentino tiene como materia de estudio la Tierra, y no Marte, ni la Luna, ni las estrellas.
–Pero la gente no sabe siquiera que hay un Plan Espacial.
–Pero lo hay.
–Ni en qué consiste.
–Para eso está usted aquí, ¿no?
–Bueno, entonces cuénteme de los satélites argentinos.
–Sí, pero digamos ante todo que el Plan Espacial, en su versión 2004-2015, es una política de Estado porque la Argentina es un país espacial; esto es, que requiere de información de origen espacial para su desarrollo, información sobre todo de su territorio y tomada desde el espacio, información que resulta imprescindible para distintas actividades socioeconómicas.
–¿Por ejemplo?
–Las observaciones satelitales son importantes en agricultura, pesca, prevención en salud, emergencias por inundaciones o incendios. En emergencias, por ejemplo, estamos diseñando sistemas de alerta temprano que unan información satelital con información obtenida en tierra. En el rubro salud, ya hay datos de lo que llamamos epidemiología panorámica: detectar las condiciones bajo las cuales pueden crecer drásticamente ciertas enfermedades endémicas, o convertirse en endémicas enfermedades que no lo son. La malaria, por ejemplo, o el dengue.
–Y en eso, los satélites...
–Espere, espere. Tenemos condicionantes. Primero: lo que hacemos tiene que tener nivel internacional, la información tiene que ser de calidad mundial. Segundo: trabajamos como arquitecto espacial, priorizamos el manejo del conocimiento –del diseño– por sobre la ejecución, que queda a cargo de los otros integrantes del sistema o de las empresas con las que se trabaje. Tercero: todo el accionar de lo que haga la Conae se hace con socios también de primer orden mundial (la NASA, la Agencia Espacial Europea, etcétera). Lo que nosotros hagamos tiene que ser tan bueno como lo que hacen ellos. Naturalmente, allí donde la NASA hace mil, nosotros hacemos uno, pero ese uno tiene que ser tan bueno como lo que hace la NASA.
–¿Y lo es?
–Sí.
–Bueno, pero supongo que, además de información, hay satélites.
–Claro, para conseguir esa información uno tiene que tener algo arriba. Nosotros aprovechamos los satélites de terceros, pero hay ciertos vacíos y hay que crear satélites propios. Pero, además, la información que llega desde arriba tiene que ser recibida y hace falta un sistema terrestre, y la información luego debe procesarse para que a la gente le sirva.
–Cuénteme de los satélites.
–Ya se pusieron tres satélites en órbita, el Sac-B (1996, primer satélite argentino con fines científicos), el Sac-A (1998, primero que llevó una cámara consigo) y el Sac-C (2000, actualmente en órbita), los tres dediseño argentino. El último ya tuvo hasta sus componentes internos –lo que el satélite lleva dentro– fabricados aquí. Y las misiones que se vienen, Saocom y Sac-D, también serán de industria argentina.
–¿Esos son los próximos satélites argentinos?
–Sí. En estos momentos ambos están en desarrollo. En el Sac-D Acuarius, el principal socio es la NASA. Fíjese que el Sac-D es una de las misiones de observación de la Tierra más importantes que estén desarrollando, no sólo para la Argentina, también para la NASA. El satélite es argentino. Y de los instrumentos que lleva a bordo, el principal, que es el Acuarius y que tiene como objetivo primario medir la salinidad del mar y la humedad del suelo, es norteamericano. Pero el resto de los instrumentos y dos cámaras son argentinas. Se lanzará en el 2008, y es un satélite importante en su rubro, de aproximadamente 1600 kilos de peso.
–¿Y el Saocom?
–Es parte de un sistema de seis satélites: cuatro italianos y dos argentinos. El primero de los satélites italianos se lanzará a fines del 2006, o a principios del 2007. Mire, el 7 de julio pasado firmamos en Italia el acuerdo para que la misión fuera un único sistema. Y la estación satelital de Córdoba será una de las que siguen la misión.
–Eso en cuanto a satélites.
–Bueno, pero además está prevista la creación de dos estaciones satelitales más, posiblemente en Tierra del Fuego y en la Antártida. Y también el lanzamiento de un satélite óptico más y una segunda serie de satélites Saocom. Para el 2015 deberían estar todos en órbita.
–Dígame, ¿a qué altura orbitan estos satélites?
–Entre 600 y 700 kilómetros, y dan la vuelta a la Tierra en casi 110 minutos. Y esperamos que se queden ahí arriba por mucho tiempo. Aquí se hace un cálculo de amortización: si un satélite se mantiene en órbita enviando información entre cuatro y cinco años, la inversión de la Argentina ya está recuperada. Pero esperamos que duren mucho más.
–¿Y qué más?
–Bueno, escuche esto: el Plan Espacial Nacional está dirigido por un pedido encarecido del gobierno para que al séptimo año del Plan haya dos millones de chicos, de 8 a 16 años, utilizando información espacial vinculada al lugar donde viven y a las actividades socioeconómicas de su región.
–¿Dos millones?
–Sí. Dos por 106. La idea es que no sólo los que viven en la gran urbe tengan acceso a la información espacial sino que cada persona pueda aprovecharla desde su actividad. Buscamos que el chico comience jugando con esos datos y que luego pueda adaptar la información que se consigue satelitalmente a sus actividades cotidianas. Se espera no sólo que el chico reciba la información, que tenga acceso: pretendemos que pueda utilizarla en lo que hace a diario.
–Es bastante.
–Pero no es lo único.
–Igual es bastante.
–Es mucho, diría yo.
–¿Y cómo son las relaciones espaciales con Latinoamérica?
–En el Plan Espacial se plantea muy claramente la idea de incluir a la Argentina en una agencia espacial regional. Ya hay preacuerdos con algunos países de la región; sólo queda poner la firma.
–¿Cuáles?
–No, prefiero no decirlo.
–Déle...
–Todavía no hay nada firmado. Es una cuestión de delicadeza.

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