Dom 26.05.2002

EL PAíS  › ACUERDO PARA REDUCIR EL DEFICIT

Capital en el pacto

La Ciudad firmó ayer el pacto fiscal para bajar su déficit un 60 por ciento. Habrá pagos y coparticipación.

El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, firmó ayer el acuerdo bilateral con la Nación para reducir el gasto público. Con la rúbrica del pacto, el distrito se comprometerá a reducir el déficit en un 60 por ciento al término de este año, una de las condiciones que impuso el Fondo para otorgar la asistencia financiera. De esta forma, el Gobierno sumó al acuerdo a uno de los distritos “grandes” y consiguió un poco de aire para llegar más fortalecido a la reunión de mañana en La Pampa. Luego de firmar el pacto, Ibarra se manifestó conforme porque “le permitirá a la ciudad equilibrar sus cuentas, deficitarias por la abrupta caída de la recaudación, producida por la recesión y porque la comuna no recibía ni un peso por coparticipación”.
Ibarra firmó el pacto a la mañana, en un acto formal, en la Casa Rosada ante varios ministros del gabinete: estaban los ministros de Interior y Economía, Jorge Matzkin y Roberto Lavagna, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, la ministra de Educación, Graciela Giannettasio, y el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández. Después del encuentro, Matzkin expresó la satisfacción del Gobierno por la firma del pacto: “Esto nos ayuda a que la Argentina tenga la posibilidad de hacer un acuerdo con los organismos internacionales”, comentó, satisfecho.
Ahora que se sumó la Capital Federal, el Gobierno ya consiguió acordar con ocho distritos del país: Misiones, La Pampa, Córdoba, Chubut, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y la Ciudad de Buenos Aires. Los gobernadores de todas estas provincias se comprometieron a reducir el déficit, tal como lo pide el Fondo, aunque para lograrlo varios de ellos recibirán financiación del Estado nacional a través de bonos Lecop. En el caso de Buenos Aires, por ejemplo, Ibarra le pidió a la Nación que le entregue 100 millones en Lecop de financiamiento y 140 millones más en concepto de las deudas que el Ejecutivo mantenía con la ciudad, que en los últimos años se hizo cargo del mantenimiento de los hospitales.
De acuerdo con la letra del acuerdo, la comuna porteña deberá reducir sus gastos primarios y el déficit primario de 2002 en un 40 por ciento con respecto al año pasado. También se compromete a alcanzar el equilibrio presupuestario en el 2003 sin recurrir a nuevos endeudamientos, y tampoco podrá emitir bonos a partir de la entrada en vigencia del acuerdo. En concreto, esto significa que los bonos “Porteños” no llegarán a ver la luz pública. Satisfecho, el jefe de Gobierno expresó su agrado por la firma del pacto, y luego recordó que la ciudad era el “único distrito” que no había recibido “fondos por coparticipación”. “Estoy conforme porque venimos reclamando a la Nación desde el año pasado por las deudas por coparticipación y por transferencia de servicios”, remarcó.
Después de que Ibarra firmara el acuerdo, Matzkin lo elogió públicamente ante los periodistas: “La Ciudad de Buenos Aires puede cumplir sus compromisos porque es una administración ordenada”, dijo el ministro del Interior, quien luego descartó que la firma del pacto fiscal con las provincias –que obliga a las provincias a hacer ajustes– vaya a producir despidos o pérdida de puestos de trabajo. “Ninguna de las provincias tiene previsto echar a empleados públicos”, subrayó. Hace unos meses, cuando
Anoop Singh aún estaba en el país, trascendió que entre las exigencias del FMI figuraba una serie de despidos en varias provincias.
Además de acordar con la Nación la reducción del gasto público, Ibarra se ocupó de las versiones sobre elecciones anticipadas y de la reunión cumbre de mañana, en La Pampa, donde Eduardo Duhalde se verá las caras con la mayoría de los gobernadores del PJ. Al respecto, Ibarra admitió tener “dudas” sobre la fecha de las comicios presidenciales. Luego aseguró que cuando Duhalde asumió la Presidencia “nadie dudaba de que era un gobierno de transición, pero era necesario cerrar algunas cuestiones como el corralito, la reforma política, la reinserción argentina en el mundo y la contención social”. Sin embargo, según Ibarra, “salvo en esta última cuestión, lo demás son todos temas pendientes”. “Cuando no se resuelven las cosas, empieza a hablarse de la falta de legitimidad en el origen, dela necesidad de elecciones y éste es el problema”, agregó el titular del Frente Grande, quien –en un tono ciertamente crítico– reconoció que la debilidad y los cuestionamientos a la gestión de Duhalde son “una consecuencia de las idas y vueltas y de la falta de resolución de muchos de los problemas”.

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