EL PAíS
› REPORTAJE AL MINISTRO DE EDUCACION, DANIEL FILMUS
“2006 será el año de mayor inversión en educación”
El 11 de septiembre, el Gobierno planea presentar el proyecto de financiamiento educativo que llevaría la inversión hasta el 6 por ciento del PBI en 2010. El ministro habla de la relación entre educación y redistribución, la gratuidad universitaria y su participación en PJ porteño.
› Por Nora Veiras
El 11 de septiembre, Día del Maestro, el Gobierno pretende presentar en sociedad el proyecto de financiamiento educativo para incrementar la inversión hasta llevarla al 6 por ciento del Producto Bruto Interno en el 2010. El ministro de Educación, Daniel Filmus, considera que una vez logrado ese compromiso entre la Nación y las provincias, se superarán las urgencias y se podrá avanzar en las cuestiones pedagógicas. Insiste en que la posibilidad de garantizar una educación de calidad es la única política realmente redistributiva para compensar desigualdades sociales. Defiende a capa y espada la gratuidad de la universidad, pero advierte sobre la necesidad de programar el desarrollo de algunas carreras mediante políticas de becas y otros incentivos. Dice que en el país faltan siete mil especialistas en informática (ver recuadro).
–En diciembre me dijo que estaban elaborando el proyecto de ley de financiamiento educativo, nunca creí que fuera un embarazo: lleva casi nueve meses y el proyecto todavía no llegó al Congreso. ¿Por qué?
–Es difícil, porque tiene características particulares que comprometen no sólo a la Nación sino también a las provincias a aumentar sustantivamente al presupuesto educativo y promete llevarlo al 6 por ciento del PBI para educación, ciencia y tecnología. Promete garantizar año por año cuánto van a aumentar la Nación y las provincias y a qué se va a dedicar. Al mismo tiempo, al ser una ley nacional tiene que tener un estudio técnico muy específico para tener garantizado su cumplimiento y que no repitamos lo que sucedió en el ’93, cuando la Ley Federal de Educación se comprometió a un incremento de la inversión pero no fijó ningún mecanismo para su cumplimiento, y lo que ocurrió es que Argentina nunca llegó al 6 por ciento prometido. El promedio de los países europeos están en el 5; 5,5; España en el 4,4 por ciento, ningún país de América latina supera el 4 por ciento. La Argentina va a hacer un esfuerzo de una envergadura sin antecedentes que es el sustento de un cambio de modelo de país. Argentina creció en los últimos años sustantivamente, pero estamos en el nivel del ’98, que es el nivel del ’74; claramente hay un techo de un modelo que si no pasa hacia una sociedad del conocimiento, basada en la capacidad de la gente para transformar a partir de su trabajo, no hay ninguna capacidad de seguir creciendo. 2006 va a ser el año de mayor inversión en educación: no sólo va a crecer la participación en el PBI, sino que el PBI va a seguir creciendo. No sólo la participación crece sino que la torta es cada vez más grande.
–¿De dónde van a salir los recursos: del presupuesto general, de impuestos específicos?
–Van a salir de los recursos generales de la Nación y de los recursos coparticipables para las provincias. Actualmente, de todo el presupuesto nacional para educación, el 78 por ciento lo aportan las provincias y el 22 la Nación. Del aumento, a lo largo de los cinco años, la Nación va a poner un piso del 40 por ciento y las provincias un 60. Es decir que va a haber una decisión muy fuerte a favor de la inversión nacional que permita compensar las desigualdades regionales, sin la cual no tendríamos recursos para asistir fundamentalmente al noroeste y noreste, donde por más que las provincias aumenten sus recursos nunca van a estar en las mismas condiciones que las grandes provincias o las que reciben regalías petroleras para mejorar el salario docente, las condiciones laborales y a su vez las condiciones educativas de los chicos. Es decir que el tiempo que estamos empleando para elaborarla no es muy largo por las características de esta ley, por la cantidad de actores que participan: nos hemos reunido con los sindicatos, con los empresarios, con los gobernadores, con el Consejo Federal de Educación, con los rectores, ha habido aportes de todos.
