Mié 14.09.2005

EL PAíS

“El modelo de Kirchner es de acumulación de poder”

Luego de funcionar como mano derecha de Macri y de acercarse a Menem, el empresario Francisco de Narváez se sumó a las listas de Duhalde. En esta entrevista explica sus diferencias con el Gobierno y por qué quiere entrar al Congreso.

› Por Fernando Cibeira

En pleno Las Cañitas, una casa antigua reciclada con gusto impecable y aires sofisticados. En la recepción, un panel de pared a pared que funciona como pantalla de proyección para una página web de un diario nacional. En el lateral, otras tres pantallas, cuestión de quien deba esperar pueda informarse. No hay tiempo. El panel se corre y aparece la solícita recepcionista que conduce hasta el sitio de la entrevista. Al poco rato aparece el dueño del lugar –la fundación Unidos del Sud–, el empresario Francisco de Narváez, quien luego de estar vinculado políticamente a Mauricio Macri y a Carlos Menem recaló en el cuarto lugar de la lista de candidatos a diputado del PJ bonaerense.
Ex dueño de Casa Tía, el “Colorado” De Narváez posee dos tatuajes –uno en el cuello y otro en el brazo– y una fortuna personal calculada en 200 millones de dólares. Además, maneja la concesión del predio de la Rural y el 50 por ciento del canal América. Sin embargo, asegura que está “semi retirado” de los negocios y que sus empresas las conducen sus hijos. Cierto o no, De Narváez luce metido en su nuevo metier. Defiende al PJ bonaerense con la convicción de un Quindimil, critica al Gobierno porque, asegura, persigue “un modelo de acumulación de poder” y augura un venturoso porvenir a Eduardo Duhalde, otro semi retirado.
–¿Cómo llegó a candidato en las listas del duhaldismo?
–Soy candidato por el Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires porque soy peronista y vivo en la provincia. Al ser convocado para integrar la lista nunca dudé de que era el lugar en el que quería estar.
–Usted formó parte de la comitiva de empresarios que acompañó al presidente Kirchner este año a Alemania y muchos entonces, incluso en la Casa Rosada, lo consideraron cercano al Gobierno.
–Se confunden las cosas. Si un presidente te invita a participar de un viaje oficial representando a tu país ningún ciudadano de bien se puede negar. La lectura equivocada es que porque uno pueda tener un diálogo con el Presidente, implica que se es parte de su representación política. Parecería que la dinámica que el Presidente le quiere dar a sus relaciones es que estás con él o en contra de él. No veo la política de ese modo.
–¿En ese viaje habló con el Presidente?
–Muy poco. Conversé con él cuando me invitó a la Casa de Gobierno, un par de semanas después. Me honró que me conceda una hora y media de su agenda, estaba también el jefe de Gabinete presente, para describirme su proyecto. Yo le manifesté que quería integrar un proyecto que tuviera esa dinámica nacional. También le dejé ver que era afiliado al PJ, que tenía vocación de ir a la política electoral y que lo haría desde mi partido.
–¿Y si le hubiera ofrecido integrarse al Frente para la Victoria?
–No hubiera aceptado. No comparto la visión del Presidente de cómo quiere construir en política. Además, porque soy afiliado al PJ y mi primera misión como afiliado es participar de las internas si no hay consenso y votar a los candidatos de nuestras listas. El fortalecimiento de los partidos es la estructura central de la democracia. No es correcto no haber dado la interna y crear el Frente para la Victoria, con una composición nacional compleja, porque en Santa Cruz la hermana del Presidente es candidata del PJ, en Buenos Aires la mujer del Presidente no está en el PJ sino en el signo opositor. Esa construcción política tiene el excluyente objetivo de tratar de ganar la elección y no me gusta.
–Hace críticas que en cierta medida son de forma, sobre la relación de Kirchner con el PJ, pero ¿qué piensa del modelo de Gobierno?
–Lo que veo con asombro, sobre todo en los últimos cien días, es un modelo de acumulación de poder político y económico. Nosotros desde el justicialismo bonaerense estamos claramente a favor de un modelo de distribución a través de la producción y de inclusión a través de la educación. El modelo que lleva adelante el Frente para la Victoria es confuso. Es un modelo en el cual se quiere mandar en vez de conducir.
–¿Pero usted no había hecho declaraciones en las que se mostró muy entusiasmado con este Gobierno?
–¿Quién no estuvo entusiasmado con el Gobierno en 2003? Veníamos de una Argentina de catástrofe en la que se habían logrado recomponer algunos cimientos básicos. La preocupación que tengo es que este enorme esfuerzo de la sociedad no alcance. Siento que el Gobierno está concentrado en ganar una elección. El Presidente lo dice: “Estoy en campaña”. Y hace propia una elección que es una legislativa y nos resta la posibilidad, instalando la agresión como comunicación, de hablar de propuestas.
