Dom 26.05.2002

EL PAíS  › EL GOBIERNO TRABAJO EL ACUERDO CON LOS GOBERNADORES PARA SOBREVIVIR

Como para evitar el regreso a Lomas

Matzkin negoció hasta la tarde de ayer con los mandatarios para obtener su apoyo, firmar los pactos bilaterales e inducir a los senadores a tumbar la ley de subversión económica el martes. Los mandatarios del PJ quieren un cronograma de elecciones internas. Solá enojado con Chiche.

› Por Sergio Moreno

El Fondo Monetario Internacional impuso una serie de condiciones para comenzar a negociar un hipotético apoyo financiero a la Argentina, de la cual al Gobierno le quedan por cumplir dos: el acuerdo con los gobernadores para achicar los déficits provinciales y la derogación de la ley de subversión económica. Después de cuatro meses de idas y vueltas, el presidente Eduardo Duhalde internalizó –a los golpes, los definitorios propinados en su última gira por Europa– que debe cerrar sí o sí con el Fondo. Ergo, debe cumplir con los dos requisitos mencionados anteriormente. Si no lo hace, el organismo cierra sus puertas, se esfuma la ilusión del financiamiento externo y el Presidente se queda sin más camino que recorrer que el que lleva de la Casa Rosada a Lomas de Zamora. La semana que pasó estuvo a un tris de andar esa senda, empujado por la oposición de los diputados radicales. Esta semana que comienza se juega a la voluntad de un puñado de gobernadores y de senadores de su partido -sin un proyecto político común, balcanizados, con viejas cuitas pendientes– que camine o no ese tramo que lleva al sur de la Capital. Por si las moscas, los barones provinciales incorporaron a la agenda de la cumbre de mañana, en La Pampa, la confección de un cronograma para llamar a elecciones internas en el PJ.
No menor fue la contribución del propio Presidente a su propia (extrema) endeblez. La semana que pasó constituyó la mejor muestra de su propia faena: recién llegado de Europa, donde dimensionó la dureza con que el primer mundo trata a la Argentina, dijo a cuanto interlocutor tuvo enfrente que si no recibía apoyo para cerrar con el FMI iba a dejar el cargo. La estrategia, un mix entre dar lástima y asustar con la cercanía al abismo, no rindió sus frutos: los radicales dijeron apoyarlo en una reunión en la Rosada y horas después votaron en contra de la iniciativa del Ejecutivo. El peso de sus palabras y el revés parlamentario mellaron aún más el delgado hilo que lo ata a la Presidencia. Por suerte para Duhalde, una rápida maniobra del jefe de bloque peronista, Humberto Roggero, puso a picar la pelota en el Senado, como posibilidad de sobrevida del Gobierno.
Duhalde volvió shockeado de su gira por España e Italia. El mensaje coral de los presidentes de la UE fue claro y unívoco: Argentina debe acordar con el FMI si quiere algo de Europa. La voz disonante a ese coro parecía haberla aportado el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, que otorgó dos créditos blandos por unos 100 millones de dólares y prometió a su par argentino que Italia le realizaría alguna compra importante, sin condicionamiento alguno. La ilusión de Duhalde se esfumó al reunirse con el ministro de Economía de ese país, Giulio Tremonti (tal como le había pedido Berlusconi), para cerrar el trato. “Lo sacó cagando; le dijo que primero arregle con el Fondo”, relató un ministro a Página/12. “Ese episodio dejó al Presi muy impresionado: sabe que o hace lo que le piden o va a durar poco”, confió.
Ayer, Duhalde retomó su letanía. “Es muy pesada la carga de gobernar este país, muy, muy pesada. Las crisis de estas características son muy desgastantes para los que estamos en la función pública y la conciencia plena de que solo no podemos... Solo yo no..., sin apoyo es muy difícil sacar al país de la crisis”, se quejó en su programa de Radio Nacional.
Más allá de algunos entusiasmos forzados, en el Gobierno acusaron los golpes. Dos ministros, un secretario de Estado y un funcionario de alto nivel confiaron a este diario que tanto en el Senado cuanto en La Pampa, donde se reunirán mañana los gobernadores del PJ con el Presidente, los escenarios son favorables. Pero también reconocieron que antes de la votación en Diputados también creían que el trámite sería sencillo.
El ombú de La Pampa
“Matzkin (Jorge, ministro del Interior) estuvo negociando hasta hoy (por ayer) con todos los gobernadores. Revisamos las cuentas, los pedidos de deuda pendientes, se giraron casi 600 millones de pesos a las provincias. Todo está para que el Gobierno salga respaldado de La Pampa”, dijo ayer un ministro a este diario. El Presidente espera que los gobernadores apliquen el pulmotor que le está haciendo falta a su administración después del revés de Diputados, e imagina que ese apoyo debería tener la siguiente forma:
- Que los gobernadores ratifiquen el acuerdo de los 14 puntos al que llegaron hace un mes con la Nación.