–La semana pasada, el Presidente dijo en San Juan que va a firmar un Pacto de Financiamiento Educativo con los gobernadores, ¿va a ser entonces un pacto y no una ley?
–Nuestra idea es tratar de firmar cuanto antes un pacto con los gobernadores. Estamos tomando decisiones técnicas sobre la capacidad de una ley nacional para incidir en decisiones de las provincias en un país federal. El Presidente ha planteado que la ley estaría acompañada por el apoyo del conjunto de los gobernadores.
–¿Cree que puede sancionarse la ley antes de las elecciones de octubre?
–Los tiempos son tiempos del Congreso. Seguro lo que el Presidente se comprometió es a presentar el proyecto en los próximos treinta días.
–¿El ministro de Economía, Roberto Lavagna, acompaña?
–No sólo acompaña, sino que lo ha defendido. Se ha preocupado por las cuestiones técnicas para que sea ejecutiva. Cuando hablamos de cambio de modelo, parte tiene que ver con la educación básica, parte con la educación media y técnica y muy específicamente con la capacidad de creación, innovación y desarrollo científico-tecnológico. Cuando uno ve el ranking de los países que tuvieron mayor calidad educativa, uno ve que siete de esos diez no tenían tradición educativa en los años ’60. En todas las tasas estaban en un nivel inferior que la Argentina, es el caso de Canadá, Irlanda, Finlandia, Corea, Nueva Zelanda, Australia, son países que han hecho un cambio de modelo y hoy no sólo tienen mejor calidad que Estados Unidos o Alemania o Francia, sino que son los más igualitarios. La estrategia de la educación para el crecimiento de un país plantea la posibilidad de que es un bien que incide al mismo tiempo en los dos aspectos: individual a través de la movilidad social ascendente y en el desarrollo económico-social, porque permite también mayor productividad. En ese sentido la participación de Economía es fundamental, no sólo por los recursos, sino también por los beneficios, es una apuesta a un modelo de desarrollo económico.
–En la Argentina, durante muchos años hubo un alto crecimiento con una profundización de la brecha social, lo cual repercutió en el sistema educativo. ¿Cómo se compensaría esa diferencia?
–La posibilidad de ser exitosos implica que vayan de la mano el proyecto educativo y el proyecto económico-social. Si la sociedad aumentara la desocupación, por más que nosotros tengamos políticas pertinentes en lo educativo no serviría de nada, tendríamos desocupados más ilustrados pero al mismo tiempo para qué estudiar si no van a tener trabajo. El engaño de la perspectiva neoliberal está sustentado en que nosotros desde el Estado podamos hacer sólo políticas sociales o educativas, mientras que las tendencias económicas las manejan el mercado o los economistas, entonces ¿qué políticas sociales o educativas más eficientes y mejores pueden compensar un modelo que en su estructura es polarizador, marginador y desigualador? Esto es lo que pasó en la Argentina, las posibilidades de éxito tienen que ver con una política macroeconómica que también conlleve a que el trabajo sea el principal generador de la riqueza, que vamos a estar de la mano de una competitividad genuina y no espuria como la de los ’90, entendida como la del deterioro de las condiciones de trabajo, de los recursos naturales o la especulación financiera. Una competitividad genuina está vinculada específicamente a la capacidad de trabajo de la gente, a la capacidad de innovar, de crear ciencia y tecnología. Finlandia era un país maderero y ahora es que el que más invirtió en ciencia y tecnología.
–En qué tiempo prevén que va a repercutir el incremento de la inversión en una mejor calidad educativa...
