EL PAíS
Los diputados oficialistas ya piensan en una impasse
En la reunión del bloque del PJ, kirchneristas y duhaldistas hablaron de no sesionar hasta después de las elecciones. Buscan acordar una agenda. Trataron la situación de Graciela Camaño.
› Por A. M.
A pesar de los chisporroteos causados por la embestida contra la diputada Graciela Camaño, duhaldistas y kirchneristas se pusieron de acuerdo para no sesionar hasta después de las elecciones. “Se acordó buscar condiciones para un acuerdo político en la agenda parlamentaria que favorezca al Gobierno y que no refleje una puja. Y si no se llega a lograr ese consenso, que no muestre un bloque que se dice unido pero en los hechos está separado, así no se puede sesionar. Si no se logra no bajamos más”, aseguró a Página/12 el diputado kirchnerista Juan Carlos Irrazábal. “Ratifiqué mi postura de que sin tal acuerdo la secretaría parlamentaria no podía seguir en sus manos”, agregó en referencia a su propuesta de que la duhaldista Graciela Camaño abandone ese cargo de la mesa de conducción del bloque de diputados justicialistas.
La aclaración fue en respuesta a quienes salieron del encuentro de ayer a la noche diciendo que “Irrazábal explicó que fue un invento de los medios”, según un duhaldista, y que “no se tocó el tema de Graciela”, según un kirchnerista. “No, yo jamás le endilgo nada a los medios, el tema fue motivo de análisis. Lo cierto es que no está cerrado”, aclaró el kirchnerista de Misiones. Si bien admitió que fue el único en plantear esa inquietud, aseguró que él fue el encargado de “sentar postura” y que ninguno lo contradijo, salvo Gustavo Ferri, duhaldista y yerno de Graciela Camaño. Irrazábal enfatizó que “hasta que no se genere un ámbito de trabajo no se puede funcionar”.
Según un duhaldista representativo, los halcones del Presidente quieren “parar todo hasta el 24 de octubre”. El santacruceño Daniel Varizat habría expresado que si el kirchnerismo y el duhaldismo no pueden convivir “no hay que bajar” al recinto. Sólo el fueguino Daniel Gallo habría planteado el “alto costo” que implicaba la opinión mayoritaria de paralizar la Cámara baja, debido a las repercusiones que podrían generar el hecho en la opinión pública.
Según otro de los integrantes de la conducción kirchnerista, durante las dos horas y media hablaron sobre el “mejoramiento de la mecánica de funcionamiento de la mesa chica”, pero “seguimos todos juntos”.
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