Son nueve semanas, desde el 24 de agosto hasta el 23 de octubre. En la primera fecha, el miércoles próximo, Néstor Kirchner y su esposa lanzarán la campaña a nivel nacional con un acto en Rosario. En la otra fecha, simplemente, se realizarán las elecciones. En ese período, el Presidente encabezará unos nueve actos en la ciudad de Buenos Aires: el promedio será de uno por semana. Así lo resolvieron los estrategas de la candidatura de Rafael Bielsa, hace siete días. Fue la primera reunión a la que asistieron el propio Bielsa y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. La planificación electoral incluye un acto masivo en una cancha de fútbol. Lo más probable es que se haga uno de los primeros sábados de septiembre.
Tras una serie de desinteligencias, algunas de cartel, en el Gobierno asumió que la pelea porteña es la más difícil de todas. En una de las últimas reuniones de campaña, los kirchneristas comprobaron que Bielsa sigue en carrera con una leve desventaja en las encuestas. Mauricio Macri se recobró del affaire Delgado (la acusación del delantero de Boca sobre las vinculaciones del presidente del club con las transferencias de jugadores). Y Elisa Carrió se mantiene entre los tres primeros lugares. En otros sondeos del oficialismo detectaron además que la disputa entre Cristina Kirchner y Chiche Duhalde impacta de manera negativa sobre el electorado porteño. La señal de alarma la dieron algunos encuestadores que son periódicamente consultados desde la Rosada.
El escenario aparece como imprevisible por la escasa diferencia entre los tres primeros. Sin embargo, el Presidente hasta ahora no se sumó a la pelea porteña. A diferencia de sus visitas a la provincia, en especial al conurbano, en los últimos meses Kirchner participó en apenas dos actos en la Capital. Uno de ellos fue en el microestadio de River Plate, por el Día Internacional de la Juventud. Y estuvo en la presentación de la lista de legisladores porteños del Frente para la Victoria, que se hizo en Parque Norte. Sentado en primera fila, aplaudió con entusiasmo a la economista Mercedes Marcó del Pont.
A partir de la semana próxima el oficialismo redoblará el esfuerzo. Tras el lanzamiento de Rosario, la idea es que el Presidente encabece un acto por semana en el distrito porteño. En algunos casos acompañará a Bielsa. En otros no. El objetivo es que la figura de Kirchner comience a arrastrar votos a la candidatura del canciller. En el oficialismo confían en que para mediados de octubre Bielsa pueda superar a sus adversarios. Apelarán a la estrategia que popularizó Karl Rove, asesor de George Bush, de la “campaña permanente”. Esa estrategia consiste en generar hechos políticos desde la gestión oficial que apuntalen simbólicamente al candidato del Gobierno. El ministro de Economía, Roberto Lavagna, y el vicecanciller Jorge Taiana aportarán lo suyo en ese sentido.
“Tenemos que volver a enamorar a los sectores medios porteños.” En materia electoral, la tarea que tienen por delante el economista y el diplomático responde a esa consigna. La frase se escucha mucho en la Rosada. En unas semanas se verá cómo se traduce en la política concreta. Habrá que estar atento a la visita del Premio Nobel Joseph Stiglitz y el repudio al Consenso de Washington, por un lado, y a la Ley de Defensa de la Competencia que permite medidas ejemplificadoras. Hace un mes, el Gobierno dispuso sanciones contra las cementeras por incurrir en prácticas oligopólicas. ¿Habrá otro capítulo?