EL PAíS
› LA INTERNA JUSTICIALISTA TAMBIEN LLEGO AL SENADO
Scioli se convirtió en el blanco
› Por Eduardo Tagliaferro
Las declaraciones en las que Daniel Scioli sostuvo que “la campaña tiene que dejar de ser una catarata de insultos para convertirse en una catarata de ideas” no estaban destinadas a pasar inadvertidas. Fue el jefe del bloque justicialista en el Senado, el rionegrino Miguel Angel Pichetto, quien, en diálogo con este diario, tomó el guante lanzado por Scioli en una entrevista periodística. “No me parece bien que de manera pública, por los diarios, el vicepresidente salga a enmendar la plana del presidente Néstor Kirchner”, confió Pichetto.
Incondicional del kirchnerismo en el Congreso, el senador rionegrino refutó los dichos de Scioli y fue un paso más allá. “Las declaraciones no son muy razonadas. Carecen de cierta prudencia política”, confió Pichetto a Página/12, sin dejar pasar lo que en el oficialismo fue tomado como un gesto que lleva toda la impronta de Eduardo Duhalde.
“La línea de campaña la define el Presidente”, repite Pichetto, marcando las diferencias claras que los hombres del kirchnerismo mantienen con el vicepresidente. Algo que, entrelíneas, es fácil observar en cada una de las pocas sesiones legislativas que este año tuvo la Cámara alta.
Cuando no es por la interpretación del reglamento, es por el manejo político de la sesión, lo cierto es que los kirchneristas no se preocupan en disimular el fastidio que Scioli les produce. Sin embargo, consultados por este diario, allegados a Pichetto destacan la “buena relación personal y política” que el rionegrino mantiene con el vice. Claro que también subrayan que “en este punto (la evaluación de la campaña) no está de acuerdo”.
En los principales despachos que el oficialismo tiene en el Senado suele repetirse que “Kirchner es el jefe de la campaña, él es quien la conduce, quien define los objetivos, el estilo, el contenido del mensaje y también los adversarios a enfrentar”. No podría ser de otra manera, explican, ya que a esta altura de la campaña está claro que Kirchner será el principal beneficiario y también el principal perjudicado por el resultado de las elecciones de octubre. Las primeras que enfrentará desde que llegó a la Rosada. Los kirchneristas también subrayan que en octubre “no se trata de tener un diputado más o un diputado menos, sino de revalidar una gestión. Darle la legitimidad que el retiro de Carlos Menem de la segunda vuelta no le dio a la elección que llevó Kirchner a la Casa de Gobierno”.
“Lo de Scioli no es neutro”, también se repite en las filas del kirchnerismo. Anteayer, en La Nación, además de reclamarle a Kirchner cambiar el estilo de campaña, el vicepresidente afirmó que “Duhalde hizo un trabajo importante, descomprimió una etapa dramática y permitió que la Argentina entrara en aguas más tranquilas. Además, produjo el gran viraje en el país, dio estabilidad institucional y económica y planes sociales que ayudaron a los más necesitados. Ahora hay que dar trabajo. Duhalde cumplió su misión e hizo mucho para que el próximo presidente fuera un peronista, como Kirchner”.
En el oficialismo destacan que Scioli tiene un estilo en el que “privilegia la imagen y que en este punto su discurso coincide con las políticamente correctas propuestas de las ONG”. También pareció extraño que, unos días atrás, cuando el Círculo de Periodistas Parlamentarios, en una serie de entrevistas públicas que viene llevando adelante, le preguntó a Scioli por los mismos temas que ayer irritaron al oficialismo, el vicepresidente optó por no definirse. Qué pasó en tan pocos días para que el vicepresidente cambiara su postura y saliera a criticar a Kirchner es lo que ayer trataban de entender los kirchneristas en el Congreso.