EL PAíS
“Un dólar de 2,20 a 2,40 pesos es una condicionalidad inaceptable”
Así respondió Roberto Lavagna a presiones de sectores financieros, con el FMI como vocero, para dejar caer la paridad cambiaria. El auditorio empresario, que celebraba el Día de la Exportación, recibió con agrado esa definición. El ministro pronosticó ventas externas por 60 mil millones de dólares para 2010.
Roberto Lavagna siguió ayer haciendo una defensa contundente del actual tipo de cambio. “La idea de un dólar de 2,20; 2,30 o 2,40 pesos no corresponde a este modelo macroeconómico y es una condicionalidad inaceptable”, enfatizó. El ministro eligió bien el auditorio para que lo escuchen: la platea estaba compuesta por empresarios que habían concurrido a un hotel céntrico para festejar el Día de la Exportación. En ese contexto hizo un pronóstico que los colmó de optimismo: las ventas al exterior crecerán nada menos que 70 por ciento en los próximos cinco años. “Llegaremos al año del bicentenario (2010) con exportaciones por no menos de 60 mil millones de dólares”, dijo el titular de Hacienda.
Ayer, el dólar cerró sin cambios a 2,92 pesos para la venta en las casas de cambio. Lo notable es que el Banco Central logró sostener la paridad con una intervención mínima: apenas adquirió 3,5 millones de dólares en el mercado. Hay que tener en cuenta que el promedio de compras diarias en el último mes fue de 60 millones.
Lavagna insistió en que la Argentina necesita de un tipo de cambio “que asegure la competitividad de la producción” y genere empleo. En un claro mensaje hacia quienes pregonan que podría bajar en el corto plazo, el ministro aseguró que hay dólar alto para rato: “La evolución del tipo de cambio contemplará el tiempo necesario para recuperar productividad y eslabonamiento de productos que se perdieron durante los años del atraso cambiario”, aseguró.
El énfasis del ministro no sólo está basado en cuestiones de la economía sino que, claramente, la defensa de este tipo de cambio está vinculada con una raíz política. En palabras de Lavagna, “a la capacidad de fijar nuestra propia política económica sin condicionalidades que responden a un modelo macroeconómico diferente”.
La insistencia del titular del Palacio de Hacienda en torno del valor del billete verde le viene dando resultado. En lo que va del mes, el dólar subió cinco centavos –de 2,87 a 2,92 pesos– en medio de las presiones bajistas que dominaban el mercado cambiario. El mensaje del ministro, que la semana pasada fue acompañado por afirmaciones en igual sentido tanto del presidente Kirchner como del titular del Banco Central, Martín Redrado, desalentó a los especuladores. Y hubo una retracción en el volumen operado de bonos en pesos indexados. Esto significó que los inversores, sobre todo extranjeros, vendieron menos dólares para pasarse a títulos de la deuda. El Central aprovechó esta coyuntura para subir la paridad en las últimas jornadas.
A diferencia de oportunidades anteriores, esta vez Lavagna no hizo referencia explícita al Fondo Monetario, que se encuentra a la cabeza de quienes piden una baja en la cotización del dólar. Los organismos hacen ese reclamo para que la Argentina acelere las cancelaciones de la deuda con ellos.
La apuesta del Gobierno, dijo Lavagna, es solidificar el actual modelo, tornándolo cada vez más solvente. En ese sentido, señaló que el objetivo es que, hacia el año 2010, la relación entre la deuda y las exportaciones se reduzca notablemente y sea de dos a uno. En el 2001 era de 5,5 veces a 1 y en la actualidad se encuentra en 3,5 veces a 1. De acuerdo con el cálculo de Lavagna, la actual deuda sumaría 126 mil millones (sin embargo, en el sitio de Economía el pasivo neto asciende a 169,2 mil millones). Si se cumple el pronóstico de exportaciones por 60 mil millones de dólares, significaría que el stock de la deuda debería ubicarse en 120 mil millones.
Por último, el jefe de Economía aseguró que se ha roto la lógica de años anteriores, cuando el crecimiento económico iba acompañado de un rojo en el saldo comercial. Lavagna aseguró que esa ecuación se quebró y que el superávit comercial se extenderá en el mediano plazo.
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