EL PAíS
› ASIGNACIONES FAMILIARES
Aumento en estudio
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, no descarta concederlo antes de que se realicen las elecciones. El incremento sería de hasta 20 pesos por hijo, según corresponda a cada categoría.
› Por Diego Schurman
De eso no se habla. Y no es el título de la recordada película de María Luisa Bemberg. Se trata de una orden de Néstor Kirchner para que no se divulguen los aumentos que tiene en carpeta el Gobierno y que se vienen postergando a causa de la inflación. La programada mejora para los jubilados, que tomó estado público la última semana, es un ejemplo. Pero no el único: sigilosamente, la Casa Rosada también viene evaluando un incremento en las asignaciones familiares.
Se trata de un beneficio –una suma fija– que alcanza a 1.700.000 asalariados del sector público y privado. Y que desde hace tiempo forma parte de las conversaciones, por ahora informales, entre el Ministerio de Trabajo y la CGT.
Kirchner es cauto. Prefiere que los anteproyectos que circulan por estas horas en los pasillos del poder no salgan a la luz. Básicamente para no transformar una excelente noticia en mala. Es que las buenas intenciones no tendrán en el corto plazo otro destino que una desmentida, como ocurrió con el aumento a jubilados.
La inflación promete superar el uno por ciento en julio y las mejoras que en el ala política imaginan como una acertada estrategia para posicionar a los candidatos oficiales podría transformarse en un gran problema si, como sostienen cerca de Roberto Lavagna, no se logra contener el alza del costo de vida.
El jefe del Palacio de Hacienda quiere enfriar la economía. Y eso, dice, no es compatible con los aumentos. Ni siquiera con el de las asignaciones familiares, pese a que se trata de fondos provenientes de las arcas públicas y no impacta en los costos de las empresas.
De todos modos, Carlos Tomada viene ideando una mejora y no descarta que antes de las elecciones pueda anunciarse. Así, una de las alternativas que se baraja es llevar las asignaciones familiares por hijo, que hoy son –según la banda salarial– de 60, 45 y 30 pesos, a 80, 60 y 40 pesos, respectivamente.
Aún no se sabe si el incremento que estudia el ministro de Trabajo podría abarcar a otras asignaciones, como las de matrimonio, actualmente en 300 pesos, o de nacimiento, de 200 pesos, que se pagan por única vez. O la asignación por escolaridad, de 130 pesos anuales.
La asignación familiar es una suma mensual que reciben los trabajadores con remuneraciones brutas de entre 100 y 2025 pesos. Apunta, por lo tanto, a una mejor distribución del ingreso.
Tratándose de una conquista social del peronismo, algunos funcionarios de la Casa Rosada imaginaban anunciar esta semana la mejora, en coincidencia con la conmemoración del aniversario de la muerte de Eva Perón. Pero fuentes consultadas por este diario lo descartaron de plano.
“El tema se estuvo analizando. Pero si el aumento de jubilaciones quedó congelado es probable que con el aumento de las asignaciones suceda lo mismo, al menos por un tiempo”, dijeron a Página/12 desde el Ministerio de Trabajo.
Las asignaciones familiares no se aumentaban desde 1996. Fue Kirchner el que produjo la primera modificación, en noviembre pasado, a través de un decreto. Entonces, como ahora, Lavagna presentó resistencia. Y por eso el anuncio quedó en manos del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y de Tomada.
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