–No es en qué tiempo va a ser, sino en qué tiempo está siendo. Cuando asumimos había siete provincias que no cobraban los salarios, cuando cobraban lo hacían sin antigüedad, en bonos que después vendían a un valor menor. De aquel momento a ahora ha habido una situación de mejora que si nosotros garantizamos como política de Estado, independientemente del gobierno de turno, Argentina va a ir saliendo. Otra cosa es que garanticemos el mejoramiento de la calidad y la igualación de las condiciones. Mientras que las medidas para incrementar los recursos son de índole económica y leyes que tienen que ver con el financiamiento, las otras medidas son específicamente educativas. Sin embargo, si uno lo toma como secuencia, en estos dos años hemos atendido cuestiones básicas que tienen que ver con la emergencia y medidas que hacen a parámetros nacionales como los Núcleos de Aprendizaje Prioritario, el nuevo sistema para escuelas medias, la campaña nacional de alfabetización, libros en todas las escuelas, ningún docente gana menos de 700 pesos, volvimos a la jubilación móvil, la ley de educación técnica que va a salir, empieza a reconstruirse un sistema educativo nacional.
–¿Los mil y pico de millones de pesos del Fondo de Incentivo Salarial Docente son absorbidos por la Ley de Financiamiento o no?
–Quedan aparte, esa parte del presupuesto queda garantizada.
–Los salarios seguirán en manos de las provincias.
–Sí, pero va a haber una fuerte participación de la Nación en la compensación de las desigualdades salariales.
–Con respecto a la calidad ¿qué pasa con los resultados de la evaluación educativa que se hizo el año pasado?
–Los resultados están a punto de darse a conocer. Fueron la base de la elaboración de los materiales de apoyo a los Núcleos de Aprendizaje Prioritario que llegaron a los docentes.
–A principios de año se había inaugurado sólo una de las 700 escuelas anunciadas, ¿ahora cuántas se construyeron?
–No sé exactamente. Estamos inaugurando todos los días. Si te fijás en los diarios salen todos los días licitaciones.
–Sí, llamados a licitación, pero va medio lento de acuerdo con lo que habían prometido.
–El objetivo central es construir 700 escuelas en cuatro años. Debemos tener unas quinientas y pico licitadas y 150 en proceso de elegibilidad.
–Es decir que tienen nada más que 50 construidas.
–De las quinientas licitadas, muchas terminadas. Sólo la licitación son seis meses...
–A 700 no llegan en el 2007.
–Llegamos segurísimo. Hoy estábamos analizando con la gente de Obras Públicas que vamos a pasar las 700 escuelas con financiamiento del BID. Además tenemos las 1500 escuelas más pobres del país –que atienden a un millón de chicos– que estamos arreglando íntegramente. En todos estos programas hay una parte de infraestructura muy fuerte. En universidades, hay 80 millones que se están construyendo...
–Para la universidad ustedes dieron un aumento y la respuesta de los docentes fue una huelga. ¿Cómo lo evalúan?
–Hicimos un esfuerzo muy grande: este aumento, que es el segundo del año, está cercano al 22 por ciento promedio, porque hay muchas categorías distintas. Es verdad lo que dicen los sindicatos que se parte de una base muy baja, pero no hay ningún parangón en la historia de un aumento del presupuesto universitario semejante. Hemos pagado las deudas del ’98 en adelante y estamos erogando el 100 por ciento de lo presupuestado. Si uno mira la foto ve dificultad pero si mira la película ve la mejora. No nos volvemos locos ni nos parece improcedente la demanda salarial, es real que las condiciones son difíciles. Lo que decimos es que hay un esfuerzo muy grande del Estado. Lo mismo en el sistema científico-tecnológico: los becarios están en 1300 pesos, cuando asumimos estaban en 700. Es verdad que un becario con un doctorado que está investigando ganaría más, pero están en el doble. Mientras pasa esto, estamos discutiendo una ley que va a significar un incremento sustantivo y real a lo largo de cinco años.