EL PAíS
› EN LAFERRERE, KIRCHNER
VOLVIO A CARGAR CONTRA EL DUHALDISMO
“Los que se ponen piel de cordero”
En un acto en esa localidad de La Matanza, junto a CFK, Pampuro y Balestrini, el Presidente le apuntó a Eduardo Camaño y no se privó de criticar al FMI y a algunos medios de comunicación.
“Ojo con aquellos lobos que se ponen la piel de cordero”, fue la frase que eligió ayer el presidente Néstor Kirchner para devolverle la cortesía al titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, que había dicho anteayer que, tras las elecciones, no tendrá más apoyo del duhaldismo en el Congreso. En un acto en La Matanza en el que anunció la entrega de subsidios y la realización de obras públicas por 814 millones de pesos, también tuvo críticas para el FMI y para los medios.
El blanco de los dardos de Kirch-
ner fue más directo que otras veces: “El actual presidente de la Cámara de Diputados dijo que ‘puede ser que ahora tenga 129 manos el Presidente para que lo ayudemos pero seguramente después de octubre puede tener 80’”, contó. Luego vino la frase del lobo disfrazado y remató con sorna: “Esos son los que dicen que van a apoyar al Presidente, desde otro lado”. Camaño no tardó en responderle (ver aparte).
Kirchner llegó ayer al mediodía al Aeroclub Argentino de Gregorio de Laferrere, donde lo recibió el intendente local, Alberto Balestrini, que encabeza la lista de diputados del Frente para la Victoria. También estuvieron los dos candidatos a senadores: la primera dama Cristina Fernández de Kirchner y el ministro de Defensa, José Pampuro. Acompañaron además al Presidente el ministro del Interior, Aníbal Fernández; el de Planificación, Julio De Vido, y el gobernador Felipe Solá.
Frente a piqueteros de la Federación de Tierra y Vivienda (FTV), que dirige Luis D’Elía, y trabajadores de la construcción, Balestrini aseguró que “si perdemos, lo hacemos con nuestro amigos, lo prefiero antes que ganar con los insensibles que no se pueden presentar en sociedad”. Solá, por su parte, disparó contra el candidato de Paufe y posible aliado de Chiche Duhalde, Luis Patti: “Ese dice que es peronista, pero está complicado en el asesinato de peronistas, que no es lo mismo”.
Kirchner volvió a poner distancia con el duhaldismo con su política de derechos humanos. Sostuvo que “el respaldo a los derechos humanos de hoy, de ayer y de mañana es irrestricto en la Argentina como bandera de convivencia”, en contraposición con el pedido de Chiche Duhalde de que dejase “el pasado para los historiadores”. Esta vez, el Presidente amplió el concepto: “Derechos humanos en toda su integridad, que van desde el derecho al trabajo hasta el derecho a la vida”.
Luego le apuntó al FMI: “Desendeudémonos, adiós al Fondo y arriba la Patria”, sentenció. “Tenemos que salir de las cadenas del FMI para tener políticas propias, para que no nos impongan ninguna receta más”, remarcó. Consideró que la línea económica pasará por la creación del trabajo “como articulador social en la Argentina”. Adelantó que en agosto el Gobierno anunciará una baja del nivel del desempleo y confesó: “Sueño decirles a los argentinos, cuando esté terminando mi mandato, que estamos a menos de un dígito de desocupación”.
“No cambio de discurso, tengo un solo compromiso, que es con el pueblo argentino”, fustigó contra los medios que analizaron sus palabras del jueves, centradas en su gestión y con menor énfasis en las críticas a Duhalde, como un cambio de discurso. Y los desafió: “Sigan mintiendo sobre mí, que digan cualquier cosa, que me insulten. Soy cristiano, pongo la otra mejilla”, dijo y arrancó un aplauso a los militantes que flameaban banderas y coreaban: “Olé, olé, Kirchner, Kirch-
ner”. “Terminemos con esas definiciones: que duro, que blando. Yo soy como soy”, planteó, mientras se abría el saco, como para mostrar que no ocultaba nada.
En el hangar donde se hizo el acto, aparecieron una suerte de porristas de remera verde que se autodenominaban “Los ángeles de Cristina”, bailaban al ritmo de “Color esperanza” y vitoreaban cada mención a la primera dama. Kirchner habló de ella dos veces: la primera cuando insistió con que le ponen trabas. “Tengo una compañera de oro que todos los días me dice: ‘Adelante compañero, adelante Néstor, fuerza, coraje’, porque Cristina va siempre adelante como corresponde”, elogió a su mujer, que sonreía. La segunda vez fue luego de pedir el apoyo en las elecciones (y, de paso, atacar al ex presidente Carlos Menem): “No le voy a decir al pueblo de La Matanza, como le dijo alguno que ya está escondido lejos de acá, que me sigan. Yo les pido que me ayuden”. Entonces, repitió la frase que dijo su esposa al lanzar su candidatura en La Plata: “Como dice Cristina, seamos fanáticamente argentinos”. Ella, que se sabe el caballito de batalla de la campaña, no habló, pero fue el centro de las miradas.
Informe: Werner Pertot
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