- Que fijen fecha para firmar los acuerdo bilaterales Nación–provincias. En Interior estimaban que Santa Fe podría hacerlo a fines de esta semana que comienza y que Buenos Aires lo haría unos días después, flexibilizando el piso del 60 por ciento del recorte. El FMI habría dado el OK al ministro de Economía, Roberto Lavagna, en su visita a Washington del martes pasado.
- Que induzcan a los senadores de sus distritos a votar por la derogación de la ley de subversión económica.
- Que exterioricen algún tipo de apoyo explícito al Gobierno.
- Que cuando se debata la realización de elecciones internas del PJ, se haga puertas adentro, y no sea leído como una prevención ante la posibilidad de adelantar las elecciones generales.
En la Rosada, saben que lograr todo esto no es improbable, pero tampoco estará exento de rispideces. Si ir más lejos, Carlos Reutemann, presidenciable gobernador de Santa Fe, ayer exteriorizó algo de su ánimo: “Creo que el rol de los gobernadores está tergiversado. Nosotros no tenemos por qué estar apoyando al Presidente. El Presidente fue elegido en su momento y él tiene que tomar las decisiones”. Por si no bastase, reconoció implícitamente su deseo de competir por la Presidencia al afirmar que se va a presentar en la interna, compita Carlos Menem o no (ver aparte).
Felipe Solá, que ayer negoció toda la tarde con Lavagna las condiciones para firmar el acuerdo, parecía ser uno de los principales tributarios a la continuidad del Presidente. Pero, mientras ajustaba números en el Palacio de Hacienda, no podía sacarse de la cabeza las declaraciones de Chiche Duhalde anunciando su aspiración a sucederlo en La Plata. “Felipe está en medio de una negociación con el Fondo, con intermediación del gobierno nacional y quiere firmar el acuerdo con la Nación si le respetan algún criterio. Está achicando gastos de una manera fenomenal. Para eso tiene que convencer a la mitad de la provincia y pelearse con la otra mitad. Y justo, en medio de la pulseada, ‘la señora’ dice que quiere ser gobernadora y que su prioridad es la educación. ¡La educación! ¡Con la batalla que está dando Felipe en ese frente!”, se quejó ante este diario uno de los principales colaboradores del gobernador.
Uno de los funcionarios más importantes del Gobierno reconoció a Página/12 sus preocupaciones. “Hay un mensaje de Matzkin de que la cosa (el encuentro en La Pampa) está bien cocinada. Me parece que hay un poco de voluntarismo en esta afirmación. La capacidad de conducción del Presidente está muy dañada. Hay que esperar al final del día lunes: si los gobernadores firman y el martes o miércoles derogan la ley de subversión, están las precondiciones listas para que la otra semana esté viniendo Anoop Singh (negociador del FMI). En esos dos momentos se definirá la viabilidad de esta transición. Yo creo que vamos a salir, pero el partido termina cuando el referí toca el silbato”, dijo la fuente consultada.
A buscar un jefe
“Mientras estemos (en el Gobierno), estemos bien”. La consigna oficial, trasmitida a este diario por un miembro del Gabinete, desnuda la necesidad de soporte político que tiene el Gobierno y, a la vez, la conciencia de sutransitoriedad y las dudas sobre cuánto tiempo permanecerá en la cúspide del Estado. No sólo en Balcarce 50 existen esas dudas.
La confesión de Reutemann (acerca de que competirá en la interna) infiere que tanto él como el resto de los gobernadores peronistas preparan un escenario just in case. Los barones federales del PJ aceleraron los plazos e introdujeron en el temario de La Pampa la posibilidad de convocar a elecciones internas. Los mandatarios –ninguno de los cuales desea que las elecciones generales se adelanten por una simple cuestión de supervivencia– quieren ir definiendo quién será su candidato, su jefe, por si la salida de Duhalde se acelera. Así y todo, ninguno de ellos cree que el bonaerense se mantenga en la Rosada para setiembre de 2003, previendo que los comicios generales se podrían realizar en mayo de 2003, si el país no estalla antes.
“Los gobernadores queremos que Duhalde termine de cerrar con el Fondo y solucione el corralito, cuando menos”, dijo uno de ellos a Página/12. Por eso, discusiones sobre deudas y coparticipación, piqueteros y seguridad mediante, le otorgarían al Presidente al aire que tanto necesita para seguir un tramo más.
Tanto y tan poco
“Si todo esto se cumple, el Gobierno puede seguir. Anoop Singh podría venir la otra semana y entonces, comenzar a negociar el acuerdo. Si el Gobierno atraviesa con vida esta semana podemos empezar a hablar con el Fondo, empezar el proceso recién ahora. Se podría haber hecho en febrero pero, bueh, esto es lo que hay”. El funcionario oficialista que esto dijo a Página/12 intentaba mirar más allá del bosque de La Pampa y el Senado. Tantos esfuerzos, que parecen haber dejado exánimes al Gobierno, le permitirían llegar a la raya de partida.
Si lo consigue, aún resta abrir el corralito, evitar la híper, reconstruir la economía, salir de la recesión, generar empleo, combatir la exclusión social. Faena un tanto más difícil que ordenar a la tropa, supuestamente propia.

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