–¿Cómo pasó de trabajar con Macri a Menem y ahora con Duhalde?
–En el año 2000 entendí que había tenido un rol importante en el sector privado y empecé a hacerme cargo de no haberme comprometido. Y esa falta de compromiso me llevó a tratar de entender lo público, qué nos pasaba como sociedad. Macri me invitó a ser parte de su emprendimiento. Lo acompañé con la condición de incorporarnos al peronismo cuando llegara el momento. Cuando Mauricio decide construir un partido nuevo, no lo seguí. En las elecciones de 2003 había tres candidatos justicialistas. Dos días después de la primera vuelta, Menem me invita a acompañarlo, si era electo presidente, en la cartera de Desarrollo Social.
–¿En ese momento le ofreció ser ministro?
–Sí, me interesó porque era la cartera en la cual había la mayor necesidad de seguir trabajando en políticas públicas activas. Creo en un rol del Estado en términos de asistencialismo, una palabra que nos asusta. No hay ninguna sociedad moderna que no tenga políticas asistencialistas. Veníamos de un Plan Jefas y Jefes que debió implementarse con la crisis. Un año y medio después debíamos tener una evolución que lamentablemente hasta hoy no se ha dado. Hay que universalizar los planes sociales.
–¿Con Macri se sigue viendo?
–Con Macri tenemos una relación de amistad pero diferimos en cómo se construye en política. Yo creo en la construcción dentro de los partidos tradicionales. Además tengo una visión sobre el rol del Estado diferente. La experiencia de los años ’90 fue sumamente negativa. Ojo que me la creí también. Parto de haber creído que el Consenso de Washington funcionaba y que el mercado iba a producir el derrame que finalmente nunca se produjo.
–Es crítico de los ’90 pero hasta hace poco apoyó Menem, que fue su principal artífice. ¿Cómo se entiende?
–Apoyé a Menem por ese ofrecimiento para un sector específico.
–¿Qué opinión tiene de Eduardo Duhalde?
–Duhalde fue el primer político que levantó la mano y dijo que la convertibilidad no funcionaba, que la sociedad se estaba haciendo pedazos. Me parece que a raíz de esta elección va a liderar una de las dos fuerzas políticas más importantes de la Argentina, basada en el PJ bonaerense.
–¿El PJ bonaerense va a formar un bloque aparte en Diputados?
–Es una decisión que no es prudente tomarla hoy, porque hay que ver cómo se expresa el electorado. Pero tenemos claridad acerca de que uno es un proyecto de crear consenso y el otro es de acumulación de poder.
–Hasta ahora las encuestas dicen que Cristina Kirchner gana por unos 20 puntos. ¿Con esa diferencia cómo quedaría el PJ bonaerense?
–Las encuestas en esta elección van a ser muy engañosas. Primero porque no se entiende por qué el Presidente está en campaña si no es candidato. Hoy sólo el 10 por ciento del electorado sabe qué se vota. Mucho podría hacer el Presidente en ayudar a establecer que es una elección legislativa de mitad de mandato, que no es ningún plebiscito. No tiene que tener el complejo de haber sacado el 22 por ciento, tiene el apoyo de todos los argentinos. Tiene que gobernar y dejar que los candidatos nos expresemos.
–Pensando en 2007, de acuerdo con sus críticas el ministro Lavagna no podría ser el candidato del PJ bonaerense.
–No conozco las aspiraciones políticas de Lavagna, lo conozco como ministro de Economía. Me parece que está teniendo serias dificultades con el resto del Gobierno, sobre todo con el Presidente, quien debe asumir que está conduciendo un país y que debe salir de la dicotomía que es acumular caja para paliar una situación eventual de crisis o para pagarle al Fondo.
–¿Scioli podría ser ese candidato?
–Scioli tiene un porvenir como candidato justicialista en cualquier distrito y en cualquier cargo. Es joven, con convicciones.
–¿Por qué le interesa a alguien de su fortuna ser candidato a diputado?
–Quiero destinar mis años próximos a hacer política, a mi país, en mi partido, y es mi oportunidad. Creo que la Cámara de Diputados será el año que viene una caja de resonancia de la discusión política argentina. Todos los actores que estamos afuera, estaremos adentro: Macri, Carrió, Zamora.
–¿Usted es vieja o nueva política?
–No creo que haya nueva y vieja política, hay una política. Tanto se critica al PJ de la provincia con esto del aparato, pero ésas son las estructuras partidarias. Ahora como es la más grande estructura política en la Argentina, tendemos a demonizar. Es lo que tienen los demócratas y los republicanos en Estados Unidos o el PP y el PSOE en España. Ahora cuando alguien viene con un partido nuevo tres semanas antes de la elección dice: “Ustedes tienen un aparato”. No, se trabaja todo el año. Hay que volver a valorar cómo se construye la política.

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