La causa que lleva la Justicia uruguaya por la desaparición de la nuera del poeta argentino Juan Gelman quedó ayer suspendida tras el pedido de apelación que realizó el fiscal Enrique Moller al fallo del juez Gustavo Mirabal. Moller había solicitado que se clausurara el caso bajo el argumento de “cosa ya juzgada”. Sin embargo, el magistrado rechazó la medida la semana pasada, ratificando la posición del Ejecutivo frente al tema. El avance de las investigaciones dependerá ahora de la decisión del Tribunal de Apelaciones y podría demorarse unos cuatro meses. Mientras tanto, ayer se retomaron las excavaciones en el Batallón 14 para hallar los restos de la joven. El abogado de Gelman, José Luis González, respondió a las especulaciones generadas porque la búsqueda que comenzó hace dos semanas aún no arrojó resultados. Según el letrado, “los trabajos se están realizando con mucha cautela, dentro de los plazos normales”.
La presentación fue realizada por Moller luego de que el magistrado rechazara su pedido para que se cerrara el expediente. El argumento del fiscal es que la causa se trata de “cosa juzgada” y que las investigaciones quedaron cerradas luego de que el ex presidente Jorge Batlle comprendiera que entraba bajo el paraguas de la Ley de Caducidad. Sin embargo, Mirabal convalidó en su fallo el criterio aplicado por el gobierno de Tabaré Vázquez, que consideró que el caso no estaba comprendido en el marco de esa norma. En los próximos días el juez preveía avanzar así con la citación de nuevos testigos. Pero la causa ahora deberá esperar a ser revisada por el Tribunal de Apelaciones, que podría demorarse hasta diciembre. Según explicó González, en caso de que el tribunal ratifique el fallo de Mirabal, habría una instancia de apelación ante la Corte Suprema, con lo que la causa podría quedar paralizada hasta mediados del año que viene.
El expediente investiga la desaparición de María Claudia Irureta Goyena, detenida en Buenos Aires en 1976 junto a su marido, Marcelo Ariel Gelman. Marcelo fue asesinado y su cuerpo fue encontrado en las costas de Buenos Aires, mientras que María Claudia fue trasladada a Montevideo en el marco del Plan Cóndor.